Juan Carmona y Emilio Lechuga
Dos diputados del Parlamento de Andaluc¨ªa, contra los abusos de Sevillana de Electricidad
De Cabra del Santo Cristo, un pueblo de 3.000 habitantes perdido entre las provincias de Ja¨¦n y Granada, ha surgido el frente de batalla contra el m¨¢s duro monopolio andaluz: la compa?¨ªa Sevillana de Electricidad. Juan Carmona, alcalde del pueblo, y Emillo Lechuga, maestro excedente y, como el anterior, diputado en el Parlamento auton¨®mico, se han empe?ado en la lucha de denuncia de los abusos de la compa?¨ªa.
Juan Carmona es ayudante de Obras P¨²blicas, tiene cinco hijos y adora su pueblo ("?Usted conoce Arcos?,Pues parecido"). Jes¨²s Lechuga, maestro, tiene tres ni?as y tampoco dejar¨ªa el pueblo por nada del mundo. Hace tiempo, mucho tiempo, que son del PSOE y siguen empe?ados en serio, aunque ambos se consideren "bastante a la izquierda de lo que hoy es este partido".Vecinos de pueblo, de esca?o y de asiento en el tren de Sevilla, Carmona y Lechuga han tenido contacto suficiente para desarrollar el deseo de investigar primero y denunciar despu¨¦s lo que parec¨ªa un abuso de Sevillana de Electricidad, la compa?¨ªa que suministra electricidad a 2.740.000 hogares de Andaluc¨ªa, o sea, a todos los andaluces: "Empez¨® por denuncias y cosas raras que ve¨ªamos en el pueblo. Fuimos investigando y llegamos a la conclusi¨®n de que se estaba realizando un abuso a gran escala". El Parlamento pareci¨® acoger con entusiasmo la iniciativa, y el pasado 22 de mayo orden¨® una investigaci¨®n, cuyas conclusiones deber¨ªan darse a conocer a los seis meses.
Pas¨® el tiempo y no sal¨ªan a la luz p¨²blica las conclusiones. Entre tanto, Sevillana de Electricidad encarg¨® una campa?a de imagen a la oficina en la que presta sus servicios el ex presidente andaluz, Rafael Escuredo; simult¨¢neamente, la Consejer¨ªa de Salud y Consumo firm¨® un convenio con la compa?¨ªa el¨¦ctrica para instalar oficinas de servicio al consumidor; tambi¨¦n al mismo tiempo el ya exconsejero de Econom¨ªa, Julio Rodr¨ªguez, manifestaba que muy posiblemente hab¨ªan existido fallos al extrapolar las cantidades. Carmona y Lechuga, tercos ellos, reunieron a la Prensa en Ja¨¦n, denunciaron que la investigaci¨®n estaba atascada y calificaron el convenio entre la compa?¨ªa y la Consejer¨ªa de Salud y Consumo como una actitud similar a "poner a la zorra a guardar las propias gallinas".
La respuesta fue dura para estos dos modestos pol¨ªticos, cuyas esposas les instaban una y otra vez a que se dejaran de l¨ªos. El consejero de Econom¨ªa los acus¨® de tratar de colocar enchufados propios para hacer la investigaci¨®n, y dos altos personajes del partido ("preferimos no decir qui¨¦n, si no le importa") les sugirieron que fueran a Madrid para tratar directamente el tema con el presidente de la compa?¨ªa, Manuel de Gort¨¢zar: "Contestamos que podr¨ªamos recibirlo en Cabra del Santo Cristo cuando quisiera venir".
Pero insistiendo e insistiendo consiguieron que la maquinaria del Parlamento andaluz se pusiera de nuevo en marcha. Ahora todo el aparato parlamentario del partido los apoya y refuerza su denuncia. La oposici¨®n se interesa por el importe (nueve millones de pesetas) del contrato con la empresa en que trabaja Escuredo y por el transitorio frenazo a la investigaci¨®n. Sevillana de Electricidad inunda los medios de informaci¨®n andaluces de anuncios en los que presenta sus descargos. Pablo Recio, consejero de Salud y Consumo, no dice nada. Carmona y Lechuga siguen yendo y viniendo entre Cabra del Santo Cristo y Sevilla con la seria esperanza de que los andaluces no tengan que pagar en el futuro por la electricidad m¨¢s de lo justo.
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