Bruno Kreisky y Ram¨®n Mendoza, anfitriones de Gonz¨¢lez durante sus vacaciones en Andraitx

El presidente del Gobierno, Felipe Gonz¨¢lez, ha consumido su primera semana de vacaciones en Andraitx pescando, acompa?ado por un veterano hombre de mar. Sin embargo, el pasado mi¨¦rcoles tuvo dos anfitriones de excepci¨®n: el presidente de Real Madrid, Ram¨®n Mendoza, que ense?¨® su lujoso barco, el Am¨¦rica, a Gonz¨¢lez, y el ex canciller austriaco Bruno Kreisky, que pasa una temporada de descanso en la isla.

Gonz¨¢lez, acompa?ado de su esposa, Carmen Romero, cen¨® con el ex canciller austriaco y el c¨®nsul estadounidense en Mallorca, Tumy Bestard. La cena, de car¨¢cter informal, tuvo lugar en el chal¨¦ de Kreisky y se alarg¨® por espacio de tres horas.Aunque se trataba de una cena amistosa, fuentes pr¨®ximas al presidente no descartaron que los comensales hubieran abordado cuestiones de pol¨ªtica internacional, especialmente sobre Oriente Medio y norte de ?frica. El ex canciller Bruno Kreisky se entrevist¨® en diciembre de 1982 en Mallorca con el l¨ªder de la Organizaci¨®n para la Liberaci¨®n de Palestina, Yasir Arafat, y medi¨® con el Gobierno de Israel para que ambos interlocutores llegaran a alg¨²n acuerdo.

Tambi¨¦n el pasado a?o, en diciembre de 1984, Kreisky intervino como mediador en la entrevista que mantuvieron en esta isla Felipe Gonz¨¢lez y el m¨¢ximo libio Muammar el Gaddafi. Esta entrevista tuvo por objeto aclarar las relaciones entre Espa?a y Libia, y en ella se trat¨® la situaci¨®n pol¨ªtica del norte de ?frica.

Nueva reuni¨®n

Kreisky, que estuvo 13 a?os como canciller de su pa¨ªs y 16 como presidente del Partido Social Dem¨®crata, es amigo personal del presidente del Gobierno espa?ol, y est¨¢ previsto que ambos vuelvan a reunirse nuevamente en la isla.Por otra parte, el presidente del Real Madrid, Ram¨®n Mendoza, ense?¨® a Felipe Gonz¨¢lez su barco, modelo muy similar al famoso Am¨¦rica norteamericano que gan¨® la prestigiosa copa Am¨¦rica, de Estados Unidos, en 1862. El presidente pas¨® varias horas con Mendoza a bordo del Am¨¦rica, y posteriormente volvi¨® a su chal¨¦ de Andraitx.

Gonz¨¢lez ha mantenido fielmente su intenci¨®n de desconectar de la actividad pol¨ªtica, como ya anunci¨® el primer d¨ªa de sus vacaciones. Su primera semana de descanso ha discurrido entre la pesca y la lectura, con escasas salidas fuera del chal¨¦ cedido por el arquitecto mallorqu¨ªn Pedro Nicolau Pero si las salidas del presidente han sido escasas, su esposa, Carmen Romero, se ha convertido en el objetivo de los fot¨®grafos, puesto que permanece pr¨¢cticamente todo el d¨ªa en la piscina, ba?¨¢ndose y leyendo, y no ha sido todav¨ªa cazada por los reporteros gr¨¢ficos.

Felipe Gonz¨¢lez ha mantenido sus promesas. Sali¨® a pescar todos los d¨ªas, acompa?ado de su inseparable amigo y jefe de su servicio de seguridad, el comisario Manuel C¨¦spedes, tambi¨¦n aficionado a las artes marineras. A ambos les gusta la pesca, pero utilizando los medios tradicionales. Para ello Felipe Gonz¨¢lez ha ido tambi¨¦n acompa?ado en varias ocasiones por Cristino, un veterano pescador del puerto de Andraitx. Cristino le ha mostrado al presidente la pesca caracter¨ªstica de la zona, as¨ª como los caladeros donde merece la pena soltar los aparejos.

A pesar de sus buenas intenciones y de la colaboraci¨®n del veterano pescador, el presidente no ha tenido fortuna en esta primera semana.

Fuentes pr¨®ximas al presiente han afirmado que a¨²n no existe un plan previsto para los pr¨®ximos d¨ªas y se desconoce cu¨¢nto tiempo permanecer¨¢ en, la isla, saliendo al paso as¨ª de su posible traslado a Andaluc¨ªa para pasar sus ¨²ltimos d¨ªas de vacaciones.

Por su parte, los hijos del presidente, Pablo y David, reciben clases de vela y suelen salir a ba?arse a una cala pr¨®xima al chal¨¦.

Como an¨¦cdota, puede contarse que el presidente estuvo bromeando con algunos de sus escoltas despu¨¦s de que fuera localizado por un periodista paseando por el puerto de Andraitx. Era muy temprano y nadie se imaginaba que el presidente iba a salir a pasear a esas horas. El periodista se top¨® casualmente con el presidente, pero, desgraciadamente, no llevaba las c¨¢maras encima.