Tres atracadores torturan brutalmente a los due?os y al inquilino de una mas¨ªa
Tres personas fueron brutalmente torturadas en la madrugada de ayer en el interior de su propia casa -una mas¨ªa aislada, en el t¨¦rmino municipal de Lli?a de Vall, una poblaci¨®n de 1.700 habitantes situada a unos 20 kil¨®metros de Barcelona-, por tres individuos con las caras cubiertas con un pa?uelo que irrumpieron en su domicilio, esgrimiendo una pistola, que result¨® ser de pl¨¢stico, y exigiendo dinero y objetos de valor. Ayer, por la tarde, el estado de dos de las v¨ªctimas era grave.
Los propietarios y el inquilino de la vivienda tuvieron que ser atendidos urgentemente en la Sociedad de Socorros Mutuos de Mollet (Barcelona) a consecuencia de los numerosos golpes y quemaduras que les propinaron y provocaron los tres delincuentes, que hab¨ªan forzado la puerta de su casa -una mas¨ªa conocida como Can Farn¨¦s- mientras ellos dorm¨ªan. Las investigaciones policiales han reca¨ªdo sobre el Grupo de Informes y Atestados de la Guardia Civil de Mollet del Vall¨¨s, que depende de la Comandancia de Manresa.Los hechos ocurrieron sobre las dos de la madrugada de ayer, cuando los tres individuos, que llevaban la cara tapada con un pa?uelo, penetraron en la mas¨ªa y exigieron a Pilar Iglesias Boix, de 63 a?os; a su marido, Francisco S¨¢nchez Bene, de 54, y al pastor que convive en la casa, Enrique Aleu Cabrerizo, de 49, el dinero del que dispusieran, as¨ª como toda clase de objetos de valor.
Quer¨ªan m¨¢s dinero
Los asaltantes se apoderaron de 30.000 pesetas e hicieron caso omiso a la promesa del propietario de firmarles un tal¨®n bancario porque all¨ª no dispon¨ªa de m¨¢s dinero en met¨¢lico. Los tres individuos golpearon entonces al matrimonio y al pastor, empleado de la finca. Tras los primeros golpes se produjeron las torturas. Seg¨²n fuentes policiales, las v¨ªctimas sufrieron quemaduras, producidas, al parecer, por un hierro candente. La mujer, adem¨¢s, fue empalada por el a?o.Tuvieron que transcurrir unas cinco horas antes de que el pastor, que fue quien sufri¨® lesiones menores, pudiera pedir auxilio. Eran las siete de la ma?ana cuando Enrique Aleu pudo llegar hasta la casa m¨¢s pr¨®xima, distante unos 300 metros, y avisar a los vecinos. Uno de ellos, la primera persona que penetr¨® en la casa para socorrer al matrimonio, declar¨® ayer a este diario, refiri¨¦ndose a las v¨ªctimas: "Les encontr¨¦ desnudos, maniatados y en un estado deplorable". La misma persona explic¨® adem¨¢s que "toda la casa estaba revuelta, hab¨ªa cristales rotos y cajones por los suelos", y, hablando de Francisco S¨¢nchez, dijo que "estaba inm¨®vil, tumbado encima de la carna". En un r¨¢pido repaso a la mas¨ªa, el vecino descubri¨®, en el corral de la casa, una oveja decapitada con un hacha.
A las nueve de la ma?ana, Pilar Iglesias y Francisco S¨¢nchez ingresaban en el centro m¨¦dico de Mollet, presentando m¨²ltiples heridas contusas y quemaduras de primer y segundo grado. El marido sufri¨® quemaduras en sus genitales y su esposa en los pechos. Ambos quedaron ingresados en el hospital en estado grave. Pilar Iglesias fue intervenida quir¨²rgicamente ayer por la tarde. El pastor fue dado de alta horas despu¨¦s, ya que s¨®lo presentaba heridas en el rostro y quemaduras en una oreja.
Joan Vilaseca, responsable del hospital de Mollet, explic¨® ayer que "los pacientes sufren heridas graves, su estado es estacionario, y, aunque no est¨¢n en peligro de muerte, habr¨¢ que esperar 24 horas para conocer su evoluci¨®n". Vilaseca explic¨® que las intervenciones a que fueron sometidos Pilar Iglesias y Francisco S¨¢nchez tuvieron como objetivo inmediato "evitar que las heridas y quemaduras se infectaran".
Seg¨²n las primeras declaraciones efectuadas por el pastor a los investigadores, los individuos que penetraron en la mas¨ªa iban correctamente vestidos, dos de ellos con trajes de tono azul y el tercero con un traje marr¨®n, ten¨ªan acento extranjero, eran de tez morena y aparentaban entre 30 y 35 a?os de edad. Los tres individuos quemaron tambi¨¦n algunas ropas que encontraron y revolvieron las habitaciones.
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