Coll y el Pi de les Tres Branques

A pesar de sus explicaciones, para m¨ª Coll i Alentorn ha roto con una impecable trayectoria de muchos a?os. Siempre le hab¨ªa caracterizado su saber conjugar una actitud nacionalista seria y un hondo esp¨ªritu democr¨¢tico, con una oposici¨®n valiente a las crispaciones. Su silencio en la reuni¨®n del Pi de les tres Braques me parece una concesi¨®n inesperada. Porque yo no pido de Coll i Alentorn que en un caso as¨ª se levante y se vaya, sino que espero que encare p¨²blicamente el problema de ese tipo de radicalismo anticonstitucional -llamadas a la lucha armada, alabanzas a Terra Lliure, xenofobia- con la misma dignidad con que siempre se opuso al radicalismo franquista o a las manifestaciones anticatalanas. Si Coll i Alentorn entend¨ªa que aquellas graves salidas de tono correspond¨ªan ¨²nicamente a una minor¨ªa de los asistentes, raz¨®n de m¨¢s para, apoyado en la mayor¨ªa, salirles al paso.Hasta ahora Catalu?a ha realizado con sentido de la responsabilidad y de la justicia la recuperaci¨®n de sus instituciones y derechos, pero precisamente en un momento en que flota en el ambiente el peligro de un encrespamiento de los problemas, es la clase pol¨ªtica la que tiene la obligaci¨®n de dar el ejemplo. Y la cara-