La 'correcta' y 't¨¦trica' ¨²ltima cena en la 'bodeguilla'
Correcto es el calificativo que utilizaban ayer algunos de los asistentes a la ¨²ltima cena del primer Gobierno socialista. T¨¦trico fue el que usaron al menos dos de los que ya se sab¨ªan destituidos. Los azulejos de la bodeguilla de la Moncloa no reflejaron el mi¨¦rcoles por la noche el eco de las risas, como cuando pasaron por all¨ª Fidel Castro o Ronald Reagan.Los ministros hab¨ªan llegado el mi¨¦rcoles a la Moncloa pensando que se iba a dar a conocer, al menos, la lista de destituidos. Mor¨¢n, sonriente, hab¨ªa dirigido un c¨¢lido adi¨®s a los fot¨®grafos que le esperaban. Pero en el Consejo de Ministros hubo sorpresas.
Ya el propio portavoz del Gabinete destituido hab¨ªa explicado en sucesivas conferencias de prensa que no era el Consejo de Ministros el lugar donde mantener debates pol¨ªticos, sino donde aprobar leyes. Y as¨ª fue el mi¨¦rcoles: los ministros se limitaron a aprobar, entre otras cosas, la importaci¨®n de 2.000 toneladas de pollo.
De la Mesa del Consejo de Ministros se pas¨® a la de la bodeguilla. Ministros claramente destituidos -como los de Exteriores o Transportes, Fernando Mor¨¢n y Enrique Bar¨®n- siguieron con sus dudas, que rumores solventes hab¨ªan convertido ya en certezas. El lunes, en su despacho semanal con Felipe Gonz¨¢lez, Mor¨¢n hab¨ªa escuchado s¨®lo la confirmaci¨®n del presidente de que andaba ya busc¨¢ndole sucesor y que, en el caso de encontrarlo, ser¨ªa destituido.
Cerca ya de la medianoche, los ministros volv¨ªan a sus casas con las mismas incertidumbres con las que hab¨ªan salido. En ning¨²n momento a lo largo de la cena se habl¨® de la crisis, el fantasma que flotaba en la bodeguilla.
Ninguno de los reunidos se atrevi¨® o consider¨® conveniente plantear una de las inc¨®gnitas de la tarde: ?por qu¨¦ el ministro de Econom¨ªa, Miguel Boyer, hab¨ªa llegado a la Moncloa una hora antes que ellos? Los equipos de los diversos ministros esperaron la salida de la Moncloa de sus respectivos jefes. Casi todos ellos coincid¨ªan en los pron¨®sticos que ofrecieron a sus colaboradores en la madrugada del mi¨¦rcoles al jueves: "La crisis sigue abierta", dijeron unos. "Ha sido algo t¨¦trico", confiaron otros
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