Una hermosa eleg¨ªa inacabada
Acaba de salir a la luz un peque?o y bell¨ªsimo libro. Su autora es Adelaida Garc¨ªa Morales. El libro contiene dos relatos. El primero de ellos, que da su t¨ªtulo al libro, se llama El Sur. En ¨¦l est¨¢ basada la famosa pel¨ªcula de V¨ªctor Erice. En algunos de los misterios que rodean al filme entrar¨¢ la luz tras la aparici¨®n del soporte literario de la pel¨ªcula.De estos misterios, el m¨¢s grueso es el del argumento de la pel¨ªcula. Sobre este asunto hay confusiones. Por ejemplo, en este mismo peri¨®dico un cronista afirm¨® recientemente que el gui¨®n original de El Sur era de cuatro horas de duraci¨®n. No es as¨ª. Quien firma este comentario colabor¨® un par de meses con Erice en la elaboraci¨®n del gui¨®n y conoce sus dimensiones temporales, que en ning¨²n caso superaban las dos horas y media.
El excesivo n¨²mero de folios escritos, casi 500, llevaba a enga?o a causa de la prolijidad de las descripciones, que aumentaron de manera desusada el volumen del gui¨®n, pero no su duraci¨®n. El rodaje de la pel¨ªcula fue interrumpido cuando ¨¦sta ten¨ªa un metraje de aproximadamente hora y tres cuartos. Por consiguiente, lo que qued¨® sin rodar abarca entre 45 minutos y una hora, como mucho.
No hay una segunda parte no rodada de El Sur. Lo que qued¨® in¨¦dito son s¨®lo las secuencias finales, su culminaci¨®n argumental, y ah¨ª es donde interviene el reci¨¦n aparecido libro de Adelaida Garc¨ªa Morales, pues su lectura aclara los hilos que quedaron oscuros o truncados en el filme. La pel¨ªcula, tal como qued¨®, termina cuando la protagonista anuncia su viaje al Sur. Pues bien, en el libro se comprobar¨¢ el sentido de la inexplicable parte del argumento en que sale a relucir la actriz de cine; la funci¨®n de la carta de ¨¦sta al padre de la protagonista; el viaje de la muchacha, ya muerto su padre, al m¨ªtico Sur; el desvelamiento all¨ª del enigma de la juventud del padre; el descubrimiento de que ¨¦ste am¨® apasionadamente a aquella actriz y de que con ella tuvo un hijo; el encuentro de la muchacha con este insospechado hermano menor, que ignora su verdadero origen; y, finalmente, el nacimiento del amor entre los dos adolescentes y la resurrecci¨®n l¨ªrica del padre suicida a trav¨¦s de la delicada fusi¨®n incestuosa de sus hijos.
Estos hilos truncados gravitan sobre lo que queda del filme, acentuando su car¨¢cter enigm¨¢tico, pero tambi¨¦n en forma de carencia, de inacabamiento, de imperfecci¨®n y falta de redondez argumental en una pel¨ªcula donde todo, absolutamente todo, salvo esto, es perfecto, redondo.
Cine y literatura
La coincidencia de la presentaci¨®n en las pantallas de televisi¨®n de El Sur con la edici¨®n del relato literario en que la pel¨ªcula se inspira, adem¨¢s de aclarar algunos de esos aspectos negativos a que acabamos de referirnos, va a contribuir, y mucho, a enriquecer un viejo e intenso debate permanente: el de las fronteras del cine con la literatura y, en especial, el de las fronteras ling¨¹¨ªsticas entre la expresi¨®n filmica y la cinematogr¨¢fica. En este sentido, la pel¨ªcula de Erice es una de las aportaciones m¨¢s solventes. del cine de las ¨²ltimas d¨¦cadas a ese crucial debate.Hay un viejo axioma, ciertamente simplista, pero que tiene un buen refrendo estad¨ªstico en la historia del cine. Seg¨²n este axioma, de la buena literatura se extraen malas pel¨ªculas; y de la mala literatura, buenas pel¨ªculas. Con notables excepciones, la norma es que una buena novela tiene dificil traducci¨®n filmica y, al rev¨¦s, que el buen cine suele mejorar a la mala literatura. Pues bien, el filme de Erice hace trizas esta parad¨®jica ecuaci¨®n y su El Sur ofrece un aut¨¦ntico concierto de magn¨ªfico cine extra¨ªdo de magn¨ªfica literatura.
Es apasionante y admirable comprobar las variantes espec¨ªficamente f¨ªlmicas que Erice ha ideado y puesto en marcha para dar a su pel¨ªcula una identidad perfectamente diferenciada de su soporte literario. Para contar la misma historia se vale de medios inimaginables en literatura, inventa escenas s¨®lo posibles en el cine, crea una cadencia propia, intraducible, y de la eleg¨ªa narrada extrae una secreta musicalidad, imposible de imaginar sobre una cuartilla en blanco. De pura literatura Erice deduce, con un talento deslumbrante, puro cine.
La hermosura del filme es indefinible. Hay que verlo y, aun as¨ª, a la visi¨®n seguir¨¢ la mudez del espectador, porque la historia y su magistral visualizaci¨®n nos sit¨²an en el borde de lo inefable, m¨¢s all¨¢ de las palabras. El Sur -y es pat¨¦tico intentar imaginar lo que este filme hubiera llegado a ser con el arco argumental cerrado sobre s¨ª mismo- es una filme de tan singular belleza, que se olvidan y dejan pasar su precipitado final y el apresuramiento -que choca con la exactitud de la medida de cuanto le precede- con que se cierra la met¨¢fora en que desemboca en sus ¨²ltimas escenas. Quien ame al cine, debe sumergirse en esta eleg¨ªa, que es una de las pocas contribuciones del cine espa?ol al esp¨ªritu de este tiempo.
El sur se emite hoy a las 22.45 por TVE-1.
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