_
_
_
_
Tribuna:LECTURAS DE VERANO
Tribuna
Art¨ªculos estrictamente de opini¨®n que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opini¨®n han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opini¨®n de personas ajenas a la Redacci¨®n de EL PA?S llevar¨¢n, tras la ¨²ltima l¨ªnea, un pie de autor ¡ªpor conocido que ¨¦ste sea¡ª donde se indique el cargo, t¨ªtulo, militancia pol¨ªtica (en su caso) u ocupaci¨®n principal, o la que est¨¦ o estuvo relacionada con el tema abordado

La noche del tren

Eran las ocho de la noche de ese 24 de diciembre en que yo cumpl¨ªa 16 a?os, a principios de los sesenta, y apenas hab¨ªamos pasado Intiyaco cuando la t¨ªa Berta se irgui¨® en su asiento, quit¨¢ndose el sudor del cuello con un pa?uelo mojado , y me dijo:-No vamos a llegar a tiempo.

Ven¨ªamos de Buenos Aires en el Estrella del Norte, pero hab¨ªamos salido de Santa Fe con una demora de cuatro horas, y todo el pasaje, api?ado y sudoroso en esos 12 vagones, parec¨ªa impulsar esa m¨¢quina carcajeante, atosigada, para que se acelerara, aunque nadie ten¨ªa fe en que pudi¨¦ramos arribar a Resistencia antes de las 12 de la noche.

RETRASO Y MALHUMOR

Mi t¨ªa, Berta y yo ¨ªbamos en el cuarto coche, y ella viajaba sumamente malhumorada por el calor, y me di cuenta tambi¨¦n por el cada vez mayor retraso, pues la locomotora bufaba irregular y no s¨®lo no recuperaba el tiempo perdido sino que era evidente que nos demor¨¢bamos m¨¢s y m¨¢s.

-No vamos a llegar a tiempo -repiti¨®, y yo prefer¨ª no hacer comentario. Ella ten¨ªa entonces 32 a?os y una como mueca constante de acritud, quiz¨¢ porque se daba cuenta de que estaba condenada a quedarse soltera. Era una mujer neur¨®tica y callada, demasiada agria para sus pocos a?os, pero due?a de una cierta calidez y camarader¨ªa, al menos para conmigo, cuando estaba de buenas. Eso a m¨ª me gustaba tanto como esas tetas espectaculares que ten¨ªa, y que todav¨ªa suelo evocar en algunos sue?os er¨®ticos que sue?o cuando estoy muy cansado. No era linda, por supuesto, pero me encantaba su largo pelo negro y su voz sensual, y sus ojos, que a veces ten¨ªan un brillo p¨ªcaro, ir¨®nico, invitador a complicidades. Era yo, claro, muy joven todav¨ªa para saber que es casi un hecho com¨²n que los adolescentes se enamoren de las t¨ªas. Pero no s¨¦ si yo estaba enamorado de Berta. S¨®lo s¨¦ que me fascinaba su presencia, su compa?¨ªa, sus cuotas de desenfado y malhumor, y que ese viaje hab¨ªa sido muy grato hasta Rosario, porque ella charl¨® mucho, me pregunt¨® si ten¨ªa novia, hizo chistes y me oblig¨® a confesarle que me gustaba la hija de Romero, Laurita, pero que no me daba ni la hora. Se ri¨® mucho y despu¨¦s me cont¨® c¨®mo las monjas del colegio Mar¨ªa del Socorro, cuando ella hac¨ªa la secundaria, le tocaban los pechos haci¨¦ndose las descuidadas para enseguida santiguarse con rubor. Tambi¨¦n jugamos a las cartas hasta que s¨²bitamente Berta volvi¨® a agriarse, dej¨® de hablar y se dedic¨® a leer el Para ti o a mirar la pampa por la ventanilla. Y despu¨¦s que salimos de Santa, Fe tuvo el,humor de un gato.

