La filigrana de Gerardo
El PCE encuentra poco eco, entre feministas, pacifistas y nacionalistas para su alternativa de izquierda
La beligerante oposici¨®n del sector carrilista a la pol¨ªtica de convergencia, en el seno del PCE, junto a los afanes de protagonismo de otras formaciones en este proyecto, y la muy generalizada reticencia de movimientos sociales y ciudadanos a una utilizaci¨®n partidista de sus luchas, sit¨²a la iniciativa de Gerardo Iglesias ante un futuro incierto.Seg¨²n Andreu Claret, portavoz oficial del PCE, la pol¨ªtica de convergencia va a articularse en torno a tres grandes objetivos: elaboraci¨®n de una alternativa a la pol¨ªtica econ¨®mica del Gobierno (con ¨¦nfasis en la creaci¨®n de empleo y en la potenciaci¨®n del sector p¨²blico y de las peque?as y medianas empresas); pol¨ªtica de neutralidad, y defensa de las libertades.
La pol¨ªtica econ¨®mica de corte monetarista de Miguel Boyer, que no s¨®lo no ha sido capaz de crear puestos de trabajo, sino que ha destruido decenas de miles de empleos; la fuerte dicotom¨ªa entre la Espa?a real y la Espa?a oficial en el tema de la permanencia en la OTAN, y la pol¨ªtica del Ministerio del Interior y del propio Gobierno en el terreno de las libertades, avalan, a juicio del PCE, la viabilidad y segura aceptaci¨®n de una programa electoral configurado en torno a estos objetivos.
"Hay tres o cuatro millones de espa?oles que coinciden con ellos", seg¨²n Claret, y el PCE "debe contribuir a la vertebraci¨®n de sus votos; pero la convergencia debe ser algo m¨¢s que una operaci¨®n electoral. Debe ser una convergencia social y pol¨ªtica, no una plataforma electoral". Y cita como ejemplo las denominadas mesas por la paz y el refer¨¦ndum, que integran distintas formaciones pol¨ªticas.
El secretariado del PCE ha mandatado ya a Nicol¨¢s Sartorius y al propio Claret para que inicien contactos, de cara a la convergencia, "con diversos grupos pol¨ªticos, colectivos sociales y personalidades, con objeto de crear una coni?si¨®n amplia que elabore un programa alternativo al PSOE".
En el PCE est¨¢n convencidos de que las elecciones se celebrar¨¢n en mayo o junio del a?o pr¨®ximo y que probablemente coincidir¨¢n en la misma fecha tres comicios: elecciones andaluzas, elecciones generales y elecciones al Parlamento Europeo. De ah¨ª que se apresuren, una vez que oficialmente han dado por resuelta la crisis con los carrillistas, a establecer contactos a nivel estatal (en Andaluc¨ªa se han inciado ya) para lograr la convergencia.
De hecho, siempre seg¨²n Claret, el secretariado ha creado tambi¨¦n otra comisi¨®n, integrada por Gerardo Iglesias, Nicol¨¢s Sartorius, Enrique Curiel y distintos responsables de organizaci¨®n del PCE a niveles territoriales, destinada a elaborar candidaturas para las pr¨®ximas elecciones. "Estas candidaturas ser¨¢n del PCE a nivel nacional y de coalici¨®n en regiones donde haya nombres o fuerzas muy destacadas, pero siempre muy abiertas. En este caso se utilizar¨¢ una f¨®rmula similar a la utilizada por Coalici¨®n Democr¨¢tica: los nombres de los candidatos ir¨¢n acompa?ados de la sigla correspondiente".
?Con qui¨¦n converger? Seg¨²n el portavoz oficial del PCE, piensan establecer la convergencia con sindicatos y organizaciones profesionales (CC OO y COAG); con movimientos ciudadanos (asociaciones de vecinos, pacifistas, ecologistas y feministas); con grupos socialistas no integrados en el PSOE (partido de Alonso Puerta y colectivos de Extremadura y Las Palmas); con partidos o agrupaciones nacionalistas de izquierda (Euskadiko Ezkerra, Esquerra Republicana de Catalunya, Esquerda Galega, Asamblea Majorera de Canarias), y con partidos como el de Tamames y persowilidades independientes como el abogado Jos¨¦ Mar¨ªa Mohedano.
