Una loter¨ªa macabra
Quince presos han muerto a manos de sus compa?eros en una salvaje ceremonia de denuncia en Brasil
El pasado lunes, los presos de dos c¨¢rceles de Belo Horizonte, capital del Estado de Minas Gerais, anunciaron que el sorteo hab¨ªa sido suspendido temporalmente., y las autoridades pudieron, por fin, respirar aliviadas: el sorteo, mientras existi¨®, provoc¨® la muerte de 15 presos en dos meses.
El sorteo de la muerte fue una de las m¨¢s salvajes rebeliones surgidas dentro de presidios brasile?os. Pero fue, adem¨¢s, una rebeli¨®n silenciosa: una vez por semana, los presos de una determinada celda sorteaban qui¨¦n deber¨ªa ser asesinado durante la noche. Los l¨ªderes de ese ritual macabro explicaron que as¨ª trataban de llamar la atenci¨®n de las autoridades sobre el problema de superpoblaci¨®n de dos presidios en Belo Horizonte, adem¨¢s de exigir el traslado a penitenciar¨ªas en el interior del Estado y la liberaci¨®n inmediata de los que hab¨ªan cumplido, sus penas.
Por el mismo procedimiento con que se sorteaban las v¨ªctimas eran sorteados los verdugos. La decimoquinta v¨ªctima, Roberto Carlos de Oliveira, -de 19 a?os, fue asesinado el mi¨¦rcoles 22 de mayo, un d¨ªa antes de cumplir su condena por asalto y estupro. Fue ahorcado por Severino Ferreira de Lima, que es un hombre de suerte: por cuatro veces sac¨® el papelito que le daba el derecho a matar a un compa?ero de celda. Tranquilo, Severino afirma: "Tengo una tarea que cumplir, y sonr¨ªo para los muchachos mientras los ahorco". Sus compa?eros de celda dicen que Severino Ferreira de Lima es un homosexual violento, que coleccion¨® a lo largo de los ¨²ltimos 10 meses una serie infinita de agresiones sexuales contra otros detenidos y que antes del surgimiento del sorteo de la muerte ya hab¨ªa asesinado a otros dos presos. Sin embargo, permanec¨ªa en la misma celda, junto a criminales peligrosos y j¨®venes que hab¨ªan sido detenidos para simples averiguaciones o alguna borrachera nocturna.
Un ba?o al mes
Las autoridades de Minas Gerais, a su vez, tardaron casi un mes en reaccionar. El secretario de Interior del Estado de Minas Gerais, Silvio de Abreu Junior, se defendi¨® recordando que en los ¨²ltimos 30 a?os no se hab¨ªa construido ninguna nueva celda en los presidios del Estado.
Es cierto que la superpoblaci¨®n, en las dos c¨¢rceles donde existi¨® el sorteo de la muerte, es salvaje: hay un promedio de un metro cuadrado para cada hombre detenido. En otras palabras, hay 30 detenidos en cada celda, proyectada para albergar a seis. Los presos tienen autorizaci¨®n para ba?arse una vez al mes y conviven delincuentes de alta peligrosidad, delincuentes ocasionales y personas detenidas de noche en las rondas policiales.
Con el caso del macabro sorteo de la muerte saltando a las p¨¢ginas de los peri¨®dicos se abri¨® una agitada discusi¨®n sobre la urgente necesidad de reformas en el sistema penitenciario de Minas Gerais, que, de hecho, no es muy distinto de lo que ocurre en todos los otros Estados brasile?os. Al empezar las averiguaciones para apurar responsabilidades por el sorteo, otra grave acusaci¨®n se apreci¨® en Belo Horizonte: algunos funcionarios de justicia ten¨ªan una lista de precios para agilizar el traslado de los presos a penitenciar¨ªas del interior del Estado. En esas penitenciar¨ªas, las condiciones son te¨®ricamente mejores para que se cumpla una condena y, evidentemente, mejores para que se intente escapar. Hace tres a?os, las Naciones Unidas otorgaron a una penitenciar¨ªa del Estado de Minas Gerais, en el municipio de Neves, el t¨ªtulo
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