Benyedid: "Espa?a a¨²n tiene responsabilidades en el S¨¢hara"
"La presi¨®n internacional continua sobre los dirigentes sionistas es m¨¢s necesaria que nunca"
Pregunta. Se?or presidente: dentro de algunas horas, usted ser¨¢ el primer jefe de Estado argelino que visitar¨¢ oficialmente Espa?a desde la independencia de su pa¨ªs, en 1962. ?Por qu¨¦ ha tardado tanto tiempo en realizar esa visita? Es del dominio p¨²blico que Argelia considera sus relaciones con los otros pa¨ªses en una ¨®ptica global donde la pol¨ªtica condiciona la, econom¨ªa, y viceversa. Una vez que el contencioso del gas est¨¢ resuelto y abre te¨®ricamente la v¨ªa para el restablecimiento del antiguo nivel de relaciones econ¨®micas, ?qu¨¦ es lo que espera Argelia de sus relaciones pol¨ªticas con Espa?a?Respuesta. Toda visita llega a su tiempo. Me alegro de efectuar esta visita a su pa¨ªs y agradezco a su majestad el rey don Juan Carlos la oportunidad que me ha dado. Quisiera a?adir que el hecho de que no haya habido antes una visita de un jefe de Estado argelino a Espa?a no significa de ning¨²n modo una ausencia de comunicaci¨®n pol¨ªtica entre nuestros dos pa¨ªses. Usted debe recordar la visita memorable con que sus majestades los reyes Juan Carlos y Sof¨ªa nos han honrado. M¨¢s recientemente, el presidente del Gobierno, Felipe Gonz¨¢lez, ha estado igualmente entre nosotros. Anteriormente, tambi¨¦n se hab¨ªan producido numerosos intercambios de visitas a nivel ministerial.
Al tratar la concepci¨®n argelina de las relaciones con los otros pa¨ªses quisiera hacer observar nuestro constante af¨¢n de favorecer la promoci¨®n de las relaciones de amistad y cooperaci¨®n con los otros pa¨ªses sobre la base de la comprensi¨®n mutua y del equilibrio de intereses. En lo que concierne espec¨ªficamente a las relaciones argelino-espa?olas, creo poder decir que es el deseo de dos partidos de cuidar el desarrollo de una cooperaci¨®n bilateral multiforme y ahondar en el di¨¢logo pol¨ªtico sobre numerosas cuestiones internacionales de inter¨¦s com¨²n. Tenemos muchas cosas que decirnos, y adem¨¢s nos las decimos.
La situaci¨®n del Magreb
P. El conflicto del S¨¢hara divide desde hace ya 10 a?os a los pa¨ªses del Magreb, especialmente a Argelia y Marruecos. Los pa¨ªses m¨¢s interesados en la zona, tales como Espa?a, Francia, Estados Unidos y la Uni¨®n Sovi¨¦tica, entre otros, han sido requeridos a su vez por Rabat y Argel. A Espa?a esto le: ha perjudicado en sus relaciones con Marruecos y con Argelia. Hoy d¨ªa, todos los pa¨ªses tratan de evitar que el conflicto del S¨¢hara repercuta en sus relaciones con Marruecos o con Argelia. ?En qu¨¦ forma ha repercutido el problema del S¨¢hara en las relaciones hispanoargelinas? ?Qu¨¦ aportaci¨®n positiva podr¨ªa usted solicitar sobre este tema al Gobierno espa?ol?
R. El conflicto del S¨¢hara occidental enrarece considerablemente el clima pol¨ªtico del Magreb desde hace ya 10 a?os. Usted conoce los hechos hist¨®ricos, pol¨ªticos y jur¨ªdicos de este conflicto, resultado de un proceso no bien acabado de descolonizaci¨®n de este territorio. Conoce igualmente la posici¨®n de Argelia, que se. basa en los principios y se confunde con la posici¨®n adoptada por la Organizaci¨®n de la Unidad Africana y las Naciones Unidas. Lo que intento precisar es que Argelia no "solicita" a tal o tal pa¨ªs, tal y como usted comenta. Argelia ha explicado a todos y a cada uno su posici¨®n, y da por descontado que las posiciones individuales de los Estados est¨¢n de acuerdo o que, por lo menos, no se contradicen con la posici¨®n de la comunidad internacional, tal y como se ha manifestado en las Naciones Unidas. Naturalmente que si alg¨²n pa¨ªs ofrece su contribuci¨®n al intento de acercamiento entre Marruecos y el Frente Polisario, tratando de llevar a cabo el plan de paz africana e internacional, no podemos por menos que felicitarnos de ello. Es lo que Argelia trata de hacer. En lo que respecta a Espa?a, usted conoce el tipo de relaci¨®n de su pa¨ªs con el pueblo del S¨¢hara occidental y sabe que, al poner fin a la administraci¨®n del territorio, su pa¨ªs no se ha declarado desligado de todo compromiso, aunque s¨®lo fuese ¨¦ste pol¨ªtico o moral a la vista de la descolonizaci¨®n del S¨¢hara occidental. Por tanto, en nuestra opini¨®n, la contribuci¨®n de Espa?a puede ser importante en la soluci¨®n pac¨ªfica del conflicto que enfrenta al pueblo del S¨¢hara occidental y a Marruecos. Espa?a es parte interesada en el consenso internacional sobre la reglamentaci¨®n de este conflicto, y todo esfuerzo que tienda a la puesta en pr¨¢ctica de este consenso ser¨¢ un elemento positivo para lograr la paz.