"Tambi¨¦n vamos a ofrecer la alternativa a las corrientes cr¨ªticas del PSOE, y hablaremos, directa o indirectamente, con la extrenla izquierda, aunque aqu¨ª hay serias diferencias de concepci¨®n pol¨ªtica". A t¨ªtulo personal, Andreu Claret cree que tambi¨¦n deber¨ªan hablar con la gente de Ignacio Gallego (el PC prosovi¨¦tico).
Claret es consciente de la tremenda dificultad de tejer un cesto con tan variopintos mimbres: "Es una filigrana unir tantas cosas".
Las primeras dificultades, dentro de esta estrategia, las va a encontrar el PCE en los movimientos ciudadanos. Desde las asociaciones de vecinos, que probablemente son las organizaciones ciudadanas con mayor n¨²mero de afiliados en Espa?a (del orden de 80.000 en Barcelona y Madrid), se plantean graves reticencias. Prudencio S¨¢nchez, presidente de la Federaci¨®n de Asociaciones de Vecinos de Barcelona y actual responsable, por turno rotatorio anual, de la Coordinadora Estatal, cree que "ser¨ªa un suicidio para cualquier asociaci¨®n de vecinos integrarse en una plataforma electoral. Perder¨ªamos la bandera de la independencia que tanto nos ha costado conquistar".
"Nadie nos ha hecho todav¨ªa el ofrecimiento de la convergencia", agrega S¨¢nchez, "pero estoy convencido de que la gran mayor¨ªa de las asociaciones rechazar¨¢ la oferta. De todos modos, no nos sorprende el proyecto del PCE, porque la apropiaci¨®n y manipulaci¨®n de las asociaciones de vecinos por los partidos ha sido bastante usual".
Las asociaciones de vecinos, ante cualquier proceso electoral, "suelen emplazar a los partidos para que recojan sus reivindicaciones; pero sin integrar las entidades como tales en ninguna organizaci¨®n pol¨ªtica. Si el PCE intenta integrar a las asociaciones en su plataforma electoral, est¨¢ cometiendo, como m¨ªnimo, una imprudencia", seg¨²n Prudencio S¨¢nchez.
Tampoco le va a ser f¨¢cil la convergencia con el movimiento feminista, que agrupa a varios miles de mujeres en el Estado y que tiene influencia sobre muchas m¨¢s. Montse Oliv¨¢n, del Colectivo de Feministas Lesbianas de Madrid, afirma que "la propuesta de Iglesias va a ser muy mal acogida. No estamos dispuestas a la utilizaci¨®n electoral del movimiento feminista por ning¨²n partido concreto". Lidia Falc¨®n, que lidera el Partido Feminista, es a¨²n m¨¢s rotunda: "Nosotras estamos dispuestas a alianzas sobre objetivos concretos. Pero la pol¨ªtica de convergencia es poco menos que un intento de apropiaci¨®n del capital del movimiento feminista logrado tras 10 a?os de trabajo. Es curioso que el PCE se preocupe ahora por la mujer y no hace 10 o 15 a?os, cuando la mayor parte est¨¢bamos afiliadas al mismo".
Ecologistas y pacifistas conforman tambi¨¦n un mosaico diverso, y en muchos casos mal avenido, poco propicio a una operaci¨®n seria de convergencia. Los intentos de creaci¨®n de partidos verdes proceden de los grupos ecologistas urbanos y energ¨¦ticos, los menos numerosos y cuyas bases est¨¢n nutridas de ex militantes de partidos de izquierda. Los grupos naturalistas, que engloban un mayor, aunque m¨ªnimo, colectivo, son absolutamente reacios, en general, a mezclar planteamientos pol¨ªticos en sus actuaciones.
