La mejora de las relaciones sovi¨¦tico-chinas tiene buena acogida en el Kazakist¨¢n
En la rep¨²blica asi¨¢tica sovi¨¦tica del Kazakist¨¢n, que posee cerca de 2.600 kil¨®metros de la frontera entre China y la URSS, la perspectiva de una mejora de relaciones entre Pek¨ªn y Mosc¨² produce satisfacci¨®n e inter¨¦s en la comunidad uigur, un pueblo musulm¨¢n dividido por los confines de ambos Estados y especialmente afectado por los conflictos entre ¨¦stos a lo largo de m¨¢s de dos d¨¦cadas.
Mientras el viceprimer ministro chino, Yao Yilin, conversa con los dirigentes sovi¨¦ticos en la URSS, los uigures residen en territorio sovi¨¦tico, en tanto que aproximadamente dos millones lo hacen en la provincia lim¨ªtrofe china de Sinkiang. Hasta el gran salto adelante chino, a finales de los cincuenta, los uigures de uno y otro lado cruzaban la frontera con facilidad para visitar a sus parientes o apacentar el ganado.Hoy, con la frontera casi impermeable, el consulado chino en Alma-Ata no ha reabierto sus puertas, y tanto el comercio local como las visitas entre familiares son fen¨®menos restringidos. "Me han dicho que est¨¢n organizando viajes colectivos a Sinkiang", asegura una mujer uigur vendedora de patatas en el mercado campesino de Alma-Ata.
La mujer dice tener parientes residentes en China, pero no muestra un inter¨¦s especial en visitarlos. "En la URSS se vive mejor", afirma.
"Las visitas a familiares son pocas", asegura Minamjham Abdrajmanov, vicedirector del diario en lengua uigur Komunizm Tugi. "Se necesita una invitaci¨®n especial, y el tema se resuelve en el Ministerio de Asuntos Exteriores y en la Embajada china en Mosc¨²", dice un funcionario del Ministerio de Exteriores sovi¨¦tico, en Kazakist¨¢n. Con la revoluci¨®n cultural china, a fines de los sesenta, varias decenas de miles de uigures huyeron desde Sinkiang al Kazakist¨¢n, donde la situaci¨®n econ¨®mica era mejor que en la vecina China, afectada por la creaci¨®n de comunas agr¨ªcolas y las restricciones a la iniciativa privada en agricultura. Despu¨¦s, la frontera se cerr¨® a cal y canto, y durante la d¨¦cada 1960-1970, ambas partes se quejaban de incursiones mutuas y se atacaban furiosamente a trav¨¦s de la radio.
Preparativos
Hoy, las autoridades del Kazakist¨¢n se preparan para las consecuencias concretas que pueda tener el acuerdo comercial chino-sovi¨¦tico para el per¨ªodo 1986-1990, firmado la semana pasada en Mosc¨² por el viceministro chino Yao Yilin.En el puesto fronterizo de Jarbost, en la regi¨®n de Taldi Kurganskala, se est¨¢n ampliando una carretera y un garaje de transporte p¨²blico, adem¨¢s de haberse construido un hotel y viviendas, seg¨²n dice el vicepresidente del Gobierno de Kazakist¨¢n y presidente del organismo de planificaci¨®n de la rep¨²blica, Mujamed Rajimov.
"En los ¨²ltimos a?os no ha habido ning¨²n incidente fronterizo", afirma Rajimov, quien elude dar las cifras sobre el comercio fronterizo local. El comercio global entre la URSS y China se duplic¨® en 1984 para alcanzar los 1.100 millones de d¨®lares (unos 181.000 millones de pesetas).
La hostilidad chino-sovi¨¦tica ha influido directamente en la vida de la comunidad uigur, integrada en la propaganda antichina que en el pasado trataba de marcar las diferencias en el nivel de vida de ambos lados de la frontera. Desde la emisora La Voz de Turkmenist¨¢n Oriental (denominaci¨®n sovi¨¦tica para la provincia de Sinkiang), los emigrados desde China contaban los horrores de la revoluci¨®n cultural. Desde China se hac¨ªa otro tanto, pero centrado en el revisionismo sovi¨¦tico.
"Los ataques eran tan burdos que la gente, dej¨® de escuchar", dice un funcionario sovi¨¦tico refiri¨¦ndose a las emisiones de Radio China. Hoy, la situaci¨®n ha cambiado, y tanto la radio del Kazakist¨¢n como la de Sikiang tienen programas en lengua uigur que se escuchan al otro lado y que "respetan los asuntos internos de ambos pa¨ªses". Adem¨¢s est¨¢ la televisi¨®n, que, seg¨²n su vicepresidente en Kazakist¨¢n, Galdibek Shalajmetov, emite cuatro horas a la semana en uigur desde hace dos a?os.
La comunidad uigur sovi¨¦tica dispone de un peri¨®dico de 27.000 ejemplares de tirada escrito en caracteres ¨¢rabes. El peri¨®dico dedica la edici¨®n del domingo a "los uigures en el extranjero".
Los tiempos de los insultos mutuos han pasado, y hoy la nueva realidad econ¨®mica china encuentra poco eco en la Prensa sovi¨¦tica.
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