La masa
La ventaja con que cuenta un espa?ol para asistir a un partido de b¨¦isbol es que, por lo menos, ha conocido antes una corrida de toros. No puedo detenerme ahora en explicaciones, pero baste considerar que incluso el caso extremo de que muera un ser vivo se encuentra previsto a poco que el batter acierte a dirigir la bola. Por lo dem¨¢s, la diversi¨®n ha de buscarse en las gradas.Los encuentros de b¨¦isbol pueden resultar tan largos que existe la tradici¨®n de estirarse antes del s¨¦ptimo juego. Es decir, que todos los concurrentes, cuando el tablero anuncia el siete, se ponen a la vez en pie y, como un solo hombre, bostezan y se desperezan. No se acaban, sin embargo, aqu¨ª los actos de entretenimiento colectivo. Refiri¨¦ndome al encuentro entre los Red Sox y el Kansas City del s¨¢bado, entre el p¨²blico surg¨ªan de vez en cuando uno o varios balones playeros, y cientos de aficionados, vociferando y golpe¨¢ndolo, quedaban involucrados en esta distracci¨®n durante largos per¨ªodos. Cuando esto cesaba y podr¨ªa decirse que se atend¨ªa al juego, un grupo empezaba a lanzar vasos de papel y servilletas arrugadas sobre algunos vecinos que, lejos de molestarse, respond¨ªan con bandejas de cart¨®n y bolsas de sandwiches, hasta generar una batalla de no menos de 200 personas. En cuanto a la totalidad, sin embargo, lo m¨¢s llamativo era hacer olas, para lo cual se requiere que los espectadores se alcen sucesivamente con los brazos en alto en una coordinaci¨®n que recorre el per¨ªmetro del estadio. Parece dif¨ªcil, pero puedo testimoniar no s¨®lo que se logra, sino que les alboroza. En este caso se ve c¨®mo la masa, lejos de renegar de ser masa, se asume como tal y realiza ejercicios que le son propios. De esta condici¨®n fue tambi¨¦n el di¨¢logo que se establec¨ªa entre uno y otro sector de mi zona. Los de un lado dec¨ªan a coro una parte del eslogan de la cerveza Lite, itastes great! y los del otro contestaban !let's feel it! A nadie, sin embargo, le pagaban por ello. S¨®lo se comunicaban a trav¨¦s de un medio de comunicaci¨®n de masas.
No s¨¦, pero la antropolog¨ªa contempor¨¢nea deber¨ªa reducir sus viajes a Nueva Guinea. Tengo la impresi¨®n de que le dan poca importancia al b¨¦isbol.
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