La divisi¨®n de L¨ªbano
Fren¨¦tica como las pasiones que la alimentan, demente como las p¨¦rdidas humanas y materiales que ha provocado, la guerra del L¨ªbano dura 10 a?os. ( ... ) Como toda paranoia, es un delirio de naturaleza l¨®gica, y el domingo negro que acaban de vivir los cristianos del sur era, desgraciadamente, previsible. Repiten en grado menor la tragedia de Chotif, que vivieron en 1983 los 150.000 cristianos de esta regi¨®n expulsados de sus hogares y. a veces exterminados por los drusos despu¨¦s de d¨¦cadas de convivencia. (...) La tragedia se hab¨ªa desarrollado como consecuencia de una retirada israel¨ª. Actualmente, alrededor de Saida el escenario se repite. Al partir el ej¨¦rcito de Jerusal¨¦n, las comunidades que viv¨ªan en paz hasta el mes ¨²ltimo se enfrentan. Expulsados de sus hogares por las milicias musulmanas, miles de cristianos se dirigen a Jezzine, teniendo el cerco que otras veces fue la suerte de sus correligionarios de Chotif, replegados sobre Deir-elKamar.?Israel ha organizado esos enfrentamientos con el fin de facilitar los reagrupamientos que le permitir¨¢n un d¨ªa tener a lo largo de su frontera, como sacos de arena protectores, una comunidad cristiana reunida y tanto m¨¢s d¨®cil por cuanto su superviviencia misma depender¨¢ de la buena voluntad del Estado jud¨ªo? (...)
Se ha hablado mucho en Beirut de una cantonalizaci¨®n, que traer¨ªa la constituci¨®n de regiones m¨¢s o menos homog¨¦neas, sacando la lecci¨®n del hecho que los libaneses de las; diversas comunidades no saben, no pueden y no quieren vivir en su tierra juntos. La soluci¨®n es concebible, pero se transformar¨ªa en una pesadilla si el l¨¢piz del cart¨®grafo fuera sostenido por el terror. Todav¨ªa limitado, el drama de los cristianos del sur puede en cualquier momento amplificarse y anunciar esas agrupaciones al estilo de la India, en el exterminio y el ¨¦xodo, que pondr¨ªa el punto final a la tragedia libanesa.
30 de abril
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