La reforma del empleo comunitario encubre una p¨¦rdida de ocupaci¨®n tan alta como en 1983
GUSTAVO MAT?AS La menor destrucci¨®n de empleo observada por el Instituto Nacional de Estad¨ªstica (INE) entre enero y marzo descansa en que el n¨²mero de asalariados agr¨ªcolas ha crecido en 80.300, un 15% sobre los 538.500 estimados durante las mismas fechas de 1984. Sin esta evoluci¨®n, que choca con el descenso de la actividad econ¨®mica y ha sorprendido a algunos analistas de la coyuntura y de la Encuesta de Poblaci¨®n Activa (EPA), la baja del n¨²mero de ocupados en el primer trimestre de este a?o hubiera sido una de las m¨¢s altas de los ¨²ltimos a?os. Pero el cambio ha sido m¨¢s aparente que real, porque responde a la reforma del empleo comunitario. No obstante, a diferencia de lo ocurrido el a?o pasado, vuelven a crecer los aut¨®nomos y a descender los empresarios.
Las variaciones del paro dependen tanto de las nuevas incoporaciones al mercado de trabajo como del nivel de ocupaci¨®n. Sobre las entradas, las estad¨ªsticas tienen una trayectoria err¨¢tica; m¨¢s que por la poblaci¨®n en edad laboral, las determinada el ambiente en que los disponibles consideran que pueden encontrar trabajo y declaran al INE que lo buscan. Por ello, los datos sobre ocupaci¨®n son preferidos a los de paro por los analistas de la situaci¨®n econ¨®mica.La ocupaci¨®n, seg¨²n el cuadro general dibujado por las ¨²ltimas estad¨ªsticas, ha descendido una media de 33.500 personas durante el primer trimestre del a?o. Con respecto al per¨ªodo octubre-diciembre de 1984, esta cifra ha sido consecuencia de diversas variaciones num¨¦ricas y de tendencias.
Al contrario de lo ocurrido en el conjunto del a?o pasado, ha vuelto a descender en 14.000 personas el n¨²mero de empresarios con asalariados (hasta 345.200). En cambio, han crecido de nuevo en 8.000 (hasta 2.049.400) los trabajadores aut¨®nomos y empresarios sin asalariados. Tambi¨¦n han bajado en 29.000 los ocupados en ayudas familiares (hasta 744.400). Otro descenso de 10.400 empleos se ha centrado en los no clasificados.
De los 10 grandes sectores en que se desglosa la EPA, el descenso del n¨²mero de empresarios ha sido acusado en siete, al igual que ha ocurrido con el aumento de los trabajadores aut¨®nomos. Sus variaciones, por tanto, parecen marcar una tendencia. Mucho m¨¢s si se observa que en ocho casos la baja en el n¨²mero de empresarios coincide para el mismo sector con el aumento de los aut¨®nomos; al desprenderse de asalariados, los empresarios se han convertido en aut¨®nomos, o viceversa: unos pocos aut¨®nomos de la agricultura y de otros servicios han contratado personal y se han convertido en empresarios. Dos excepciones han sido la construcci¨®n (donde s¨ª hay asalariados que pasan a auton¨®micos) y los transportes y comunicaciones. En el primero, los empresarios con asalariados han aumentado en 4.600, y los aut¨®nomos, en 6.900. En el segundo, ambos han descendido, unos en 1.400 y otros en 1.200.
Asalariados
Pero las mayores variaciones de la ocupaci¨®n radican en los asalariados. ?ste era tradicionalmente el factor m¨¢s oscilante, porque el sector privado destru¨ªa mucho empleo (casi dos millones en la ¨²ltima d¨¦cada) y el p¨²blico ganaba algo de terreno (medio mill¨®n). Ahora, en el primer trimestre de 1985 sus totales se ha estabilizado; mientras el p¨²blico ha perdido 27.200 y ha cambiado as¨ª de tendencia (una vez descontado el grueso del proceso reprivatizador de Rumasa en 1984), el privado ha ganado 39.400 empleos. Para encontrar una clara mejora de este calibre hay que remontarse al primer trimestre de 1977; desde entonces s¨®lo se quebr¨® la l¨ªnea destructiva (y apenas en 200 empleos) en el tercer trimestre de 1983; todav¨ªa en 1984 el sector privado perdi¨® 330.000 empleos.
En contraste con la ca¨ªda casi generalizada del empleo asalariado en el sector p¨²blico -coherente con los procesos de reconversi¨®n en la empresa p¨²blica y el menor ritmo inversor de las distintas administraciones-, el sector privado ha concentrado en la agricultura su inusitada mejora del ¨²ltimo trimestre. El dato ha sorprendido porque el sector agrario es considerado por los expertos como un nuevo foco de reconversi¨®n salvaje; s¨®lo genera el 6,7% del valor a?adido total y absorbe cerca del 18% de la ocupaci¨®n. En 1984 destruy¨® 83.000 empleos de promedio, aunque su producci¨®n creci¨® un 10%.
Pero la sorpresa de que haya mejorado notablemente la situaci¨®n de empleo cuando la actividad econ¨®mica se ha frenado no ha sido fortuita: el fuerte aumento de los asalariados reflejado en las estad¨ªsticas oficiales es consecuencia de la reciente reforma del empleo comunitario. El a?o pasado por estas fechas, los cerca de 120.000 andaluces acogidos al empleo comunitario (tareas con cargo al Estado) pasaron a ser directamente parados. Ahora, tras el per¨ªodo de formaci¨®n previsto en la reforma, han pasado a trabajar en su mayor parte en empresas privadas, con las ayudas del plan de empleo rural (PER). De ah¨ª que la tasa de paro haya descendido en Andaluc¨ªa m¨¢s de dos puntos en s¨®lo tres meses: desde el 30,8% al 28,7% de la poblaci¨®n activa. Subi¨® artificialmente a principios de 1984 y ahora vuelve a bajar, probablemente con el mismo car¨¢cter.
En los ¨²ltimos a?os la agricultura ya tendi¨® a generar cada vez menos empleo asalariado: 25.000 puestos de promedio cada primer trimestre desde 1977. Sin los 55.000 adicionales estimados ahora, el n¨²mero de ocupados en Espa?a habr¨ªa descendido cerca de 100.000 personas. Este hecho habr¨ªa colocado al primer trimestre de 1985 m¨¢s cerca de los peores a?os para el empleo (comienzos de 1983 y el bienio 1979-1980) que de los menos malos (principios de 1982 y de 1977).
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