Cada hora el calor aumentaba, y ella, befante, se ve¨ªa inquieta e irritable. Cada tanto se sacud¨ªa la blusa y la tela se pegoteaba contra sus pezones, que eran oscurisimos. Yo la miraba nom¨¢s porque conoc¨ªa su genio. Me divert¨ªa verla as¨ª, sentada como los hombres, con las piernas muy abiertas, de modo que la pollera se le deslizaba pegada a su sexo y resaltaba sus muslos, macizos como lapachos j¨®venes.

-No vamos a llegar a tiempo, volvi¨® a decir, y yo no sab¨ªa a tiempo para qu¨¦. Y me lo preguntaba cuando el convoy empez¨® a perder- velocidad. No se fren¨® inmediatamente, pero resultaba obvio que nos est¨¢bamos deteniendo; si hasta se apag¨® el tronido de la locomotora y al asomarme vi que casi todo el pasaje de mi lado sacaba las cabezas para ver que la vieja maquina ya no echaba humo y parec¨ªa deslizarse sobre los rieles con el mero impulso de su inercia. Sent¨ª rabia, pero me dije que -iba a ser un cumplea?os original.

DESPERFECTO MEC?NICO

Ya era de noche, y cuando la m¨¢quina se par¨® un guarda gordo y calvo, con el uniforme todo manchado de comidas y caf¨¦s, recorri¨® los vagones anunciando que hab¨ªamos sufrido un desperfecto mec¨¢nico y que si quer¨ªamos bajar cuando el tren se detuviera pod¨ªamos hacerlo, pero que nadie se alejara mucho de las v¨ªas.

El paisaje era desolador, como siempre es el paisaje en El Chaco: se ve¨ªa.el monte, y eso era todo. A donde uno mirara, uno que otro algarrobo se alzaba sobre la fronda, o un quebracho muy erguido, o por ah¨ª un lapachal. Pero no hab¨ªa arriba ni abajo; la planicie era tan redundantemente plana que la visi¨®n se hac¨ªa cort¨ªsima: a una docena de metros de las v¨ªas empezaba la vegetaci¨®n cerrada y s¨®lo se apreciaba el oscuro entretejido de la selva. Ten¨ªamos la sensaci¨®n de que est¨¢bainos en una especie de t¨²nel oen un pasadizo de cielo abierto en medio del monte.

La gente empez¨® a levantarse, muchos se desperezaban y la mayor¨ªa se baj¨® del tren en cuanto ¨¦ste se detuvo.

-Bajamos, ?Berta?

-No, yo no -y neg¨® tambi¨¦n con la cabeza, fastidiada como si estuviera por faltar a una cita muy importante- And¨¢ vos, si quer¨¦s.

Encend¨ª un Fontanares y me baj¨¦ a fumarlo entre la gente. Todos comentaban la mala suerte que nos tocaba, y casi inevitable mente el comentario se refer¨ªa a las cenas de, Navidad perdidas. Las madres aprovechaban para cambiar pa?ales y algunos hombres se dirig¨ªan, curiosos, in¨²tilmente interesados, hacia la locomotora, donde se ve¨ªa que hab¨ªa dos tipos con overoles azules que daban la impresi¨®n de estar completamente desconcertados. Unos pocos m¨¢s, los optimistas, caminaban hacia el final del convoy como para sentarse a esperar que llegara alguna zorra con mec¨¢nicos. Pero todos sab¨ªamos que esa zorra pod¨ªa tardar una hora o un par de d¨ªas y que, en todo caso, lo peligroso ser¨ªa que apareciera el tren de la ma?ana siguiente, o alg¨²n carguero y que vinieran inadvertidos de nuestro percance. Esos hombres resultaron, adem¨¢s de curiosos y optimistas, precavidos, porque encendieron grandes fogatas un centenar de metros m¨¢s all¨¢ de la m¨¢quina y del ¨²ltimo vag¨®n correo sobre las mismas v¨ªas. En la noche, y con el tren a oscuras, era impresionante ver el convoy enmarcado por los fuegos a todo Io largo de casi medio k¨ªl¨®metro y a cuyos lados florec¨ªan fuegos m¨¢s peque?os alrededor de ,los cuales la gente se arracimaba para calentar agua para los mates, para entibiar las mamaderas o para espantar a mosquitos, jejenes y acaso a alg¨²n animal curioso que pudiera salir del monte. La luna brillante, en esa l¨ªmpida noche navide?a, parec¨ªa tan iluminadora como caliente.

