El mito del 'Caballo de hierro'
Incre¨ªble, pero cierto: dos grandes y magn¨ªficos filmes cl¨¢sicos en las programaciones cinematogr¨¢ficas de TVE de este s¨¢bado. Uno es un famoso western de Cecil B. De Mille, Uni¨®n Pac¨ªfico, realizado a lo grande por aquel aficionado al gigantismo. El otro es un filme intimista, reciente y pr¨®ximo, El Sur, de V¨ªctor Erice. Excelente programaci¨®n, que rompe la que parec¨ªa inamovible costumbre de meter los s¨¢bados, bajo la especie de cine familiar, los peores o al menos los m¨¢s convencionales filmes del ret¨¦n de reservas de TVE.El mito del caballo de hierro, hermoso nombre con el que algunas tribus indias bautizaron a los primeros trenes que violaron el silencio de las praderas v¨ªrgenes, es uno de los grandes filones del cine del Oeste.Entre las pel¨ªculas que forjaron este mito y lo llevaron a su m¨¢xima fertilidad hay que contar con Uni¨®n Pac¨ªfico, leyenda de infancia para millones de espa?oles, cuyo director, uno de los grandes pioneros y forjadores de Hollywood, Cecil B. de Mille, realiz¨® en 1939.
Es un filme de trepidante ritmo, de ejecuci¨®n brillant¨ªsima, algo desequilibrado por su desmesura, dominado por un incontenible aliento ¨¦pico, que ennoblece algunas de las inevitables ingenuidades nacionalistas que hay en su planteamiento, y que fund¨® toda una estirpe de pel¨ªculas memorables sobre la aventura en los espacios abiertos.
Admira ver que viejos filmes como ¨¦ste, pese a estar estil¨ªsticamente sobrepasados y con olor a rancio, se mantienen vivos, reci¨¦n inventados, tras el paso de medio siglo sobre ellos. No s¨®lo les respeta el tiempo, sino que los afina y ennoblece.
Algunas secuencias de Uni¨®n Pac¨ªfico son aut¨¦nticas matrices y de ellas se derivan infinidad de inolvidables instantes de filmes posteriores. Por ejemplo, el tratamiento iconogr¨¢fico del mundo de las praderas; las escenas de la caza del bisonte; el tratamiento pl¨¢stico del drag¨®n asm¨¢tico, es decir, del tren como m¨ªtica sonda oscura, airada, humeante y solitaria que penetra en los blancos espacios inmaculados.
A?adamos la magn¨ªfica composici¨®n del personaje de Barbara Stanwyck, que es un prodigio de equilibrio en la combinaci¨®n de dureza y ternura, y que ha sido imitada en otras muchas pel¨ªculas; algunas escenas de saloon, como aquella antol¨®gica sacada de rev¨®lver de Joel McCrea, en la que, a trav¨¦s de un espejo, observa la maniobra asesina de su enemigo Brian Donlevy y, en un fulgurante giro sobre s¨ª mismo, dispara contra ¨¦l y acaba con su vida. Y m¨¢s, muchos m¨¢s momentos inspirados de este filme, que est¨¢ hecho precisamente de puros momentos, de instantes, de granitos de tiempo f¨ªlmico que acumulados generan una peque?a y entra?able cima de la historia sentimental del cine.
Cecil B. DeMille se forj¨® en el cine mudo y esto se percibe en sus filmes sonoros, sobre todo en la poderosa elocuencia de sus im¨¢genes, en el vivo movimiento interior de estas im¨¢genes y en la complementaci¨®n entre los aparatosos contenidos de las escenas y la quietud de la c¨¢mara, que abarca con inexplicable precisi¨®n tales contenidos. En Uni¨®n Pac¨ªfico hay toda una lecci¨®n acerca de la complicada simplicidad del cine de acci¨®n. Algunos contenidos del filme se han quedado atr¨¢s y suenan a antiguos, pero la forma en que DeMille atrapa la acci¨®n sigue siendo, tras 50 a?os, inmejorable.
Uni¨®n Pac¨ªfico se emite hoy a las 16.05 por TVE-1.
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