El general golpista B¨¢nzer gana las elecciones a la presidencia de Bolivia
ENVIADO ESPECIAL
El general Hugo B¨¢nzer continuaba anoche arramblando con al menos el 40% de los votos de las elecciones generales celebradas el domingo en Bolivia. Con un escrutinio de cerca de un 30%, las expectativas preelectorales se mantienen.
Junto al triunfo minoritario de la Acci¨®n Democr¨¢tica Nacionalista (ADN) del ex dictador B¨¢nzer se inscribe el segundo puesto del ex presidente V¨ªctor Paz Estenssoro y su Movimiento Nacionalista Revolucionario Hist¨®rico (MNRH, poco m¨¢s del 23% de los sufragios), un tercer puesto para el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), de Jaime Paz Zamora (10%), y ya, en una ca¨ªda estrepitosa, el partido del Gobierno, el Movimiento Nacionalista Revolucionario de Izquierdas (MNRI, 4,5%), y la Democracia Cristiana (1,5%).
Acaso por primera vez en la historia, un general que derroc¨® mediante un cuartelazo a un r¨¦gimen progresista -el del tambi¨¦n general Juan Jos¨¦ Torres, posteriormente asesinado- e instaur¨® en su pa¨ªs una dictadura militar de siete a?os, siendo a su vez depuesto militarmente, regresa al Gobierno ganando limpiamente unas elecciones, aunque sea por mayor¨ªa simple.
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B¨¢nzer, favor¨ªto para ser elegido presidente por el Congreso
Viene de la primera p¨¢ginaLos resultados oficiales de la elecci¨®n no se conocer¨¢n hasta el 2 de agosto, y los oficiosos, completos, tardar¨¢n a¨²n tres o cuatro d¨ªas en ser publicitados.
La tardanza del escrutinio entra dentro de los par¨¢metros de anteriores elecciones boliviana y obedece a las dificultades en las comunicaciones del pa¨ªs y a lo intrincado y variado de su territorio.
Sea como fuere, el Congreso habr¨¢ de decidir antes del 6 de agosto qui¨¦n es el presidente de Bolivia. Lo ser¨¢ el ex dictador general B¨¢nzer, por cuanto por debajo de ¨¦l ser¨¢ imposible forzar una coalici¨®n parlamentaria coherente y porque las fuerzas armadas vigilan atentas y atenazantes para que el proceso electoral se cumpla llanamente y sin arabescos laterales.
Ayer se ignoraban datos solventes sobre la abstenci¨®n electoral, pero cabe estimar que ¨¦sta ser¨¢ m¨ªnima o s¨®lo achacable a los de antemano. reconocidos errores censales.
En Bolivia, como en la mayo r¨ªa de las rep¨²blicas suramericanas, el voto es obligatorio y su ejercicio est¨¢ insumido desde la escuela primaria por la poblaci¨®n. Sobre el 27% de votos escrutados se advierte un 10% de votos nulos o en blanco, pero resulta un porcentaje admisible y normal en la historia electoral boliviana.
A estas alturas del escrutinio la tendencia de voto anunciada al principio se mantendr¨¢ con s¨®lo ligeras variantes. En definitiva: gana el general B¨¢nzer por una fuerte minor¨ªa, mayoritaria y casi doblando los votos de su inmediato seguidor, V¨ªctor Paz Estenssoro. Los ¨²ltimos votos escrutados ser¨¢n los de las selvas amaz¨®nicas y los de los desiertos chaque?os -zonas deprimidas-, que aumentar¨¢n el caudal de partidarios de la izquierda, pero no hasta el punto de invertir el sentido de la votaci¨®n.
Cualquier intento de restarle m¨¦ritos al triunfo electoral del general B¨¢nzer ser¨ªa falaz e in¨²til. Es cierto que al menos un 30% del campesinado no ha votado por no estar inscrito en los censos, pero entra dentro de lo hipot¨¦tico que ¨¦sta sea una masa de poblaci¨®n muy alejada intelectualmente del mecanismo de unas elecciones generales. Es cierto que los fallos t¨¦cnicos de los comicios han sido infinitos -urnas abiertas, comisarios de mesa menores de edad, notarios que hac¨ªan llamamientos por radio para que la polic¨ªa o el Ej¨¦rcito retiraran de sus domicilios urnas abandonadas por la corte electoral-, pero si se ha de escribir la verdad, debe se?alarse que la mayor¨ªa de las fallas estaba siendo propiciada por la izquierda, que se sab¨ªa perdedora.
Dadas las caracter¨ªsticas socioecon¨®micas de este pa¨ªs -mero productor de materias primas, descaradamente expoliado por las empresas multinacionales, sumido en una hiperinflaci¨®n que no entiende por cuanto no se benefici¨® de su inherente comercialismo, pobre de solemnidad-, el triunfo del general B¨¢nzer obliga a la meditaci¨®n. Particularmente por cuanto los bolivianos tienen larga experiencia de sus m¨¦todos de gobierno. De nada han servido las campa?as radiotelevisivas recordando la continuada violaci¨®n de los derechos humanos practicada bajo la Administraci¨®n de B¨¢nzer y la descarada emisi¨®n, la misma tarde de los comicios, de la pel¨ªcula de Costa Gavras Missing, presentada grosera y repetidamente por una locutora como ejemplo de lo que podr¨ªa volver a ocurrir en el pa¨ªs.
Un general antidemocr¨¢tico
Se miren las cosas como se miren, ha ganado democr¨¢ticamente esta elecci¨®n un general antidemocr¨¢tico, de probado autoritarismo, y en las plazas de La Paz se est¨¢n disparando ahora mismo cohetes de j¨²bilo mientras algunas campanas de iglesias tocan a rebato. Y lo que es peor: los miserables -el entra?able sentido de la palabra- conserjes de los hoteles que besan los pies por una propina de un cuarto de d¨®lar sonr¨ªen exultantes ante el triunfo del general que llega con el garrote en la mano.
Lo que se ignora de estas elecciones bolivianas es qu¨¦ ha sido del voto ¨²til de las izquierdas, que pod¨ªa haber frenado el crecimiento del autoritarismo. Se esperaba que el Movimiento Nacional Revolucionario Hist¨®rico de V¨ªctor Paz Estenssoro reviviera ese apoyo, pese a sus falencias; se esperaba que la socialdemocracia del MIR acogiera a los desencantados; y, desde luego, no se esperaba que el aplastamiento electoral del partido en el Gobierno acaudillado por Siles Zuazo alcanzara a sumergirlo hasta poco m¨¢s del 4% de los votos. Juan Lech¨ªn, m¨ªtico l¨ªder de la Central Obrera Boliviana, permanece ilocalizable y no ha dicho una palabra. Los Sindicatos Unificados del Campo permanecen igualmente mudos.
Toda la revolucionariamente gratificante presi¨®n sindicalista para hacer flotar sobre la hiperinflaci¨®n del pa¨ªs una escala salarial m¨®vil -a base de huelgas sectoriales y nacionales ininterrumpidas- ha terminado en el descr¨¦dito de un Gobierno de izquierdas como el de Siles Zuazo.
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