Camin¨¦, fumando, sin alejarme demasiado de nuestro vag¨®n, y al cabo de unos minutos empez¨® a escucharse un chamam¨¦, m¨²sica que ven¨ªa de uno de los ¨²ltimos vagones, de la segunda clase: era un rasguido mon¨®tono, m¨¢s de bordonas que de primas, que acompa?aba a un desfalleciente, desinflado bandone¨®n. Enseguida se improvis¨® un d¨²o para cantar "Tirol-pu¨¦eee / blitoqueriiiidoooo / rinconciiiii / toabandonadooooo / recordaaaaan / dotupasadooooooo yo jam¨¢aaaaas / te olvidar¨¦eeee", y me llam¨® la atenci¨®n el croar preciso de esa segunda voz, baja y llorona, como debe cantarse el chamam¨¦.

INTIMIDAD EN LA ARBOLEDA

Alguna gente se separaba dd tren y se met¨ªa entre la maleza, entre los primeros, no demasiado tupidos matorrales, en absurdas ¨ªncursiones escatol¨®gicas, pues en los vagones hab¨ªa ba?os. Sucios, pero ba?os. Y sin embargo todos prefer¨ªan adentrarse en busca de la otra intimidad de la arboleda. Y era divertido" porque cada uno que se met¨ªa en el monte dejaba un familiar o un amigo en el descampado, junto al tren, para poder orientarse al volver o para que alguien escuchara su grito si aparec¨ªa alg¨²n animal peligroso o asustador. Y los que estaban de este lado parec¨ªan hablar solos en voz alta, mientras uno pod¨ªa imaginar a los que estar¨ªan en cuclillas, o arrimados a los ¨¢rboles, charlando en la espesura.

El calor era agobiante, como todos los diciembres en El Chaco. Bandadas de insectos parec¨ªan atacar en picadas a la gente, como minibombard¨¦ros temibles, como Stukas mort¨ªferos. Se o¨ªan las palmadas en los brazos, en las mejillas, en las piernas. Cada tanto, uno que otro dada un salto al sentir las picaduras, y en varios sitios surgieron min¨²sculos fuegos de bosta encendida, que aunque malolientes ahuyentaban a mosquitos y jejenes. Ya pasadas las nueve de la noche el tema de la gente era que un cura que viajaba en la primera clase hab¨ªa prometido improvisar una misa del gallo y que estaba bien que en el vag¨®n-comedor hubieran decidido racionar el agua y las bebidas embotelladas. No obstante era evidente que en varios grupos corr¨ªan abundantes las cervezas calientes y las enormes damajuanas de vino.

Regres¨¦ a la ventanilla donde deb¨ªa estar mi t¨ªa. No la vi, pero la llam¨¦ desde la ca¨ªda del terrapl¨¦n.

-Qu¨¦ hay -me respondi¨® su voz. No se asom¨®, y la voz me son¨® desagradable, como si yo hubiera importunado algo, un sue?o acaso. Estaba muy nerviosa.

-Asomate -le ped¨ª- o baj¨¢ un ratito, aqu¨ª est¨¢ m¨¢s fresco.

Escuch¨¦ sus movimientos y luego vi que sacaba la cabeza por la ventana. A la luz de la luna y de las fogatas se ve¨ªa transpirada, con los pelos pegoteados en la frente, ese largo pelo negro que parec¨ªa m¨¢s brilloso por la humedad y el calor. Me sonri¨®.

-Bajaron todos, ?no?

-S¨ª, y hay algunos que est¨¢n chupando. Y all¨¢ en la segunda cantan.

-Dentro de un rato van a estar todos borrachos.

-Y esto va a terminar en bailanta -me re¨ª- ?Por qu¨¦ no baj¨¢s?

