La versi¨®n castellana de Salom¨¦' desconcert¨® al p¨²blico en la primera noche del 31? Festival de Teatro de M¨¦rida

El teatro romano de M¨¦rida cobr¨® vida nuevamente la noche del viernes con el inicio del 31? Festival de Teatro, que se celebrar¨¢ hasta el 4 de agosto y que fue inaugurado este a?o con la obra Salom¨¦, de Oscar Wilde, dirigida por Mario Gas y protagonizada por Nuria Espert. El extra?o y atractivo poema b¨ªblico es recreado en la versi¨®n en castellano de Terenci Moix. La tragedia y la iron¨ªa, lo grotesco y lo sensible se funden en desproporcionada medida durante la quiz¨¢ excesiva duraci¨®n de la pieza, cerca de dos horas y media, que desconcert¨® y distrajo al p¨²blico. Salom¨¦ se representar¨¢ en M¨¦rida hasta el 7 de julio.

Las voces del p¨²blico que colmaba los grader¨ªos de este anfiteatro, con una capacidad para 6.000 personas, llenaban la noche de bullicio y movimiento Las antiguas estatuas decapitadas (muy acordes en esta ocasi¨®n con la pieza teatral que iba a representarse) presid¨ªan la funci¨®n alineadas entre las columnas. Su presencia milenaria no desentonaba con las peregrinaciones del p¨²blico que quer¨ªa es tambien provisto de bocadillos y bebidas para ver la funci¨®n. Tal como hace 2.009 a?os, cuando se construy¨® este monumento, pan y circo constituyen una combinaci¨®n imprescindible.Salom¨¦ es la danza del amor no correspondido. Todos los personajes en la obra que Oscar Wilde escribi¨® en 1893 para Sarah Bernhardt aman, y ninguno de ellos es amado. La luna, como un ojo blanco y ciego, dicta desde su altura el decreto de muerte de los amantes inocentes; en el centro del escenario, un ojo de agua oscuro y voraz observa las miradas encadenadas de los impotentes protagonistas del drama. "No hay que mirar a las personas ni a los objetos. S¨®lo hay que mirar las m¨¢scaras de ellos que los espejos reflejan", dice Herodes en la obra. Las obsesiones del autor de El retrato de Dorian Grey se repiten en esta re creaci¨®n del drama b¨ªblico.

Resbalones

La escenograf¨ªa de la obra representada en M¨¦rida fue realizada por Ezio Frigerio, escen¨®grafo habitual de Giorgio Strehler, director del Piecolo Teatro de Mil¨¢n. El c¨ªrculo en que se mueven los actores, con el estanque central que los atrae, se integra perfectamente con el conjunto monumental. Sin embargo, los ocasionales resbalones de los actores con el agua que salpicaba distrajeron tanto al p¨²blico como a los actores.Quiz¨¢ la m¨¢xima tensi¨®n de la obra se centr¨® en la sensual escena de la danza de Salom¨¦, que concluy¨® con la simulaci¨®n de un acto amoroso lleno de entusiamo entre la princesa y el tetrarca Herodes. La danza que indica Oscar Wilde en su libreto de Salom¨¦ no especifica qu¨¦ tipo de baile ni qu¨¦ duraci¨®n puede tener. Terenci Moix ha realizado la versi¨®n corregida y aumentada del drama b¨ªblico abordado por Wilde en su obra Salom¨¦. "Igual pudo ser un cha-cha-ch¨¢, casi un pretexto para ese coito monstruo que se manca Salom¨¦ con Herodes en el agua" afirm¨® Terenci Moix despu¨¦s de la funci¨®n de estreno.

Se trata de una segunda versi¨®n que el autor de El d¨ªa que muri¨® Marilyn y Amami, Alfredo hace de la obra. La anterior fue una traducci¨®n literal de la obra del irland¨¦s Wilde -que escribi¨® la pieza en franc¨¦s- al catal¨¢n. "El catal¨¢n y el franc¨¦s tienen un ritmo similar, por lo que su traducci¨®n guardaba cierta armon¨ªa. Esta nueva versi¨®n est¨¢ adaptada al ritmo fuerte y duro del castellano. Debo agradecer a N¨²ria Espert y Mario Gas la libertad que me dieron en ese sentido, y adem¨¢s la de introducir un par de escenas m¨ªas en la obra".

Nuevas escenas

Las escenas que no aparecen en el libreto original son un episodio al inicio de la obra en el que se muestra el amor homosexual del paje de Herod¨ªas por Narraboth, el joven capit¨¢n sirio enamorado de Salom¨¦; una escena sarc¨¢stica y c¨®mica de tres sacerdotes jud¨ªos, y el mon¨®logo final de Salom¨¦. "En la ¨¦poca en que fue escrito este drama estaba de moda el orientalismo, lo pompier, y ahora est¨¢ de moda nuevamente", dijo Moix.Pero en un fuerte drama como el presentado en las ruinas romanas de M¨¦rida lo dificil es hacer re¨ªr, y m¨¢s dificil a¨²n es pedirle al p¨²blico que lo haga durante escenas excesivamente prolongadas, donde el esfuerzo grit¨®n de los actores no es suficiente para mantener la atenci¨®n de los espectadores.

La tensi¨®n trabajosamente lograda en ciertos momentos -como el suicidio de Narraboth, el di¨¢logo de Salom¨¦ con Iokanaan (Tony Isbert)- es cortada por las largu¨ªsimas, por momentos chirriantes y poco convincentes peleas conyugales entre Herodes, Tetrarca de Galilea (interpretado por Carlos Lucena) y Herod¨ªas (interpretada por Mayrata O'Wisiedo). Una obra escrita para tener una duraci¨®n de una hora se convierte con las licencias del director en una pieza de cerca de dos horas y media. La sutil s¨¢tira social, hacia la que estuvo tan inclinado Wilde, fue irregularmente dosificada, llegando en momentos a dejar la ridiculizaci¨®n en rid¨ªculo.