Reagan asegura que "Europa estar¨¢ unida cuando todos los alemanes y todos los europeos sean finalmente libres"
El presidente de Estados Unidos, Ronald Reagan, dijo ayer en el castillo de Hambach, ante 5.000 j¨®venes de la Rep¨²blica Federal de Alemania (RFA) previamente seleccionados: "Veremos levantarse nuevas c¨²spides de libertad y podemos prever el fin de la tiran¨ªa si tenemos fe en nuestras fuerzas, en nuestro coraje, en nuestros valores, en nuestra ilimitada capacidad de amor". Para Reagan, "la causa de la unidad alemana est¨¢ ¨ªntimamente unida a la causa de la democracia, que "s¨®lo ser¨¢ completa y Europa estar¨¢ unida cuando todos los alemanes y todos los europeos sean finalmente libres".
Reagan pronunci¨® estas palabras en el castillo de Hambach -s¨ªmbolo de las ideas liberales en la Alemania del siglo XIX-, durante su ¨²ltimo acto en la RFA, antes de salir hacia Madrid. En su discurso, se refiri¨® a la "Europa de hoy, dividida por muros de cemento, alambradas el¨¦ctricas y campos minados con las sendas de la muerte", como la expresi¨®n viva de la verdad m¨¢s fuerte de nuestro tiempo: "El futuro pertenece a los libres".Reagan dijo que la nueva Europa surgida de las ruinas de la II Guerra Mundial est¨¢ a¨²n incompleta, "no porque la libertad no haya funcionado para los europeos, sino porque a demasiados europeos se les ha prohibido trabajar por la democracia". Para el presidente norteamericano, "la primera frontera de la libertad europea est¨¢ en Berl¨ªn", y ante un enfervorizado auditorio garantiz¨® que "Estados Unidos estar¨¢ a vuestro lado en Europa, que Estados Unidos estar¨¢ a vuestro lado en Berl¨ªn".
El presidente norteamericano apel¨® a los j¨®venes a "crear la nueva Europa, una Europa democr¨¢tica, una Europa en la que el Este y el Oeste est¨¦n unidos; una Europa, por fin, despu¨¦s de tanto tiempo, totalmente libre'.
Los 5.000 j¨®venes que se reunieron ayer en Hambach para escuchar a Reagan eran rubios y hermosos, vestidos con ropas deportivas, simp¨¢ticos y dispuestos al aplauso cuando lleg¨® Reagan con el canciller de la Rep¨²blica Federal de Alemania, Helmut Kohl. Hasta el sol, que durante toda la visita de Reagan hab¨ªa brillado por su ausencia, se sum¨® a la escenificaci¨®n perfecta del ¨²ltimo acto del presidente norteamericano en la Rep¨²blica Federal de Alemania.
Reagan lleg¨® en helic¨®ptero, y un coro de ni?os, con trajes regionales, enton¨® una canci¨®n de bienvenida. Los comentaristas de la primera cadena de la televisi¨®n alemana (ARD) sacaron a relucir lo m¨¢s florido de su vocabulario para hablar de la "fascinaci¨®n de esta hora". Todo perfecto en un marco de tarjeta postal, en el Palatinado, patria chica del canciller Kolh, que contemplaba todo con un gesto complacido y una media sonrisa entre satisfecha y modosa. Con todo este decorado, 5.000 j¨®venes incluidos, Reagan habl¨® del mejor de los mundos posibles, y dijo: "Cada uno de nosotros, cada uno de vosotros, est¨¢ creado seg¨²n la imagen m¨¢s s¨®lida y poderosa de la civilizaci¨®n occidental. Nosotros estamos creados a la imagen de Dios, seg¨²n la imagen de Dios el Creador".
El presidente norteamericano cant¨® las glorias de Alemania y no las de los Estados alemanes. "Ninguna naci¨®n del mundo ha sido m¨¢s creadora que Alemania. Ninguna otra naci¨®n puede contribuir tanto a conformar nuestro futuro. Ya hemos experimentado un milagro, vuestro milagro econ¨®mico".
Reagan apel¨® a los j¨®venes para que "asuman su responsabilidad y utilicen sus oportunidades con entusiasmo y con orgullo por la fortaleza de Alemania. Daos cuenta de que no hay l¨ªmites para vuestro ascenso personal", dijo. "Al contrario de lo que ocurre al otro lado del muro, el futuro est¨¢ en vuestras manos". Sigui¨® un canto a la electr¨®nica, "al mundo de las computadoras, los microchips y la biotecnolog¨ªa", que crear¨¢ nuevos puestos de trabajo. El presidente no habl¨® -habr¨ªa sido de mal gusto en aquel ambiente- del paro juvenil, pero, por si acaso, les dio una idea a los all¨ª reunidos: "Una de las empresas m¨¢s fuertes de computadoras norteamericana fue fundada por dos estudiantes de bachillerato en el garaje de su casa".
Lo extraordinario, cotidiano
Con sentido prof¨¦tico, Reagan anunci¨®: "Vamos a convertir lo extraordinario en cotidiano". Los j¨®venes rubios deb¨ªan de sentirse encantados, porque con frecuencia interrumpieron con aplausos las palabras presidenciales. "J¨®venes amigos m¨ªos, ¨¦sta es una ¨¦poca maravillosa para vivir y ser libres".
No dej¨® Reagan de exponer sus ideas sobre la Iniciativa de Defensa Estrat¨¦gica: "Nuevas tecnolog¨ªas nos permitir¨¢n un d¨ªa desarrollar sistemas defensivos m¨¢s seguros, una defensa no nuclear, no para da?ar a las personas, sino para impedir a los cohetes alcanzar nuestro suelo, una defensa no at¨®mica, no para militarizar el espacio, sino para desmilitarizar los arsenales de la Tierra".
Al final se cantaron los himnos nacionales. Para que la representaci¨®n fuese perfecta, hasta Kohl, que s¨®lo habla alem¨¢n, mov¨ªa los labios a los compases del himno de EE UU, mientras Reagan y su esposa, Nancy, cantaban a pleno pulm¨®n.
El retraso del programa impidi¨® al presidente someterse a la "dura prueba" de responder durante media hora a las preguntas de un grupo de 44 j¨®venes, todav¨ªa m¨¢s escogidos que los 5.000 asistentes al acto de Hambach. Uno de ellos tuvo un rasgo de lucidez y declar¨® ante las c¨¢maras de la televisi¨®n: "Me parece muy triste que me hayan tra¨ªdo aqu¨ª para representar el papel de decorado".
M¨¢s informaci¨®n en las p¨¢ginas 13 a 17
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