Berta se mordi¨® el labio inferior; parec¨ªa s¨²bitamente divertida.

-No tengo ganas.

-Nos van a estar esperando -dije yo- ?En, la estaci¨®n les avisar¨¢n, ?no?

-Supongo.

Y se qued¨® as¨ª, con el ment¨®n recostado sobre la ventana, mirando en derredor. Saqu¨¦ un c¨ªgarrillo, se lo ofrec¨ª y luego le di fuego. Encend¨ª otro para m¨ª.

-Qu¨¦ Navidad vamos a pasar -dijo ella- Y qu¨¦ cumplea?os el tuyo. ?Sab¨¦s qu¨¦ fue lo que pas¨®?

-No, no pregunt¨¦. Da lo mismo. Se habr¨¢ reventado lacaldera o algo as¨ª.

-La que voy a reventar soy yo; el calor es insoportable. Y los mosquitos. ?No habr¨¢ algo de tomar? ?Algo fuerte?

-Si quer¨¦s voy a ver si consigo algo de vino.

-S¨ª, dale -se le iluminaron los ojos- Tom¨¢ -y meti¨® la mano entre sus pechos, irguiendose sobre la ventana, y sac¨® un billete. Yo me qued¨¦ mirando ese seno incre¨ªble, profundo, h¨²medo. Cuando me tendi¨® el billete ella tambi¨¦n me mir¨®. Lo tom¨¦ y me fui al coche comedor.

NAVIDAD INS?LITA

Ya se estaba organizando una especie de Navidad multitudinaria: acabadas las lamentaciones, y mientras sonaba Puerto Tirol por cuarta o quinta vez, la gente parec¨ªa recuperar el humor ante la idea de una Navidad bastante ins¨®lita. En el comedor la gente se anotaba en una planilla improvisada para recibir las bebidas de que se dispon¨ªa. Lo ¨²nico que no daban era agua, por si acaso, pues se reservaba pra los ni?os. Hab¨ªa, que regresar entre las diez y media y las once y media a buscar las botellas asignadas a cada grupo. A nosotros nos tocar¨ªa una botella de vino tinto, que dej¨¦ pagada. Y apart¨¦ tambi¨¦n un paquete de Criollitas.

Volv¨ª a nuestro vag¨®n y encontr¨¦ a Berta sentada en el and¨¦n, con las piernas colgando y apantall¨¢ndose con el Para ti ajado. Mord¨ªa un tallito de pasto que ten¨ªa una diminuta flor amarilla en la punta. En la semipenumbra parec¨ªa m¨¢s gorda, pero me excit¨® pensar en toda la carne sudada que hab¨ªa debajo de su blusa y de su falda livianas. Le expliqu¨¦ la cena que tendr¨ªamos, se ri¨® con una carcajada fresca, vulgar, y me dijo: "Bueno, falta m¨¢s de una hora, vamos a caminar un rato". Y de un brinco baj¨® adonde yo estaba.

Berta era igual de alta que yo y se deslizaba moviendo las caderas excesivamente. Nunca supe si era un defecto de su modo de caminaro era porque estaba muy cargada de carnes en las nalgas. Pap¨¢ siempre que jugaba al truco juraba "por el culo de mi cu?ada", como si dijera, "por las barbas de Cristo". Anduvimos en silencio por el costado de las v¨ªas, sorteando a la gente, api?ada en c¨ªrculos, con mantas o s¨¢banas tendidas en el suelo. Algunos dorm¨ªan, otros simplemente miraban el cielo estrellado como pidiendo una brisa fresca que no llegaba y que todos sab¨ªamos que jam¨¢s llegar¨ªa. Pasamos la locomotora, que parec¨ªa muerta como los dinosaurios del Museo de La Plata, y antes de llegar a la enorme fogata final, sobre las v¨ªas, Bert¨¢ cruz¨® los brazos sobre sus pechos, como si hubiese sentido un escalofr¨ªo, y dijo:

-Hay algo que me da miedo esta noche. Y se detuvo y mir¨® hacia el monte, a nuestra derecha. Yo me qued¨¦ pensando en lo mucho que la deseaba. Ella sigui¨®:

-Estoy toda transpirada, no me aguanto.

