'Coca-cola'
Me pregunto si el despliegue en Europa de los Pershing 2 no tendr¨¢ como objetivo ¨²ltimo preservar el ultrasecreto de la nueva f¨®rmula de la Coca-Cola. Han pasado 100 a?os y el E=mc2 espumoso ha sabido mantener su inc¨®gnita con mucho m¨¢s celo que las claves at¨®micas o cibern¨¦ticas. Y es que, como se sabe, la receta de la Coca-Cola es el santo y se?a final, la cifra insondable del c¨®digo de vida americano. Su magia alquimista ha permitido a Estados Unidos convertir el metal en oro.En estos 100 a?os, la superf¨®rmula s¨®lo hab¨ªa sufrido ligeros retoques, como fue en 1903 la desaparici¨®n de su contenido de coca¨ªna. Y ahora, casi de repente, en estos finales de siglo, el s¨ªmbolo nigrom¨¢ntico cambia y se nos propone una bebida con "sabor m¨¢s suave, armonioso y completo". ?Qu¨¦ metamorfosis radical se ha producido en EE UU para que se tome medida tan alarmante? ?Qu¨¦ carencias ha reconocido el imperio para variar el rumbo de su identidad hasta esos extremos? ?Por ventura la f¨®rmula del american way of life ha quedado obsoleta ante los nuevos tiempos?
Sin duda no es casualidad que tal conmoci¨®n se produzca bajo la ¨¦gida de Reagan. Hibernados el New Deal, la Nueva Frontera y dem¨¢s estereotipos enmascaradores, cae ahora degollado, inmisericorde, el c¨®digo secular de la CocaCola. Algo muy grave debe de estar sucediendo en los subterr¨¢neos de la conciencia americana como para que Reagan apueste por una bebida revolucionada. De la mano del presidente, la nueva CocaCola, superadora de la iconograf?a publicitaria de los hippies floreados o del melanc¨®lico Julio Iglesias, se me aparece como una aventura arriesgada para la humanidad. No es, pues, extra?o que la nueva cifra cabal¨ªstica, m¨¢s misteriosa que nunca, sea protegida no s¨®lo por siete llaves en la madriguera de la Trust Company of Atlanta, sino tambi¨¦n por las m¨²ltiples bater¨ªas de los Pershing 2 y dem¨¢s despliegues estrat¨¦gicos del Pent¨¢gono. Ni los sovi¨¦ticos, ni incluso la OTAN deben poder husmear en la nueva E=mc2 del imperio. Ni tampoco los extraterrestres: de ah¨ª probablemente la tozuda voluntad de Reagan de llevar adelante la .
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