El final del juicio contra las juntas argentinas, previsto para el mes de agosto
Fuentes de la C¨¢mara Federal de Apelaciones estiman que el juicio a las tres primeras juntas militares argentinas estar¨¢ visto para sentencia en el mes de agosto, a tenor de la marcha del proceso. Los intentos de los abogados defensores por prolongar artiricialmente el juicio han sido cortados por los presidentes de la Sala de Justicia -los seis jueces se relevan por semana en la presidencia-, que alargan las sesiones hasta agotar los testigos citados para cada jornada, y por la testir¨ªcaci¨®n de tales atrocidades que obligan a las defensas a guardar silencio y abstenerse de volver a preguntar.
Se estima que el Fiscal Julio C¨¦sar Strassera puede optar por renunciar a la presentaci¨®n de los 711 casos en los que ha centrado su alegato, conform¨¢ndose con algo menos, de 200, con lo que podr¨ªa probar suficientemente, en su opini¨®n, la responsabilidad de los nueve triunviros en el genocidio cometido en Argentina entre 1976 y 1982. La ¨²nica estrategia v¨¢lida para las defensas consistir¨ªa en la renuncia de alg¨²n letrado, lo que obligar¨ªa a repetir las actuaciones respecto de su deflendido, con el consiguiente retraso procesal y esc¨¢ndalo pol¨ªtico.Pero, en su conjunto, el proceso contin¨²a con toda normalidad y mejor de lo previsto; incluso la expectaci¨®n ciudadana no es grande y los asientos destinados al p¨²blico presentan numerosas vacantes. El temor ha pasado de lo que pudiera argumentarse en la sala del juicio a la provocaci¨®n callejera que pueda perpetrar la infraestructura paramilitar y parapolicial, a¨²n sin desmontar. Cuando el lunes volaron los dep¨®sitos de p¨®lvora de Fabricaciones Militares en el puerto de Buenos Aires -un mero accidente, con tres v¨ªctimas mortales-, con una explosi¨®n que alarm¨® a la ciudad, que observaba la ca¨ªda de las vidrieras y una columna de hongo at¨®mico levant¨¢ndose sobre los malecones portuarios, se temi¨® el comienzo de los atentados desestabilizadores.
El plan de un paranoico
Nada ha ocurrido a¨²n, pero el ministro del Interior, Antonio Troccoli, ha reconocido la existencia de planes operativos supuestamente organizados por los generales Ram¨®n Camps y Benjam¨ªn Men¨¦ndez desde sus respectivas prisiones en Buenos Aires y C¨®rdoba, donde esperan juicio. Camps fue cuantitativamente el mayor represor argentino en su calidad de jefe de la polic¨ªa bonaerense, y desde la c¨¢rcel ha afirmado que volver¨¢ al poder y que no le temblar¨¢ la mano cuando firme la futura orden de fusilamiento del presidente Ra¨²l Alfons¨ªn. Es un paranoico. Luciano Benjam¨ªn Meri¨¦ndez, t¨ªo carnal del que rindi¨® las Malvinas a las tropas brit¨¢nicas, es el m¨¢ximo exponente del halconismo militar y, como comandante en jefe del III Cuerpo de Ej¨¦rcito, acantonado en la provincia de C¨®rdoba -segunda capital del pa¨ªs, importante centro fabril y universitario-, se distingui¨® en la ferocidad de la guerra sucia contra la subversi¨®n de izquierdas.Seg¨²n El Periodista de Buenos Aires -semanario de izquierdas que apoya cr¨ªticamente al Gobierno radical y defiende en¨¦rgicamente la continuidad democr¨¢tica-, estar¨ªa en marcha un operativo blanco y azul -los colores de la ense?a nacional por el cual ser¨ªan asesinados en una noche de los cuchillos largos centenares de pol¨ªticos, periodistas, intelectuales, etc¨¦tera. A la confirmaci¨®n del ministro del Interior se ha unido la captura por la Polic¨ªa Federal de comandos que dispon¨ªan de arsenales de granadas de fabricaci¨®n espa?ola, kilos de trotil y variado armamento de guerra.
Por lo dem¨¢s, sobre la Sala de Justicia de la C¨¢mara Federal de Apelaciones siguen cayendo desgarradores testimonios de las v¨ªctimas de los suplicios.
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