Y yo me dije que hab¨ªa adivinado mis pensamientos. Bajamos del terrapl¨¦n por el otro lado. Hab¨ªa igual cantidad de gente, o acaso m¨¢s, porque el monte empezaba un poquito m¨¢s lejos; era un claro como de treinta metros de ancho, a todo lo largo del convoy. Me pregunt¨¦ si la gente no tendr¨ªa miedo de que aparecieran las v¨ªboras; las yararaes se enloquecen con el calor.

En ese momento Berta se me acerc¨® y se colg¨® de mi brazo.

-Volvamos, Juancito, no s¨¦ qu¨¦ me pasa.

Y caminamos as¨ª, yo imaginando que como dos novios, ella mordiendo su pastito ya despedazado, hasta nuestro vag¨®n. Sin decir palabra se descolg¨® y subi¨® al coche. Le dije que se iba a morir de calor y me replic¨® que le daba lo mismo, que ya estaba muerta, y nerviosa, y cansada.

Me qued¨¦ abajo, mirando la tierra polvosa, el monte sucio y oscuro y ese cielo tan l¨ªmpido como inalcanzable hasta que se hizo la hora de buscar nuestra cena. No s¨¦ por qu¨¦ se me ocurri¨® subir antes al vag¨®n. Estaba completamente vac¨ªo y en la oscuridad s¨®lo se adivinaba la figura de Berta, acostada a lo largo de nuestro asiento, con las piernas recogidas contra sus muslos. Parec¨ªa dormir, con la cabeza sobre su bolso de mano. Los pechos se le ca¨ªan uno sobre el otro y los dos sobre el asiento de cuero, y parec¨ªan sobrar la tela liviana. Ten¨ªa las manos sobre su sexo y me excit¨¦ much¨ªsimo. Paralizado, no pude ha cer otra cosa que quedarme mir¨¢ndola, con la boca entreabierta, reseca. Met¨ª una mano en el bolsillo y acomod¨¦ mi erecci¨®n. Mi coraz¨®n lat¨ªa brutalmente y lati¨® a¨²n m¨¢s cuando observ¨¦ que su mano derecha en realidad acariciaba su sexo, suave, lenta, firme, sensualmente, y me di cuenta que deb¨ªa estar despierta y que era seguro que sab¨ªa que yo la estaba mi rando.

Retroced¨ª en silencio, aterrado, dici¨¦ndome a m¨ª mismo: "En seguida vengo; voy a buscar la cena", y baj¨¦ del vag¨®n completamente alterado. En el coche comedor hab¨ªa una fila larga pero que avanzaba bastante r¨¢pido. Delante m¨ªo hab¨ªa dos tipos bien vestidos que comentaban, molestos, que no era posible que hasta en ese solitario paraje los negros de la segunda clase cantaran a los gritos la Marcha peronista entre chamam¨¦ y chamam¨¦. Y detr¨¢s, una se?ora joven y linda que vest¨ªa un vaquero flamante le contaba a otra, bastante mayor, lo fabulosa que hab¨ªa sido la ¨²ltima Navidad que pasaron en C¨®rdoba, en la casa de Jacinta.

Cuando me entregaron las galletitas y la botella de Toro Viejo, con dos vasos de cart¨®n, y el guarda gordo y calvo que ayudaba a dos mozos de camisas blancas en el reparto me dijo mec¨¢nicamente: "Que pasen feliz Nochebuena", me dio miedo volver al vag¨®n. A la marchita sigui¨®, una vez m¨¢s, "Tirolpu¨¦ee / blitoqueriiidooo...", pero las risas de la gente no me quitaron el miedo.

Regres¨¦ r¨¢pido de todos modos, tratando de ocultar mi turbaci¨®n, de aquietar mis fantas¨ªas protagonizadas por los pechos de Berta y por la seguridad de que se hab¨ªa estado masturbando. Y sub¨ª al coche muy despacito, casi en puntas de pie, con la esperanza de volver a verla en la misma posici¨®n.