P. El Gobierno espa?ol ha manifestado su intenci¨®n de establecer relaciones diplom¨¢ticas con Israel. Al entrar en la CEE en 1986, la situaci¨®n actual ser¨¢ todav¨ªa m¨¢s injustificada. La mayor parte de los pa¨ªses ¨¢rabes han manifestado su descontento y otros han proferido incluso veladas amenazas de represalias. Los espa?oles no comprenden esta actitud ¨¢rabe contra Espa?a, que no se manifiesta en contra de otros pa¨ªses, como Francia, por ejemplo, que tiene relaciones con Israel. ?Cu¨¢l es la posici¨®n de Argelia sobre esa cuesti¨®n?
R. Quisiera decir, con toda franqueza, que esta cuesti¨®n debe ser considerada a la vista de la calidad de las relaciones que Espa?a mantiene con el mundo ¨¢rabe y de la comprensi¨®n que su pa¨ªs ha manifestado sobre la justa causa del pueblo palestino antes que otros pa¨ªses del mundo. Las reacciones de las que habla provienen de la preocupaci¨®n existente en el mundo ¨¢rabe con vistas a la nueva situaci¨®n que se va a crear. Esta preocupaci¨®n, que Argelia comparte, es tanto m¨¢s comprensible cuanto que la iniciativa de Espa?a interviene en un momento en que la busca de la paz en Oriente Pr¨®ximo no ha progresado debido a la persistente negaci¨®n de los derechos nacionales del pueblo palestino. En estas condiciones, la presi¨®n internacional continua sobre los dirigentes sionistas es necesaria m¨¢s que nunca. Pero se puede pensar que estos dirigentes pondr¨¢n al servicio de su intransigencia todo nuevo hecho que haga emparentar un relajamiento de esa presi¨®n internacional.
P. Seg¨²n parece, el hecho de compartir ciertas ideas no es suficiente para lograr buenas relaciones entre los Gobiernos. Las relaciones de la Francia socialista con Argelia no son mejores que las existentes con el Gobierno anterior. ?Puede cambiar esto? ?C¨®mo ve usted las relaciones con el Gobierno socialista espa?ol?
R. En principio, deseo subrayar que Argelia mantiene relaciones con los diversos Estados y que en todos los casos trata de asegurar sus intereses. Al mismo tiempo, nos anima la voluntad de desarrollar las relaciones de cooperaci¨®n y de concertaci¨®n con todos aquellos que manifiestan comprensi¨®n ante nuestras necesidades e intereses y los respetan del mismo modo que nosotros respetamos los suyos; tal es el caso de nuestras relaciones con Francia y con Espa?a. Naturalmente que pueden existir o surgir dificultades en nuestras relaciones. Los Gobiernos est¨¢n precisamente para allanar estas dificultades y resolver los problemas que puedan plantearse. Esto se ha hecho tanto con Francia como con Espa?a. En el supuesto de que subsistan los obst¨¢culos, no dudo de que la buena voluntad de cada parte y el di¨¢logo nos ayudar¨¢n a superarlo.
"Que acabe la guerra"
P. El conflicto del S¨¢hara ha consumido buena parte del producto nacional bruto, tanto marroqu¨ª como argelino. Excepto en algunos casos sin importancia estrat¨¦gica, tales como Tifariti y las regiones del sur de Dajla, el Ej¨¦rcito marroqu¨ª parece dominar el territorio, mientras que el Frente Polisario parece dominar en el terreno diplom¨¢tico internacional. ?Usted cree que nos encontramos ante un conflicto que puede durar a¨²n 20 a?os?
