Pesimismo de los espa?oles ante la etapa m¨¢s dura del Tour, con tres puertos de primera categor¨ªa
Frederic Vichot, del equipo Skill, hizo una aut¨¦ntica escapada en solitario y se aprovech¨® de la apat¨ªa que abunda en el pelot¨®n. Hinault, cuyo rostro refleja en tonos amoratados las secuelas de su ca¨ªda, coment¨® que segu¨ªa una evoluci¨®n favorable; puede administrar tranquilamente sus energ¨ªas. La etapa de ayer, aburrida e irrelevante, s¨®lo cont¨® con un conato de conflicto entre corredores y motoristas. Hubo un asomo de huelga de motos. Hoy, con tres puertos de primera categor¨ªa, comienzan los Pirineos, terreno en el que los espa?oles se muestran pesimistas y los colombianos son los favoritos.
Vichot escap¨® al kil¨®metro 38 de etapa. Lo hizo sin saber por qu¨¦, como confes¨® finalmente, y sembr¨® la incredulidad en el pelot¨®n y en su propio equipo. Hasta tal punto resultaba incre¨ªble su escapada, que el coche de Skill, que debe tener la obligaci¨®n de seguir a su corredor, lo abandon¨® durante muchos minutos. Vichot fue un n¨¢ufrago en esta etapa, desasistido de c¨¢maras de televisi¨®n y del apoyo t¨¦cnico de su equipo. Incluso para solicitar bebida tuvo que recurrir a un coche-auxiliar de la organizaci¨®n, que le ofreci¨®, naturalmente, una lata de coca-cola. Vichot marchaba hacia su m¨¢xima ventaja, que fue de 20.26 minutos. En ese momento Vichot se situaba segundo en la general.El corredor franc¨¦s circul¨® en solitario durante 209 kil¨®metros. Lleg¨® a la meta con muy pocas energ¨ªas, raz¨®n que permiti¨® al pelot¨®n, sin realizar un despliegue especial, robarle 10 minutos de ventaja en los 25 ¨²ltimos kil¨®metros. Vichot estableci¨® su diferencia, finalmente, en 3.12 minutos. No ingres¨®, sin embargo, en la lista de las tres m¨¢s largas escapadas de un Tour de Francia. Boulon, en 1947, lleg¨® vencedor a la meta tras correr en solitario 253 kil¨®metros.
La escapada de Vichot represent¨® el ¨²nico acto ciclista de la etapa. Eso s¨ª, entre bastidores se coci¨® una pugna entre el escoc¨¦s Robert Millar y los colombianos por el premio de la monta?a. Fue una rivalidad intermitente, que s¨®lo se reproduc¨ªa a la llegada de cada peque?o puerto, pero que no trascendi¨® en escapada. Millar tiene poco que hacer, a lo que parece pero contribuye a mantener la emoci¨®n de las ondas colombianas.
Millar ha pasado a luchar por sobrevivir en la segunda posici¨®n, ya que el generoso Lucho Herrera, sobrado de puntos y ya indiscutible rey de la monta?a, coopera con su compatriota Montoya para que ascienda al segundo lugar. Los colombianos, hartos de fracasar durante dos a?os donde m¨¢s les duele (Van Impe gan¨® la monta?a en 1983 y Millar en 1984), quieren asentar ahora su dominio. Millar, adem¨¢s, fue descalificado ayer en la lucha por uno de los puertos, al maniobrar irregularmente. La organizaci¨®n lo priv¨® del primer puesto.
En la meta, detr¨¢s del escapado, lleg¨® un pelot¨®n m¨¢s agrupado que en anteriores ocasiones. Con ¨¦l, los espa?oles sin noticia de abandono, lo que ya es novedad. Cabestany expres¨® su mejor¨ªa con respecto a d¨ªas anteriores, pero Delgado atisb¨® un cierto estado de pesimismo: "Estoy un poco desanimado porque llegan los Pirineos y no me encuentro lo bien que esperaba".
Antes los Pirineos les excitaban e irrump¨ªan en frases que pod¨ªan significar anticipo serio de que ir¨ªan a por todas. Se hizo cl¨¢sica la frase "en los Pirineos y cuando cante la chicharra...", que creaba un clima de expectaci¨®n en torno a los corredores espa?oles y su fortaleza en la monta?a, sobre todo si aparec¨ªa el sol (la chicharra).
Pero ahora no. La presencia de unos corredores colombianos, que han aprendido a caerse menos, a bajar y a soportar los 200 kil¨®metros de rigor en cada etapa del Tour, ha dejado a los espa?oles sin una especialidad clara en la que destacar sobre los dem¨¢s. Ya no son los espa?oles reyes de casi ninguna monta?a, siguen legos en el sprint y poco brillantes en la contra reloj. Por eso ayer, terminada la etapa y en la antesala de los Pirineos, sus declaraciones eran monocordes y desconfiadas. "Vamos a intentarlo", dec¨ªa Delgado. "Vamos a intentarlo", remachaba ?lvaro Pino. "Por intentarlo que no quede", sentenciaba Rup¨¦rez. Y as¨ª, en fila india, hasta Cabestany, quien m¨¢s sincero a¨²n, enfatiz¨®: "A ver si aguanto". Los espa?oles reconocen impl¨ªcitamente el dominio de los colombianos. La etapa de hoy est¨¢ hecha para ellos. Habr¨¢ que ver si el testigo de los Pirineos pasa de manos.
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