Etienne Copel y la guerra qu¨ªmica
?ltimamente se viene vertiendo una serie de argumentos sobre la supuesta superioridad sovi¨¦tica en la producci¨®n y almacenamiento de los agresivos qu¨ªmicos tendentes a justificar el rearme qu¨ªmico occidental. En esta l¨ªnea cabe clasificar el libro del general franc¨¦s Etienne Copel Vencer a la guerra, y el extracto que de un cap¨ªtulo del mismo public¨® EL PA?S el pasado 7 de abril.Existen en Occidente documentos y datos suficientes que permiten llegar a conclusiones muy d¨ªstintas de las que se desprenden del citado libro, as¨ª como de la actitud adoptada por las, dos grandes superpotencias con?, respecto al uso de los agresivos qu¨ªmicos y al mantenimiento ole negociaciones constructivas.
Sirvan como ejemplo los siguientes datos:
1. "La cantidad de 350.000 toneladas de agresivos qu¨ªmicos como arsenal de la URSS es una cantidad tan enorme que produce graves dudas su credibilidad... No hay evidencias de que la URSS haya estado produciendo agentes qu¨ªmicos desde que en 1969 EE UU parara su producci¨®n". (Fuente: SIPRI-1982, The arms race and arms control, p¨¢gina 12).
2.El Protocolo de Ginebra sobre la prohibici¨®n del empleo de armas qu¨ªmicas y bacteriol¨®gicas fue ratificado por la URSS en 1928 y por EE UU en 1975, despu¨¦s de su masivo uso en la guerra de Vietnam. (Fuente: ONU).
3. En 1980, EE UU abandon¨® las conversaciones que bajo los auspicios de la Asamblea de las Nac¨ªones Unidas se hab¨ªan iniciado en 1976 y que deb¨ªan satisfacer el objetivo de una prohibici¨®n del desarrollo, producci¨®n y almacenamiento de las armas qu¨ªmicas. (Fuente: ONU).
4. A la iniciatliva adoptada por los pa¨ªses del Pacto de Varsovia el 10 de enero de 1984, mediante la elaboraci¨®n de una propuesta para librar a Europa de armas qu¨ªmicas, respondi¨® el vicepresidente de EEUU, George Bush, el 18 de abril del mismo a?o, en la Conferenciade Desarme de Ginebra con una contrapropuesta condenada de antemano al fracaso. En el proyecto estadounidense se limitaba el acceso de la inspecci¨®n internacional a las instalaciones qu¨ªmicas militares o gubernamentales, lo que implicaba que la mayor parte de las corporaciones qu¨ªmicas de los pa¨ªses capitalistas, al ser empresas privadas, quedaban al margen de todo proceso de inspecci¨®n in situ.
5. Matthew Meseison, ex asesor del Gobierno de EE UU para el arma qu¨ªmica; Saul Hormats, ex director del programa de desarrollo de municiones qu¨ªmicas para el Ej¨¦rcito de EE UU., y diversas comisiones de expertos de la ONU han manifestado en repetidas ocasiones la falta de pruebas concluyentes que confirmen las acusaciones realizadas contra la URSS de haber utilizado agresivos qu¨ªmicos en Afganist¨¢n y el sureste asi¨¢tico.
6. Las lluvias amarillas que Washington quiere hacer pasar por misteriora arma qu¨ªmica son de origen natural. Seg¨²n un informe hecho p¨²blico en marzo de 1983 por el Gobierno de Australia, su Ministerio de Defensa, bas¨¢ndose en un an¨¢lisis minucioso de todas las muestras llevadas por EE UU, pone de manifiesto que ¨¦stas carecen de toxicidad, estando constituidas por una mezcla de granos de polen correspondientes a las especies arb¨®reas m¨¢s frecuentes en los bosques tropicales del sureste asi¨¢tico-
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.