Fabius dialogar¨¢ con Honecker en la RDA sobre la situaci¨®n en la Europa del Este
El primer ministro franc¨¦s, Laurent Fabius, inici¨® ayer una visita oficial de dos d¨ªas de duraci¨®n a la Rep¨²blica Democr¨¢tica Alemana (RDA), la primera que realiza un jefe de Gobierno de uno de los tres pa¨ªses responsables de Berl¨ªn Oeste (Francia, Estados Unidos y el Reino Unido). La visita tiene un objetivo fundamentalmente econ¨®mico, pero Laurent Fabius se entrevistar¨¢ con el jefe de Estado de la RDA, Eric Honecker, con quien, seg¨²n han informado fuentes diplom¨¢ticas, "dialogar¨¢ sobre la situaci¨®n en la Europa del Este".Fabius viaja acompa?ado por la ministra de Comercio Exterior, Edith Cresson, y por directivos de seis grandes compa?¨ªas industriales. Los intercambios comerciales entre los dos pa¨ªses se aproximan actualmente a los 4.000 millones de francos (unos 74.000 millones de pesetas), con un saldo negativo para Par¨ªs de algo m¨¢s de 400 millones. Un acuerdo firmado en 1984 prev¨¦ que el comercio entre Francia y la RDA se duplique pr¨¢cticamente antes de 1990, hasta alcanzar los 7.500 millones de francos, y el Gobierno franc¨¦s teme que su d¨¦ficit vaya aumentando en los pr¨®ximos a?os.
La presencia de Fabius en Berl¨ªn Este era esperada con satisfacci¨®n por los l¨ªderes de la RDA, que han resaltado su importancia pol¨ªtica. Te¨®ricamente, ning¨²n pa¨ªs occidental reconoce a Berl¨ªn Este como capital pol¨ªtica y administrativa de la Rep¨²blica Democr¨¢tica Alemana.
Visita discutida
Las autoridades francesas, al anunciar el viaje, hablaron exclusivamente de una visita "a Berl¨ªn", y aunque en fuentes oficiales se mantiene un completo silencio, es muy posible que la presencia de Fabius en dicha ciudad haya sido previamente discutida con los dirigentes de la Rep¨²blica Federal de Alemania, con quien Par¨ªs mantiene relaciones muy estrechas y para los que el asunto de Berl¨ªn es especialmente sensible.Sin embargo, la visita de Laurent Fabius al Estado comunista alem¨¢n oriental tiene un peligro, que la opini¨®n p¨²blica alemana occidental lo interprete como una muestra de desagrado de Francia por la reciente frialdad que ha demostrado Helmut Kohl.
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