Gandhi, en Mosc¨²
EL PRIMER viaje al extranjero del jefe de Gobierno de la India, Rajiv Gandhi, es el que acaba de concluir en la Uni¨®n Sovi¨¦tica. Durante este viaje se ha confirmado la tradici¨®n de relaciones privilegiadas entre Nueva Delhi y Mosc¨², en gran parte determinadas por factores objetivos, geogr¨¢ficos e hist¨®ricos. Desde el momento de su fundaci¨®n, en medio del desgarramiento sangriento entre hind¨²es y musulmanes, la creaci¨®n de Pakist¨¢n fue considerada por los dirigentes indios como una amenaza grav¨ªsima para la estabilidad del Estado que acababa de nacer. Con oscilaciones en los grados de tensi¨®n, ese conflicto ha sido un elemento permanente en la pol¨ªtica exterior india. M¨¢s tarde, la disputa y los choques fronterizos entre China y la India fueron nuevas razones para que el Gobierno de Nueva Delhi sintiese la necesidad de acercarse al de Mosc¨². Hoy existe un factor nuevo esencial: la ocupaci¨®n sovi¨¦tica de Afganist¨¢n y los millones de afganos refugiados en Pakist¨¢n. Esta acci¨®n del expansionismo sovi¨¦tico no puede por menos de provocar un esfuerzo, sobre todo de EE UU, por ayudar a la resistencia afgana. Pero desde Nueva Delhi, el ¨¢ngulo de visi¨®n es distinto; la preocupaci¨®n prioritaria sigue siendo el fortalecimiento militar de Pakist¨¢n, al que se atribuyen, y no sin raz¨®n, apoyos y est¨ªmulos a las revueltas de los sijs tendentes a desestabilizar el sistema constitucional de la India.Los dos acuerdos econ¨®micos firmados por Rajiv Gandhi en Mosc¨² revisten gran importancia; uno de ellos concede un cr¨¦dito sovi¨¦tico de 1.500 millones de d¨®lares; el otro establece el marco de la cooperaci¨®n econ¨®mica entre los dos pa¨ªses hasta el a?o 2000. Sin embargo, ambos se refieren, sobre todo, a ramas tradicionales como el petr¨®leo, el carb¨®n, la industria pesada; por tanto, no resuelven un problema decisivo para el desarrollo de la India en los pr¨®ximos a?os: la necesidad de importar nuevas tecnolog¨ªas. Es muy probable que ese sea tema central, en la esfera econ¨®mica, del viaje que el primer ministro indio va a realizar a Washington el pr¨®ximo mes de junio. En ese orden, el Gobierno norteamericano tendr¨¢ que adoptar algunas decisiones de largo alcance; durante bastante tiempo, EE, UU ha colocado sus relaciones con la India en un rengl¨®n m¨¢s bien bajo de su escala de preocupaciones. Sin embargo, se percibe una evoluci¨®n en tal actitud, en parte motivada por la nueva situaci¨®n creada en Afganist¨¢n; un hecho indicativo es el env¨ªo de la escuadra al oc¨¦ano Indico con su base de Diego Su¨¢rez.
En todo caso, las declaraciones de Gandhi en Mosc¨² han demostrado una voluntad de consolidar una amistad antigua que, indiscutiblemente, ha sido beneficiosa para la India, y tambi¨¦n para la Uni¨®n Sovi¨¦tica. Las cr¨ªticas que ha formulado a ciertos aspectos de la pol¨ªtica de EE UU, como la llamada guerra de las galaxias, no son nuevas en s¨ª. Que las haya reiterado en Mosc¨² no carece de significaci¨®n; de la misma forma que est¨¢ dispuesto a enfocar su pr¨®ximo viaje a Washington sin concesiones previas, ni disimular los puntos de desacuerdo. En el momento del nombramiento de Rajiv Gandhi como primer ministro, se le present¨®, quiz¨¢ con precipitaci¨®n, como inclinado al acercamiento con Occidente; nada de lo que ha hecho desmiente, ni confirma, tal suposici¨®n. Pero es evidente que, como jefe del Gobierno indio, tiene un inter¨¦s fundamental en conservar las buenas relaciones con Mosc¨²; y sin duda a la vez de encontrar con EE UU terrenos sustanciales de cooperaci¨®n.
Lo que no ofrece dudas es que la India va a seguir centrando su- pol¨ªtica exterior en el Movimiento de los Pa¨ªses no Alineados, del que actualmente ocupa la presidencia. Y defendiendo dentro de ese movimiento, frente a ciertas tendencias -como la cubana- a acentuar el sesgo prosovi¨¦tico, un no alineamiento lo m¨¢s aut¨¦ntico posible, abierto a colaboraciones con Mosc¨² y con Washington, y particularmente con Europa. El Movimiento de los no Alineados sufre serias contradicciones en su seno; sus capacidades de actuaci¨®n son limitadas, quiz¨¢ por el hecho mismo de que abarca a un n¨²mero muy elevado de pa¨ªses con situaciones y problemas muy diferentes; pero su existencia es un factor fundamental para frenar y limitar la bipolarizaci¨®n, la tendencia a extender la divisi¨®n en bloques militares a nuevas zonas del planeta. En ese- orden, por la propia situaci¨®n que ocupa en el sur de Asia, la India tiene un inter¨¦s vital en que el no' alineamiento siga ejerciendo una influencia, moderadora en la vida internacional; y que, a la vez, sea interpretado en un sentido que no obstaculice las cooperaciones que necesita para su desarrollo.
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