?Y los compositores?

El Ministerio de Cultura acaba de hacer p¨²blica la lista de las personalidades galardonadas con la medalla al M¨¦rito de las Bellas Artes del a?o 1984 y una vez m¨¢s la creaci¨®n musical se ha quedado hu¨¦rfana. Como en 1981 recib¨ª de manos de su majestad el Rey tan importante como honrosa distinci¨®n, puedo coger la pluma en defensa de mi profesi¨®n sin que nadie tenga la posibilidad de pensar que me mueve otra intenci¨®n.Un ilustre int¨¦rprete, Jos¨¦ Carreras, ha merecido el importante galard¨®n en solitario, como premio a sus muy grandes valores por todos reconocidos y admirados. Ahora bien, me gustar¨ªa conocer los motivos por los que ni uno solo de los muchos compositores vivos que hoy ejercen su profesi¨®n en Espa?a, no han sido dignos de merecer un honor parecido.

El d¨ªa que el Premio Cervantes se otorgue al editor que edita las preciosas poes¨ªas de Alberti, el d¨ªa que el Premio Pr¨ªncipe de Asturias de las Artes se conceda a la galer¨ªa que expone las extraordinarias pinturas de Antonio L¨®pez Garc¨ªa, el d¨ªa que el Premio Nobel de Qu¨ªmica se conceda a la f¨¢brica que construye el microscopio y no al due?o de los ojos que saben ver y descubrir a trav¨¦s de ¨¦l, se levantar¨¢n las voces del mundo culto en un clamoroso grito. Pero el que el int¨¦rprete sea siempre el centro de mayor atenci¨®n es moneda habitual en el mundo de la m¨²sica.

Es curioso, sin embargo, que la tradicional ignorancia y el continuo desprecio y ovido hacia la labor del compositor en vivo, luego

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