Duros a peseta
Si no pesan 25 gramos, son falsos
"C¨®mpreme esta moneda, se?orito", y recordando a la violetera de la canci¨®n comienzan la cantinela para colocar su duro de los de antes, a precio de ganga, al ingenuo de turno. Es una industria que debe dar enormes beneficios al ver la multitud de peque?os timadores que con este negocio se ganan la vida por las calles, los mercados y hasta en las puertas de las iglesias.Estas reproducciones de las archiconocidas cinco pesetas, que desde La Gloriosa y hasta el 1899 se fabricaron en la Casa de la Moneda de la plaza de Col¨®n hoy solar ocupado por los Jardines del Descubrimiento y que tuvieron los populares nombres de el t¨ªo sentao o de la mano en el c..., pelones o escaroleros, seg¨²n su impronta, empezaron acu?¨¢ndose hace a?os en plata de mejor o peor ley, aunque siempre peor que la de los sevillanos antiguos, y los fabricantes a?ad¨ªan generalmente en el canto unas letras iniciales de su nombre y apellido o alguna otra marca que los hac¨ªa diferentes de los antiguos. Con la subida espectacular de los metales se pas¨® a un metal blanco, supongo que alpaca, con el que se siguen manufacturando ya, seg¨²n mis noticias, sin marca alguna que los se?ale como reproducciones. Pero, ?ojo!: la ley espa?ola no proh¨ªbe la fabricaci¨®n de monedas fuera de curso en el pa¨ªs.
Cuando hablo de estos asuntos recuerdo siempre una an¨¦cdota, claro exponente de la estupidez humana, que refiero a continuaci¨®n: hace unos 10 a?os un colega me presenta a un se?or que pose¨ªa un duro de 1869 (advertir¨¦ que esta pieza es rar¨ªsima y en una calidad mbc/ebc debe rondar los 2.000.000 de pesetas) y queri¨¦ndolo tasar usa de mis servicios. Al examinar la pieza veo que es falsa y que adem¨¢s el fabricante ha marcado con R.C. el canto de la pieza para diferenciarla de la aut¨¦ntica. Al darle mi respuesta al propietario, ¨¦l me explica que esa R.C. significa Ram¨®n de Campoamor y que como yo no s¨¦ gran cosa de estos asuntos ignoro que se trata, tal y como el vendedor le explic¨®, de una acu?aci¨®n aut¨¦ntica y especial con la que pagaron al poeta algunos de sus trabajos. Am¨¦n. Para orientar a los ilusos poseedores de este tipo de piezas monetiformes les dir¨¦ que si no pesan 25 gramos son falsas; que si llevan R.C. o F.P. o algunas otras letras en el canto tambi¨¦n lo son, aunque pesen los 25 gramos. No confundir estas iniciales con las leyendas del canto propias de estas monedas, que en el Gobierno provisional (1869 y 1870) es "Soberan¨ªa Nacional" y con Amadeo 1 (1871) es "Justicia y Libertad". El primer arlo de Alfonso XII (1875-1885) repite el mote de Amadeo I y despu¨¦s se adorna hasta el ¨²ltimo duro, acu?ado en 1899 por Alfonso XIII, con flores de lis en relieve iguales a las incusas de las actuales monedas de 100 pesetas del Rey.
Y para concluir estas l¨ªneas, ah¨ª van algunas curiosidades de los duros aut¨¦nticos: el tipo de t¨ªo sen tao se toma de las acu?aciones de Adriano referidas a Hispania en las que se la representa como ma trona tumbada apoy¨¢ndose en la roca de Calpe y con una rama de olivo en la diestra. El pel¨®n es la ¨²nica representaci¨®n mundial de un rey beb¨¦; no olvidar que Alfon so XIII era rey antes de nacer, al ser hijo p¨®stumo de Alfonso XII. La I Rep¨²blica espa?ola no acu?a monedas con sus tipos propios y aprovecha los ¨²ltimos 10 escudos de Isabel II para el oro y prosigue la acu?aci¨®n provisional para las denominaciones menores. El ¨²ltimo duro espa?ol de plata fue acu fiado en 1899 con el solo prop¨®sito de ayudar a enjugar el d¨¦ficit pro ducido, entre otros motivos, por las guerras de Cuba y Filipinas. Esto se consigui¨® al pasar la plata en pasta a plata amonedada, cam biando el valor contable de m¨¢s o menos 3,20 pesetas cada 25 gra mos de 900 mil¨¦simas a las cinco pesetas del facial de la moneda.
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