Formaciones nacionalistas
Tampoco parece propicia la convergencia de los nacionalistas. Juan Mar¨ªa Bandr¨¦s, diputado de Euskadiko Ezkerra (algo menos de 100.000 votos en Euskadi en las elecciones de 1982), lo ha puntualizado con claridad meridiana: "El que haya coincidencias con el PCE en algunos puntos no quiere decir que vaya a haber conciertos electorales. No hay ning¨²n inter¨¦s por la convergencia. No queremos ninguna plataforma electoral que, lejos de ser positiva, puede constituir para nosotros un retroceso en el Pa¨ªs Vasco".
El PSG-Esquerda Galega (un millar de militantes, 50 cargos municipales y un diputado auton¨®mico), seg¨²n informa nuestro corresponsal en La Coru?a, ha descartado cualquier alianza con los comunistas para las elecciones auton¨®micas de finales de a?o.
"Estamos a favor de la consolidaci¨®n de una alternativa de izquierdas en Galicia", dice el diputado auton¨®mico Camilo Nogueira, "pero esta alternativa debe situarse en el ¨¢mbito nacionalista y no ser un subproducto de la din¨¢mica interna del PCE".
Esquerra Republicana de Catalunya (cerca de 130.000 votos en las elecciones auton¨®micas) tampoco se muestra propicia a una convergencia con el PCE. El Partido Socialista de Mallorca-Esquerra Nacionalista (PSM), informa nuestro corresponsal en Baleares, ha venido recibiendo, en los ¨²ltimos meses, veladas ofertas de integrarse en la operaci¨®n de convergencia del PCE, "aunque ninguna de ellas, hasta el momento, oficial", seg¨²n su secretario general, Sebasti¨¢ Serra. "Nosotros decidiremos el camino a tomar en nuestro s¨¦ptimo congreso, a finales de a?o". Para Serra, "prima la supervivencia del partido".
La Asamblea Majorera (AM), primera fuerza pol¨ªtica de la isla de Fuerteventura (un frente amplio en el que coexisten diversas tendencias de izquierda y levemente nacionalistas), ha recibido ¨²ltimamente ofertas de Gerardo Iglesias (PCE), de Ram¨®n Tamames, del partido de los verdes y de Izquierda Nacionalista Canaria. Seg¨²n informa nuestro corresponsal en Tenerife, los integrantes de AM descartan, en principio, la posibilidad de futuras alianzas.
Comisiones Obreras
Uno de los principales colectivos citados por Andreu Claret de cara a la convergencia del PCE es Comisiones Obreras (entre 500.000 y 600.000 afiliados frente a los 60.000 del partido). El secretario de Relaciones Pol¨ªticas, Unitarias e Institucionales de este sindicato es Juli¨¢n Ariza, uno de los m¨¢s conspicuos partidarios de Carrillo dentro del PCE y decidido opositor a la estrategia gerardista de la convergencia. Ariza recuerda que tanto la ejecutiva como el comit¨¦ confederal de CC OO, hace tres meses, acordaron que la postura del sindicato ante las elecciones "continuar¨¢ siendo contraria a los partidos de la derecha y favorable a aquellos que se identifiquen con los planteamientos de CC OO, sin definirse por ning¨²n partido concreto. La ¨²nica variaci¨®n sobre la postura tradicional es la de hacer ver a los afiliados lo que ha sido la pol¨ªtica econ¨®mica y social del PSOE".
Ariza, que confiesa que el grado de manipulaci¨®n del sindicato no tiene precedentes, cree, sin embargo, que no prosperar¨¢ una convergencia "que pondr¨ªa en peligro la unidad del sindicato, basada hasta ahora en la pluralidad". Las tensiones internas, si se quieren imponer las tesis de Iglesias, ser¨¢n may¨²sculas: los 50 puestos de la ejecutiva de CC OO est¨¢n repartidos entre los partidarios de Marcelino Camacho (27), los carrillistas (14), los de Ignacio Gallego (8) y un trotskista.
La Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG), que agrupa a unos 100.000 peque?os y medianos propietarios, tampoco se muestra propicia. En sus organizaciones territoriales hay afiliados con carn¨¦s del PNV, CiU y PSOE que har¨ªan saltar la COAG si ¨¦sta se compromete con el PCE.
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