R. Sus estad¨ªsticas me parecen poco fiables. Puesto que Argelia no est¨¢ implicada en ning¨²n conflicto ni en ning¨²n esfuerzo de guerra particular, su producto nacional bruto no se ve recortado, tal y como usted dice, m¨¢s que dentro de los l¨ªmites necesarios para su defensa nacional y su desarrollo. Tampoco estoy de acuerdo en la divisi¨®n que usted hace entre el dominio del terreno por Marruecos y la audiencia diplom¨¢tica de la resistencia del Frente Polisario. Deseo recordarle que, sobre el terreno, la resistencia nacional a una ocupaci¨®n nunca dice su ¨²ltima palabra. Argelia puede ofrecer su experiencia como testimonio. Deseo subrayar tambi¨¦n que la resistencia sobre el terreno y la acci¨®n en el frente diplom¨¢tico forman un todo, y desde este punto de vista, a mi entender, el Frente Polisario conduce su resistencia de acuerdo con este imperativo. En lo que respecta a la duraci¨®n del conflicto, Argelia desea menos que nadie que ¨¦ste se prolongue ni un d¨ªa m¨¢s, mucho menos 20 a?os. Esto es un hecho insoportable para todos aquellos que sit¨²en la paz y la prosperidad del Magreb por enci-ma de todo, y nosotros nos contamos entre ellos.
P. Dada la diferencia en n¨²mero de los saharauis que viven bajo la administraci¨®n marroqu¨ª, un refer¨¦ndum de autodeterminaci¨®n deber¨ªa, en principio, confortar el punto de vista de Marruecos sobre el S¨¢hara occidental. ?Argelia piensa en una soluci¨®n del conflicto por un refer¨¦ndum de autodeterminaci¨®n? ?Es verdad, como pretend¨ªan ciertos marroqu¨ªes, que Argelia ha propuesto al principio del a?o la creaci¨®n de un estado independiente al S¨¢hara occidental, pero unido a Marruecos por una uni¨®n personal?
R. No puedo prejuzgar el resultado del refer¨¦ndum. Lo que puedo decir es que hay una conciencia nacional por parte del pueblo del S¨¢hara occidental. Esta conciencia nacional existe tanto entre los que combaten como entre los que viven la ocupaci¨®n marroqu¨ª. Argelia est¨¢ por el refer¨¦ndum, y lo ha suscrito oficialmente en el seno de la OUA. El problema es que el refer¨¦ndum sea libre, regular serio y cre¨ªble. Un refer¨¦ndum concebido a priori como un simple acto de confirmaci¨®n de la ocupaci¨®n no responde a la evidencia de esas cualificaciones.
?frica, por la resoluci¨®n 104 de su sexta cumbre, ha establecido un plan de reglamento, y en ella indica lo que deber¨ªa ser el refer¨¦ndum y c¨®mo deber¨ªa ser llevado.
Argelia es parte de ese conseno africano, que ha llegado a ser el de la comunidad internacional entera, despu¨¦s de que la Asamblea General de las Naciones Unidas lo haya hecho suyo.
Marruecos y Libia
P. Respecto al acuerdo entre Marruecos y Libia, Algunos pa¨ªses, como Argelia, han proclamado su hostilidad a esta uni¨®n. Otros, como Espa?a, han manifestado algunas aprensiones. ?Qu¨¦ es lo que piensa Argelia un a?o despu¨¦s de esta uni¨®n? ?De qu¨¦ forma afecta esta uni¨®n al equilibrio del Magreb?
R. Nuestra evaluaci¨®n de esta uni¨®n es la misma. Hemos dicho que esta uni¨®n proced¨ªa de una cuesti¨®n t¨¢ctica y que era el resultado de una serie de c¨¢lculos que no sirven ni al inter¨¦s de la estabilidad de la regi¨®n ni al objetivo de una construcci¨®n unitaria del Magreb. Un a?o de existencia de esta uni¨®n ha confirmado nuestro an¨¢lisis. Independientemente de que Sud¨¢n o Chad se acojan a esta uni¨®n, me parece que estos dos pa¨ªses har¨ªan bien en preocuparse por s¨ª mismos y por su propio pueblo, en lugar de arrastrar, con los riesgos que seguramente han calibrado, una situaci¨®n de la que conocen los motivos y los verdaderos objetivos.
P. En su discurso del 4 de febrero, en el marco de una apertura liberalizante, usted ha hablado de la necesidad de revisar la Carta Nacional argelina, que parte de la irreversibilidad del socialismo para Argelia. En su opini¨®n, ?qu¨¦ es lo que deber¨ªa cambiar en la Carta Nacional y por qu¨¦?
R. No comprendo qu¨¦ es lo que usted entiende por apertura liberalizante. Lo que yo s¨¦ y de lo que estoy convencido es de que m¨¢s de 20 a?os de edificaci¨®n nacional, la evoluci¨®n de la econom¨ªa argelina, la experiencia sacada de nuestras pr¨¢cticas institucionales y una variedad de otros imperativos exigen hoy adaptaciones y ajustes. Estas adaptaciones y ajustes deben ser efectuados para que nuestro proyecto socialista de sociedad tenga en cuenta la evoluci¨®n de la sociedad misma. En cuanto a lo que deber¨ªa cambiar en la Carta, es el pueblo argelino y su partido quien deben decidirlo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.