El equipo de Gorbachov
A POCO m¨¢s de cuatro meses del acceso al poder del l¨ªder sovi¨¦tico Mijail Gorbachov, las atentas miradas de Occidente parecen dividirse en dos escuelas de pensamiento. Una se impacienta por descubrir signos liberalizadores, pr¨®tesis diversas del cambio que conduzcan a un di¨¢logo fruct¨ªfero entre las dos grandes potencias. Otra expresa su escepticismo ante los prop¨®sitos renovadores del l¨ªder sovi¨¦tico, aduciendo que el peso de la burocracia del Estado hace herc¨²lea cualquier tarea de remoci¨®n de lo adquirido. Si en la primera hay quien quiere ver a toda costa en Gorbachov un criptoliberal, como ya se hizo con Andropov, en esta segunda posici¨®n se adivina una preferencia por el clich¨¦ del sovi¨¦tico adusto y remol¨®n, como si cualquier cambio conturbara las verdades establecidas.La ¨²ltima oleada de nombramientos en el segundo escal¨®n de la jerarqu¨ªa sovi¨¦tica hace pensar que Gorbachov est¨¢ empezando la casa por sus cimientos. Si no se ha producido ning¨²n cambio fundamental en la estructura del Gobierno, que sigue dirigiendo Nikolai Tijonov, y aun si la desaparici¨®n de Andrei Gromiko del Ministerio de Asuntos Exteriores se ve compensada por la ascensi¨®n del propio y longevo ministro a la presidencia del Estado, como una prueba de continuidad de fondo, las cosas est¨¢n empezando visiblemente a moverse a otros niveles.
El punto de partida para el apreciable se¨ªsmo de nombramientos fue la reciente ca¨ªda de Grigori Romanov del Politbur¨®, desde donde ejerc¨ªa una supervisi¨®n sobre la cadena de promociones militares. Como el tap¨®n de una botella que salta, la destituci¨®n del jerarca de Leningrado ha producido una onda expansiva para el cambio. Por el momento, est¨¢ confirmado el relevo del general Alexei Epichev, que llevaba 23 a?os al frente del departamento pol¨ªtico del Ej¨¦rcito, algo as¨ª como el comisario pol¨ªtico en jefe, reemplazado por el general Alexei Lizichev; el del general Zaitsev, jefe de las fuerzas sovi¨¦ticas en la Rep¨²blica Democr¨¢tica Alemana, por el general Piotr Luchev, y el del general VIadimir Tolubko, jefe de la fuerza de misiles estrat¨¦gicos, sustituido por un hombre m¨¢s joven cuya identidad a¨²n no ha sido revelada. No todos esos relevos implican necesariamente el apartamiento de la primera l¨ªnea, puesto que el de Zaitsev podr¨ªa suponer su pr¨®xima promoci¨®n a m¨¢s altos destinos en la medida en que su puesto en la RDA ha sido siempre un excelente invernadero para la escalada, pero la constante de este ocupar y desocupar sillones es una: la del rejuvenecimiento de los mandos intermedios de la milicia.
Con todo, el nombramiento m¨¢s sonado a¨²n no ha sido confirmado oficialmente. ?ste ser¨ªa el del general Nikolai Ogarkov, misteriosamente cesado en septiembre pasado por Konstant¨ªn Chernenko del cargo de jefe de Estado Mayor, y que ahora, seg¨²n fuentes diplom¨¢ticas occidentales, habr¨ªa sido nombrado viceministro de Defensa y comandante supremo de las fuerzas del Pacto de Varsovia, en sustituci¨®n en este ¨²ltimo puesto de Viktor Kulikov. De confirmarse esta rehabilitaci¨®n de un militar como Ogarkov, que condujo con mano maestra el embarazoso briefing en el que Mosc¨² vino a reconocer que hab¨ªa derribado el avi¨®n de l¨ªnea surcoreano sobre el mar del Jap¨®n en septiembre de 1983, el nuevo viceministro se hallar¨ªa el tercero en la jerarqu¨ªa militar tras el ministro de Defensa, Sergei Sokolov, y el jefe de Estado Mayor, Sergei Akromeyev.
Lo m¨¢s significativo de la recuperaci¨®n ser¨ªa no s¨®lo la comparativa juventud de Ogarkov, apenas por encima de la cincuentena, sino su conocida insistencia en la profesionalizaci¨®n y modernizaci¨®n de las fuerzas armadas sovi¨¦ticas, un prop¨®sito plenamente en consonancia con la remoci¨®n de militares pol¨ªticos avejentados en el cargo y con las exhortaciones a la eficacia y a la renovaci¨®n del sistema tan frecuentes en el l¨ªder del Kremlin.
Es cierto que puede hallarse tanta prisa como cautela en los movimientos de Gorbachov, como tambi¨¦n que lo esencial del establishment militar o civil precisa de algo m¨¢s que exhortaciones para dejar la silla, pero tambi¨¦n es perceptible que el nuevo secretario del partido est¨¢ formando su equipo empezando por los escalones intermedios y que s¨®lo sobre esa base de poder se puede llevar a cabo una aut¨¦ntica renovaci¨®n. Si lo que persigue Gorbachov es simplemente que funcione lo existente o un cambio de p¨¦ndulo en las bases econ¨®micas del sistema, es todav¨ªa pronto para decirlo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.