Bob Wilson afirma que a trav¨¦s de la imagen se realizar¨¢ una renovaci¨®n est¨¦tica del teatro
El director de escena norteamericano asiste al congreso de Barcelona
Bob Wilson, que ha acaparado la atenci¨®n del Congreso Internacional de Teatro que se celebra en Barcelona, explic¨® ayer, en una inusual conferencia de prensa, las estructuras en las que basa sus creaciones, consideradas hoy d¨ªa como claros exponentes de un nuevo teatro de vanguardia. Tambi¨¦n, dentro de la misma jornada, otro vanguardista norteamericano, Robert Ashley, pionero de nuevas formas de ¨®pera, present¨® en la sesi¨®n plenaria del congreso sus ¨²ltimos trabajos realizados en medios audiovisuales, denominados por ¨¦l mismo m¨²sica-teatro.
Robert Wilson, despu¨¦s de terminar sus estudios en la universidad de Tejas, pone todas sus experiencias en arte y arquitectura al servicio del teatro y de la ¨®pera, campos en los que ha desarrollado su obra. Desde 1965, Wilson ha dise?ado la escenograf¨ªa y dirigido una gran cantidad de obras de teatro, espect¨¢culos de danza, v¨ªdeos, y tambi¨¦n filmes. A partir de su montaje Mirada del sordo se empez¨® a hablar de un "teatro de la imagen" opuesto al del teatro.Wilson explica que a trav¨¦s de la imagen, de la pintura en tres dimensiones, se podr¨¢ efectuar una renovaci¨®n est¨¦tica ininterrumpida.
Un montaje de 12 horas
En el lugar en que se desarroll¨® la conferencia de prensa de Wilson fue necesario instalar una pizarra, "ya que explico mejor mi trabajo haciendo diagramas o dibujos. El director norteamericano afirm¨® all¨ª que es totalmente concebible eliminar el texto de la obra y sustituirlo por otra cosa, ya que el nivel visual es independiente y se aguanta por s¨ª solo."Mis primeros trabajos eran mudos pero ten¨ªan una secuencia de silencios. Empec¨¦ a incorporar textos en mis ¨®peras despu¨¦s de conocer a Chris, una de las personas que han influido en mi trabajo". Chris es un joven autista, que entonces ten¨ªa 12 a?os, del que Wilson oy¨® una cinta con sonidos incoherentes y peque?as frases entrecortadas y repetidas.
Despu¨¦s de una larga historia, Chris Knowles se traslad¨® con Wilson Nueva York, donde actu¨® en su obra La vida y el tiempo de Joseph Stalin estrenada en la Brooklyn Academy of Music en 1973. La vida y la obra de Joseph Stalin es un montaje de 12 horas de duraci¨®n, tiempo de representaci¨®n inhabitual en Occidente y que es una de las caracter¨ªsticas destacadas del teatro de Robert Wilson.
Uno de sus ¨²ltimos espect¨¢culos, Las guerras civiles, es una ¨®pera en 13 lenguas diferentes, hecha en 1983 como proyecto global internacional, en el que aparecen cientos de actores de seis pa¨ªses diferentes. Las guerras civiles estaba programada entre las actividades culturales paralelas a los Juegos Ol¨ªmpicos de Los ?ngeles, pero finalmente no lleg¨® a representarse.
Este montaje constaba de escenas o actos, cada uno de los cuales hab¨ªa sido pensado, ensayado y presentado por separado en ciudades distintas de Europa y Am¨¦rica con la idea de poder juntarlo en un momento dado. Una versi¨®n fragmentada de Las guerras civiles fue presentada en Rotterdam (Holanda) en 1983.
Para Wilson, el actor, sus actores no deben imponer sus ideas al p¨²blico, ni su interpretaci¨®n, ni sus emociones y sus sentimientos, ya que estos se guardan dentro de una caja negra que se sit¨²a en el escenario y se olvida. "El actor es un instrumento de escuchar y de ver, si hace un gesto es una cosa que vemos, si dice un texto es un texto que escuchamos y lo que vemos no se relaciona con lo que sentimos, con lo que escuchamos, o puede que s¨ª, pero lo que vemos es coreografiado de una manera formal y es independiente de lo que sentimos y escuchamos. Cuando un actor interpreta un texto se convierte en algo demasiado complicado para el p¨²blico, es por ello que el teatro en el que creo no tiene nada que ver con el resto de la historia del teatro", afirma Robert Wilson.
Robert Ashely, que intervino en la sesi¨®n plenaria del congreso, present¨® su ¨²ltimo trabajo de teatro-m¨²sica en v¨ªdeo, una ¨®pera en la cual ¨¦l mismo lee el texto. Ashley afirm¨® que querr¨ªa que todo es tuviera amplificado electr¨®nicamente. "He perdido la ilusi¨®n por la amplificaci¨®n mec¨¢nica y su representaci¨®n en proyecci¨®n vocal me gustan los sonidos que anteriormente eran demasiado suaves o demasiado r¨¢pidos para ser ¨²tiles. En cualquier tradici¨®n estos sonidos, en la medida en que son reconocidos, se llaman matices Pero todos estamos sometidos a un acoso de matices tan denso que la forma principal, suponiendo que haya alguna, se ha perdido".
El teatro y la Prensa
Joan Enric Lahosa, profesor del Instituto de Teatro de Barcelona, habl¨®, en su comunicaci¨®n sobre el estado actual de las nuevas tecnolog¨ªas, de las interacciones entre los espect¨¢culos en vivo y los registrados en otros medios audiovisuales, as¨ª como del espectador que se ha creado a trav¨¦s de sus conocimientos sobre el teatro, el cine y la televisi¨®n, elementos estos dos ¨²ltimos transformadores del teatro actual.Mois¨¦s P¨¦rez Coterillo, director del Centro de Documentaci¨®n Teatral dependiente del Ministerio de Cultura, analiz¨® la p¨¦rdida de un espacio p¨²blico para el teatro y sus consecuencias a partir del tratamiento que se recibe en los medios de comunicaci¨®n.
P¨¦rez Coterillo utiliz¨® como ejemplo los diarios madrile?os y afirm¨® que la Prensa escrita corrobora la p¨¦rdida del relieve social del teatro como consecuencia del ascenso de la cultura de la imagen y de las nuevas tecnolog¨ªas, reduci¨¦ndose en estos medios radicalmente el tratamiento y releg¨¢ndose a columnas de opini¨®n aquello que hace a?os recib¨ªa un trato m¨¢s generoso. Cualitativamente se utilizan generalidades y clich¨¦s en lugar de elaborar una informaci¨®n propia, explic¨® Mois¨¦s P¨¦rez Coterillo.
Andr¨¦ Louis Perinetti, secretario general del Instituto Internacional del Teatro, plante¨® que la entidad en la que ¨¦l trabaja aparece como la afirmaci¨®n de una identidad particular, de una voluntad de construir en com¨²n un futuro a la medida de las esperanzas de los artistas, ya que existe entre todos una similitud cultural profunda. La diversidad de unos u otros, ligadas a la geograf¨ªa y a la historia, no pueden prohibir, explic¨® Perinetti, que los hombres de teatro compartan un mismo sistema de valores, una misma visi¨®n del hombre y de su futuro.
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