Do de pecho en un estadio

La representaci¨®n de Otelo comenz¨® en la noche del jueves con m¨¢s de media hora de retraso. A Piero Faggioni, director esc¨¦nico, esto le pareci¨® perfecto: "Una de las cosas m¨¢s bonitas de este tipo de espect¨¢culos es que comiencen a oscuras". Tras esa media hora tres minutos bastaron para llenar el escenario con la niebla necesaria para la tempestad del primer acto. La funci¨®n comenz¨® y a las dos de la madrugada los cantantes recibieron los aplausos finales. M¨¢s de 35.000 asistentes superaron el aforo de las ¨®peras al aire libre que se celebran en Europa.

El ambiente del escenario, minutos antes del comienzo de Otello, era relajado. Faggioni ultimaba detalles con las luces. Cantantes del coro y figurantes se colocaban ordenadamente para recoger las lanzas y estandartes.Rafael Benedito, uno de los cinco maestros apuntadores, se?al¨® que iban a intervenir ¨²nicamente en el caso de que fuese estrictamente necesario, ya que los apuntadores tem¨ªan que se oyesen demasiado sus voces a trav¨¦s de los micr¨®fonos. Pl¨¢cido Domingo apareci¨® con una capa blanca con un dibujo en la espalda y con un casco dorado. Antes de salir a escena muchos de los actores aprovecharon para hacerse fotograf¨ªas junto a ¨¦l.

La representaci¨®n transcurri¨® con normalidad. Al final, despu¨¦s de los aplausos, Pilar Lorengar, Pl¨¢cido Domingo y Silvano Carrolli bajaron al c¨¦sped para firmar aut¨®grafos. El presidente del Atl¨¦tico de Madrid, Vicente Calder¨®n, entreg¨® luego la medalla del club a Pl¨¢cido Domingo.

El tenor madrile?o se maquill¨® para convertirse en legendario moro de Venecia m¨¢s de una hora antes del comienzo de la representaci¨®n. En la puerta del camerino se encontraba su esposa, Marta Ornelas, abanic¨¢ndose con un programa de mano, mientras filtraba cuidadosamente las visitas. Para ella el adjetivo ¨²nico define a su marido, y considera que un acto musical como el de Otello en el Vicente Calder¨®n, con figuras capaces de llamar la atenci¨®n de las masas, "es una buena manera de imitar a los norteamericanos".

Poco despu¨¦s, Pl¨¢cido Domingo sali¨® del camerino, ya transformado en veneciano negro, vestido con un largo albornoz azul y blanco. "Este acto supone", dijo, "respecto a mis otros recitales masivos en el Central Park de Nueva York y en la Ciudad Universitaria de Madrid, m¨¢s emoci¨®n todav¨ªa, porque se trata de una ¨®pera completa en representaci¨®n, no en versi¨®n de concierto, y tienes que coger al p¨²blico y entrar en ambiente desde el principio". A continuaci¨®n Pl¨¢cido Domingo se dirigi¨® al retrete de caballeros y desde fuera pudo o¨ªrse c¨®mo vocalizaba varias frases.

Desd¨¦mona, emocionada

Pilar Lorengar, Desd¨¦mona, estaba en su camerino aparentememente muy tranquila. "Estoy emocionada", dijo, "pero no asustada. Me encuentro como si ¨¦ste fuese mi primer campeonato de f¨²tbol. Yo he cantado al aire libre ante 20.000 personas, pero siempre en versi¨®n de concierto. Aqu¨ª tenemos que dar el do de pecho en un espacio abierto. Si la t¨¦cnica no nos falla puede ser un gran espect¨¢culo. Por lo menos no ocurrir¨¢ lo que sucedi¨® en Tejas (EE UU), cuando cant¨¦ hace dos a?os Carmen, y nada m¨¢s empezar nos sorprendi¨® un chaparr¨®n casi tropical".

El bar¨ªtono italiano Silvano Carrolli obtuvo un gran ¨¦xito en la funci¨®n. "Estoy acostumbrado a cantar al aire libre", se?al¨®, "aunque nunca lo hab¨ªa hecho antes en un estadio. He actuado en La Arena de Verona, en las termas de Caracalla, y en el festival de Orange, pero siempre con menos p¨²blico que ahora. He hecho muchas veces el personaje de Yago, el m¨¢s perverso de todos los personajes perversos. En ¨¦l es m¨¢s importante hacer de actor que de cantante, sobre todo en sus confrontaciones con Otello, que es el alma blanca de la obra. Intento que mi incursi¨®n personal en un personaje tan complejo sirva para captar todos los matices".