La guerra, en el presupuesto
Lo peor que le ha sucedido a Israel es que la guerra, despu¨¦s de tantos a?os, ha terminado por instalarse en el presupuesto nacional.Se ha tomado conciencia de que la crisis puede poner en peligro la supervivencia del Estado en la medida en que no fuera posible mantener el gasto militar, por un lado, y por otro, en la medida en que la aparici¨®n del fen¨®meno del desempleo y la falta de incentivos econ¨®micos pueden acabar con la inmigraci¨®n de jud¨ªos de todo el mundo.
Los israel¨ªes han iniciado, con el ¨¢nimo esforzado que les caracteriza, la batalla frente a una crisis que viene definida por una inflaci¨®n anual superior al 500%, en un pa¨ªs que aspira a competir en el mercado mundial con aquellos pocos cuya inflaci¨®n no alcanza los dos d¨ªgitos. Puesto que nadie duda en Israel que la seguridad sigue siendo la prioridad b¨¢sica, los gastos en defensa s¨®lo van a ser reducidos un 10%. El ajuste de la crisis es, por tanto, un brutal estrechamiento del bolsillo de los ciudadanos y de la peque?a parte del presupuesto que no va a gastos de defensa (un tercio del mismo) o a pago de la deuda (otro tercio).
El objetivo es llegar a una inflaci¨®n mensual inferior al 10%. En los ¨²ltimos meses el incremento de los salarios permanece varios puntos por debajo del de la inflaci¨®n, lo que, unido al dr¨¢stico recorte de los subsidios a productos de consumo y servicios b¨¢sicos, supone una p¨¦rdida del valor real de los salarios del orden del 30%. Van a ser despedidos 11.000 funcionarios y se negocia entre el Gobierno y el sindicato Istadrut la flexibilizaci¨®n del mercado de trabajo.
Ello abre un nuevo reto a la Administraci¨®n y a las fuerzas econ¨®micas para evitar la aparici¨®n del fen¨®meno del desempleo. El reajuste econ¨®mico y la propia estrechez del mercado israel¨ª, poco m¨¢s de cuatro millones de habitantes, obligan a la conquista del mercado exterior, en una operaci¨®n que alguien llama "el sionismo de la tercera etapa".
Con una poblaci¨®n activa de s¨®lo 1.350.000 personas y gran parte de sus mercados naturales cerrados por el aislamiento pol¨ªtico, Israel es consciente de que ha de basar su salto hacia adelante en la tecnolog¨ªa avanzada.
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