Desnudar al ¨¢guila
Sab¨ªa que esa propuesta de gran refinamiento propagand¨ªstico sobre la libertad en abstracto y sus variaciones filos¨®ficas, puesta en el conglomerado de argumentos agresivos de la Administraci¨®n Reagan, sirve a la estrategia militar norteamericana tanto como los preparativos.. de invasi¨®n desde Honduras, con lo cual pasa a ser parte de las maniobras conjuntas; al fin y al cabo, Reagan s¨®lo est¨¢ luchando por devolver a los nicarag¨¹enses la libertad que los sandinistas les han arrebatado y por, rescatarlos del infierno comunista. Y sirven adem¨¢s de bumerang humanista, para volver a Europa y a los mismos Estados Unidos y tocar all¨ª la conciencia occidental en parlamentos, academias y peri¨®dicos. ?En Nicaragua se est¨¢n comiendo al individuo!Cuando un intelectual latinoamericano alza su pie para ir a endulzar los o¨ªdos occidentales con este reclamo filos¨®fico, est¨¢ cometiendo un chantaje descarado y jugando conscientemente en la retaguardia del ¨¢guila, cuya estrategia militar tambi¨¦n necesita de la apropiada seducci¨®n de la conciencia occidental, el ¨¢guila que no tiene un pelo de tonta.
No se trata de que las libertades hayan sido suprimidas y que el individuo ya fue aplastado, sino que la concepci¨®n filos¨®fica que sobre libertad e individuo los sandinistas guardan en secreto para mientras pueden aplicarla indica claramente cu¨¢les son sus mal¨¦volas tendencias. Libertad e individuo ver¨¢n su desaparici¨®n en un futuro cercano pero incierto, porque en las entra?as de las aves est¨¢ escrito que Nicaragua ser¨¢, tarde o temprano, un pa¨ªs totalitario. Y al ser as¨ª es por que el proyecto sandinista forma parte de la gran conspiraci¨®n sovi¨¦tica por el dominio mundial: la virtud que el chantaje tiene es cerrarte las puertas del para¨ªso de Occidente, y de all¨ª en adelante, a ganarte el pan con el sudor de tu frente.
?Y todo para qu¨¦? Si quieres probar que no tienes tendencias totalitarias ni nunca se te han pasado semejantes pensamientos por la cabeza, acepta el reclamo o la dulce sugerencia de que es necesario hacerle unas cuantas concesiones m¨¢s al ¨¢guila, unos cuantos polluelos sangrantes m¨¢s para apaciguarla mientras ronda, grazna y te clava las u?as, y para que no se siga dudando que tienes esas tendencias, no te acerques tanto a la Uni¨®n Sovi¨¦tica, no les aceptes nada, porque lo que quieren es acabar de seducirte, y Dios te libre de su petr¨®leo; ?para qu¨¦ petr¨®leo, si bien puedes alumbrarte con candiles? Al ¨¢guila no le gusta la electricidad comunista.
La revoluci¨®n confiscada, dicen algunos., La revoluci¨®n traicionada, otros. ?D¨®nde est¨¢n los antiguos due?os de esa revoluci¨®n? ?D¨®nde los amantes traicionados? No es melodrama: sus cartas de amor las recibimos todos los d¨ªas escritas con la sangre de nuestros ni?os de pecho destrozados por los obuses, con la sangre de nuestros ni?os descuartizados, que apenas estaban aprendiendo a caminar; si sabes de otra clase de humanismo que nosotros no conozcamos, ven y expl¨ªcanoslo aqu¨ª, con todo el bagaje de Occidente.
Y como tenemos tendencias totalitarias, tambi¨¦n hemos producido la escasez, la penuria, las colas; todo eso se debe nada m¨¢s que a nuestra enemistad con las ideas de Occidente. Los sandinistas tienen que probar, para que se les crea, que son capaces de vivir en guerra y bajo la agresi¨®n, en medio de la abundancia y la prosperidad.
Ni?os de Berl¨ªn
Cuando mis amigos berlineses me relataban sus recuerdos de ni?o durante la guerra no olvidaban la sopa de c¨¢scaras de papa por todo almuerzo y sus excursiones a recoger ra¨ªces que com¨ªan hervidas; y en Europa las colas para comprar lo que no hab¨ªa. En Nicaragua hay colas para comprar gasolina, faltan las medicinas, escasean los art¨ªculos importados, no hay repuestos para veh¨ªculos y si el ¨¢guila sigue apretando las tuercas del boicoteo se parar¨¢n pronto los pocos ascensores que hay en Managua, dejar¨¢n de funcionar los aparatos de aire acondicionado.
Pero a lo mejor la penuria, las colas, la escasez se justifican en una guerra europea y son fen¨®menos anormales en un pa¨ªs sin museos ni bulevares, ni teatros de la ¨®pera que bombardear, sin f¨¢bricas manejadas por robots y con tan pocas escuelas, sin academias ni orquestas sinf¨®nicas, ni autopistas, ni pinacotecas; tan s¨®lo humildes CIR (Centros Infantiles Rurales), CAR (Centros de Abastecimiento Rural), DAP (Dep¨®sitos Agr¨ªcolas Populares), CEP (Centros.de Educaci¨®n Popular), URO (Unidades de Rehidrataci¨®n Oral) que los ¨¢ngeles guardianes de la cultura de Occidente destruyen todos los d¨ªas y cuyas siglas no est¨¢n en el lenguaje de la civilizaci¨®n de Occidente y no tienen, por tanto, categor¨ªa occidental-cristiana.
Las categor¨ªas de Occidente que s¨®lo tienen que ver con el ser inmutable, acorazado por su libertad ontol¨®gica desde la hora de abrir el peri¨®dico sobre la mesa del desayuno hasta la hora en que reclina su cabeza sobre las almohadas de la tradici¨®n. Y nada de la voluntad, ni de los planes, ni de los sue?os de j¨®venes armados y mujeres milicianas, obreros que discuten y campesinos que aprenden, madres enlutadas y polvasales, bre?ales, bald¨ªos, trochas, abras, lodo, caminos rurales, tumbas. Tumbas en todas partes.
Para terminar en que tu democracia no es una democracia; es que hiciste elecciones, pero demasiado tarde; las pudiste haber hecho antes. Y ahora que al fin las hiciste, el cierto que las ganaste, pero hay que hacerlas de nuevo.
La libertad, pero en concreto, para palparla, para acariciarla como un objeto sensual, como un cuerpo, sentirla, moldearla, defen derla. La libertad en la realidad, sacarla del barro, cocerla, darle forma. Y una democracia humilde que salga del mismo barro ensan grentado no me preguntes antes de tiempo a qu¨¦ se parece; te lo voy a explicar cuando el barro est¨¦ coci do. Y mientras tanto, si no,ayudas a amasar, no estorbes.
All¨ª est¨¢ ese hueco que hay que llenar. Cort¨¢zar poniendo pie en la costa que espera-con su relieve atormentado. La firma de Julio Cort¨¢zar. Hace falta Julio Cort¨¢zar.
es vicepresidente del Gobierno de Nicaragua y escritor.
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