El ¨²ltimo cine espa?ol se presenta en Mosc¨²

Con la proyecci¨®n de la pel¨ªcula Stico, de Jaime de Armi?¨¢n, comenz¨®, anteayer en Mosc¨² una semana dedicada al cine espa?ol que comprende una muestra de la producci¨®n de los ¨²ltimos seis a?os, y que ha sido organizada por el comit¨¦ cinematogr¨¢fico sovi¨¦tico (Goskino) y la Direcci¨®n General de Cinematograf¨ªa espa?ola.

Las cintas Ep¨ªlogo, Truhanes, Valentina, De hombre a hombre, Cr¨®nica del alba y Los santos inocentes completan esta muestra, seleccionada por los representantes sovi¨¦ticos entre una treintena de t¨ªtulos ofrecidos por la parte espa?ola. Las pel¨ªculas se proyectar¨¢n en varios cines moscovitas hasta el pr¨®ximo d¨ªa 29 y tambi¨¦n en Leningrado. Para presentarlas han acudido a Mosc¨² el director de la Filmoteca Espa?ola, Juan Antonio P¨¦rez Mill¨¢n; el realizador Miguel Hermoso y los actores Fernando Fern¨¢n-G¨®mez e Irene Calvo.

Situaci¨®n

En una conferencia de prensa celebrada el pasado jueves, Juan Antonio P¨¦rez Mill¨¢n inform¨® a los periodistas sovi¨¦ticos que han acudido a la muestra sobre la situaci¨®n de la cinematograf¨ªa espa?ola con posterioridad a 1975, y se?al¨® que la producci¨®n anual de largometrajes oscila entre los 100 y los 120 t¨ªtulos.Durante la ¨¦poca de Franco, explic¨® Miguel Hermoso, el espectador deb¨ªa entender la pel¨ªcula "entre l¨ªneas", y los directores con m¨¢s ¨¦xito eran aquellos que pod¨ªan comunicarse con el espectador mediante "trucos y gui?os" que la censura no pod¨ªa prohibir, pero que el p¨²blico entend¨ªa. Con la llegada de la democracia, se?al¨®, el lenguaje cinematogr¨¢fico espa?ol se ha hecho m¨¢s directo y la realizaci¨®n ha mejorado.

La muestra de cine espa?ol ser¨¢ seguida, el pr¨®ximo oto?o en Madrid, de una muestra de cine sovi¨¦tico actual, muy poco conocido en Espa?a debido a la falta de canales para su distribuci¨®n, seg¨²n se?al¨® P¨¦rez Mill¨¢n. El cine sovi¨¦tico durante el franquismo era una "referencia cultural dotada de sentido pol¨ªtico", prosigui¨® P¨¦rez Mill¨¢n, pero cuando los "monumentos hist¨®ricos" sovi¨¦ticos se estrenaron oficialmente en Espa?a, a partir de la muerte de Franco, no encontraron una respuesta tan entusiasta como se hab¨ªa previsto.