'Lovematics'
Junto con el SIDA, el herpes sexantem¨¢tico y la nueva castidad, nos est¨¢ llegando de Norteam¨¦rica una nueva l¨ªnea de electrodom¨¦sticos para el folgar, dulce folgar moderno. Son las llamadas lovematics o m¨¢quinas amadoras autom¨¢ticas.Por ejemplo, est¨¢ la lovedora electr¨®nica, en pl¨¢stico reforzado con formas de Marilyn, hendija milleriana y varios programas de lovado y prelovado en caliente o en fr¨ªo, a elegir, con espuma suavizante, centrifugado y secado, satisfacci¨®n garantizada. Lo ¨²ltimo es el automatic lover, puesto a punto por la General Lovectric, y que es un robot humanoide de la quinta degeneraci¨®n, amante superdotado tama?o antinatural y con pilas para rato, para uso y abuso de damas desencantadas del machismo y caballeros hastiados del amor considerado corno guerra sin cuartel a bayoneta calada y cuerpo a cuerpo. Se enchufa y se le ordena: "Bautista, ama un poco aqu¨ª a la se?ora, que yo voy a descabezar un sue?ecito". El se?or se da media vuelta, y a disfrutar del merecido reposo del guerrero, mientras el fiel ayuda de cama remata la faena tras musitar al o¨ªdo de la feliz usuaria:
-La ama el amador autom¨¢tico de Pepe Gonz¨¢lez. El se?orito no est¨¢ para nada. Introduzca una moneda por la ranura y, al o¨ªr el primer suspiro, tiene usted una hora para disfrutarme...
(Porque, adem¨¢s, cobra y le gana a uno para pagar los plazos y su manutenci¨®n.)
Si uno baja a por tabaco puede dejar su amador autom¨¢tico conectado para que vaya contentando a las visitas inesperadas.
En algunos pa¨ªses del eurotismo avanzado, como la RFA, hay montadas lovender¨ªas p¨²blicas donde te hacen el lovado de la ropa sucia freudiana in situ y te la dejan como nueva, mientras uno hojea una revista.
Cuando, esperemos que pronto, nuestro sistema de econom¨ªa sexual de mercado ponga esta nueva gama (el eslogan podr¨ªa ser "vamos a la gama que hay que descansar") electroamorosa al alcance de todos los espa?oles, s¨®lo los parados, por falta de medios, y el lumpenlovetariado, en su ignorancia decubitosupina, seguir¨¢n am¨¢ndose los unos sobre las otras. Los pobres.
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