La firma de nuevos pactos electorales entre AP y PDP condiciona la continuidad de la Coalici¨®n Popular
La semana que ma?ana comienza ser¨¢ "decisiva" en la consolidaci¨®n de los pactos electorales de la Coalici¨®n Popular o, por el contrario, marcar¨¢ la que puede ser ruptura definitiva en la principal formaci¨®n alternativa al socialismo, de acuerdo con todas las fuentes de AP, PDP y PL consultadas por este peri¨®dico. Ma?ana mismo la Junta Directiva Nacional de Alianza Popular, m¨¢ximo ¨®rgano del partido entre congresos, debatir¨¢ su estrategia y su pol¨ªtica de alianzas en un ambiente de cierta tensi¨®n, derivado de la oposici¨®n de no pocos miembros de la directiva aliancista a mantener el pacto con el PDP.
Alianza Popular enfrenta esta semana clave en un clima de cierta "crispaci¨®n", seg¨²n opini¨®n del propio presidente del Partido Liberal, Jos¨¦ Antonio Segurado, quien de manera no muy expl¨ªcita mostr¨® su disconformidad con algunas reacciones del socio principal de Coalici¨®n Popular ante el tratamiento dado por TVE a la Figura de Manuel Fraga. Las declaraciones del propio Fraga sobre la posibilidad de solucionar el problema terrorista en un plazo de seis meses, la ulterior emisi¨®n de un programa televisivo sobre la etapa de Fraga como ministro de la Gobernaci¨®n y las amenazas de AP -luego matizadas y suavizadas- de retirarse del Parlamento y hasta de la carrera electoral si TVE no rectificaba esta emisi¨®n parecen haber creado un nerviosismo interno sin precedentesEste nerviosismo no se vio precisamente disminuido por las declaraciones hechas en Barcelona a comienzos de esta semana por el vicepresidente de AP y director del gabinete de estrategia del partido, Alfonso Osorio, en el sentido de que Manuel Fraga dif¨ªcilmente ser¨¢ presidente tras las pr¨®ximas elecciones. Inmediatamente, los incondicionales de Fraga en AP retomaron las acusaciones de que "se pretende sustituir a nuestro presidente", y se desenfundaron los rumores acerca de la existencia de una operaci¨®n Oreja, consistente en sustituir a medio plazo a Manuel Fraga por el hoy secretario general del Consejo de Europa.
As¨ª, las palabras de Osorio, quien luego trat¨® de matizarlas en una conferencia de prensa en Madrid, provocaron una aut¨¦ntica tormenta interna en AP, donde un sector -personificado, entre otros, en Jose Mar¨ªa Ruiz Gallard¨®n y Juan Ram¨®n Calero- viene cuestionando desde hace tiempo la pol¨ªtica de "pactar generosamente" dise?ada por el director del gabinete de estrategia. Los ataques lanzados desde este sector de AP contra Osorio incluyen no s¨®lo descalificaciones contra su pol¨ªtica de acercamiento al Partido Reformista, que promueve Miquel Roca, sino incluso menos que veladas cr¨ªticas contra la "excesiva tolerancia" ante las maniobras" y "traiciones" de los hombres del PDP, que preside ?scar Alzaga. Los democristianos, seg¨²n este sector, no aportan nada, como lo indican todos los sondeos, y quieren obtener una representaci¨®n desproporcionada en las listas".
Frente a ellos, Osorio, Jorge Verstrynge, Abel Matutes y el propio Fraga mantienen la necesidad de concluir los pactos electorales, manteniendo la Coalici¨®n Popular como hasta ahora. "Simple t¨¢ctica negociadora" es la calificaci¨®n dada por Fraga a las filtraciones de los democristianos, en el sentido de que los pactos podr¨ªan romperse primero en Galicia y luego en el resto del Estado si el PDP no obtiene las cuotas conc¨¦ntricas de poder exigido. Fraga no parece creer en la autenticidad de los prop¨®sitos rupturistas del sector democristiano, que se muestra m¨¢s opuesto al mantenimiento de la coalici¨®n con AP: "Tranquilos, que no habr¨¢ ruptura% ha dicho en alguna ocasi¨®n el presidente de AP en las reuniones -maitines- con sus colaboradores m¨¢s ¨ªntimos.
Al menos hasta 1986
No habr¨¢ ruptura, al menos hasta 1986, agrega un colaborador de Fraga, aludiendo a los planes de los democristianos de descolgarse de la Coalici¨®n cuando en 1987 se celebren 13 elecciones auton¨®micas, presentando a sus propios candidatos frente a los aliancistas.
Tampoco parece creer en la hip¨®tesis de ruptura a corto plazo Jos¨¦ Antonio Segurado, presidente del Partido Liberal: "Hay determinados partidos que basan su comparecencia en los medios informativos en el hecho de contar que est¨¢n negociando", dice Segurado. "Es curios¨ªsimo que algunos miembros de algunos partidos piensen que se puede abordar una distribuci¨®n de poder sin tener antes un programa", agrega el presidente del PL, sin citar expresamente a sus coligados, pero sin embargo enemigos, los democristianos.
Para el presidente del PL, la ¨²ltima formaci¨®n en llegar a la Coalici¨®n Popular, "no, es admisible" que otros partidos pidancuotas de poder en la negociaci¨®n, olvidando a los liberales. "El PL reconoce la importancia del PDP en La Coru?a, pero tambi¨¦n la del propio PL en Lugo, por ejemplo", afirma Segurado, para quien lo aconsejable ser¨ªa cerrar ahora la negociaci¨®n con vistas a las elecciones auton¨®micas gallegas, que tendr¨¢n lugar en noviembre, y despu¨¦s, tras el verano, plantearse los pactos a nivel estatal.
Esto es justamente lo contrario de lo que pretenden los democristianos del PDP, para quienes la negociaci¨®n de los pactos ante las elecciones auton¨®micas en Galicia y Andaluc¨ªa, as¨ª como para las elecciones legislativas, debe concluirse simult¨¢neamente "y antes del 5 de julio", seg¨²n una fuente pr¨®xima a Alzaga. A la hora de la negociaci¨®n, los democristianos han venido jugando en Gal¨ªcia con la posibilidad de una ruptura de la Coalici¨®n Popular para forzar un pacto con los reformistas de la Coalici¨®n Galega, similar al que une en Catalu?a a Converg¨¦ncia i Uni¨®. Algo que no ser¨ªa sino un primer paso para llegar a un acuerdo estatal PDP-PRD, una coalici¨®n departidos burgueses, ya ensayada en numerosos pa¨ªses europeos. "Hemos sido leales a la Coalici¨®n, pero nos est¨¢ costando tragar muchos sapos", dijo un dirigente del PDP, refiri¨¦ndose especialmente a los ¨²ltimos acontecimientos (declaraciones de Fraga sobre terrorismo, v¨ªdeo de TVE y consigu¨ªentes amenazas de retirada, reacciones ante la sentencia adversa de la LODE, etc¨¦tera), que "est¨¢n desestabilizando" la Coalici¨®n Popular.
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