La emoci¨®n del quinto toro

El quinto de la tarde, un ejemplar astifino y con alzada, llev¨® la emoci¨®n a los tendidos durante el tercio de varas. No precisamente por su bravura, pues sali¨® huyendo de todos los encuentros y hubo que picarlo en distintos terrenos. Pero su poder y fuerza animaron al p¨²blico; sobre todo en el primer encuentro, en el que levant¨® al caballo y picador de forma espectacular y estuvo a punto de enviarlos al callej¨®n. Despu¨¦s, en el cuarto, derrib¨® de nuevo aparatosamente e hiri¨® al caballo. Por fin, en las dos varas siguientes, el picador Maceo logr¨® agarrarse y el toro qued¨® medianamente castigado. Lleg¨® a la muleta muy reserv¨®n, probando la embestida, sin fijeza y con la cara alta. Vioque porfi¨® con ¨¦l, sin entenderlo, y pas¨® apuros para descabellarlo.Los cuatro primeros toros, de Lamamie, dieron mejor juego, pero no emocionaron, por su blandura de patas. Los toreros no supieron aprovechar las embestidas y estuvieron, desentrenados, sin inspiraci¨®n. Pedro Castillo, que banderille¨® sin fortuna porque el toro le ganaba el terreno, tore¨® forzado, intimista y sin limpieza. Equivoc¨® el terreno y no pudo sacar partido de su primero. En el cuarto estuvo m¨¢s retorcido e intimista a¨²n y s¨®lo al final acopl¨®.

Vioque estuvo animoso y con ganas de torear, pero da la impresi¨®n de que ha retrocedido. No tore¨® en ning¨²n momento al tercero, en el que ech¨® mano de recursos ratoneros. Utiliz¨® el truco del molinete, que es lo que ahora se estila para suplir la falta de mando y temple en el toreo.

Cesterito parece el m¨¢s puesto y enterado de los tres, de modo parad¨®jico, puesto que era el m¨¢s novel de la terna. En el toro de su alternativa estuvo decidido, aunque sin ver las distancias para torearlo y sin pararse. Estuvo mejor en el sexto, al que le dio muchos pases sin llegar a cuajar la faena que se merec¨ªa, por no saber colocarse en los cites y, tal vez, porque la inspiraci¨®n de su toreo no va por los caminos del arte.