LA MAJA ONDULADA

As¨ª fue. Y ya no me quedaron dudas de que Berta se hac¨ªa la dormida mientras su mano me imantaba la vista, movi¨¦ndose como una culebra, ofidicamente, maravillosamente sensual sobre su sexo. Ella tambi¨¦n se mov¨ªa, excitada, y su cuerpo grueso parec¨ªa el de una maja ondul¨¢ndose sobre el asiento de cuero, que cruj¨ªa con un chirridito exasperante. Me qued¨¦ tieso, absorto, mirando su mano que viboreaba y el alzarse r¨ªtmico de sus enormes tetas, y su boca entreabierta, por donde su respiraci¨®n produc¨ªa un silbidito que por un momento me pareci¨® acompasado con la m¨²sica que se o¨ªa a lo lejos. No sab¨ªa qu¨¦ hacer, est¨¢tico, con la botella en una mano y el paquete de galletitas en la otra, hasta que Berta abri¨® los ojos y me mir¨® sin sorpresa, porque sab¨ªa que yo estaba ah¨ª, parado, vi¨¦ndola, moviendo los labios est¨²pidamente pero incapaz de proferir palabra, y no s¨¦ si hizo un gesto, nunca lo sabr¨¦, o si fui yo nom¨¢s que dej¨¦ sobre el asiento de enfrente la botella y las galletitas y me tir¨¦ sobre ella, que me recibi¨® abriendo esas piernas robustas, fuertes, que toqu¨¦ por primera vez sintiendo c¨®mo mis manos se hund¨ªan en su carne, y todo mientras ella buscaba mi bragueta y yo le besaba los pechos que reventaron la blusa de tela liviana.

Despu¨¦s beb¨ªmos el vino y comimos las galletitas, con excelente humor, dese¨¢ndonos muchas felices navidades como ¨¦sa y muchos cumplea?os as¨ª. Volvimos a hacerlo y nos dormimos abrazados, sobre el asiento. La zorra lleg¨® a la madrugada y el tren volvi¨® a arrancar al amanecer. A media ma?ana arribamos a Resistencia, sin que me importara el insoportable calor decembrino. Al bajar del tren, y despu¨¦s de besar a mam¨¢, vi a un mendigo que pulsaba una guitarra frente a una gorra deshilachada, recostado contra una columna de la estaci¨®n. Le ped¨ª que tocara Puerto Tirol y deposit¨¦ en la gorra un billete de cien pesos. Mam¨¢ y los dem¨¢s parientes me miraron con extra?eza. A m¨ª me pareci¨® que la t¨ªa Berta sonre¨ªa.

Copyright Mempo Glardinelli, 1985.

Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo

?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?

Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.

?Por qu¨¦ est¨¢s viendo esto?

Flecha

Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.

En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PA?S
Recomendaciones EL PA?S
Recomendaciones EL PA?S
_
_
seductrice.net
universo-virtual.com
buytrendz.net
thisforall.net
benchpressgains.com
qthzb.com
mindhunter9.com
dwjqp1.com
secure-signup.net
ahaayy.com
tressesindia.com
puresybian.com
krpano-chs.com
cre8workshop.com
hdkino.org
peixun021.com
qz786.com
utahperformingartscenter.org
worldqrmconference.com
shangyuwh.com
eejssdfsdfdfjsd.com
playminecraftfreeonline.com
trekvietnamtour.com
your-business-articles.com
essaywritingservice10.com
hindusamaaj.com
joggingvideo.com
wandercoups.com
wormblaster.net
tongchengchuyange0004.com
internetknowing.com
breachurch.com
peachesnginburlesque.com
dataarchitectoo.com
clientfunnelformula.com
30pps.com
cherylroll.com
ks2252.com
prowp.net
webmanicura.com
sofietsshotel.com
facetorch.com
nylawyerreview.com
apapromotions.com
shareparelli.com
goeaglepointe.com
thegreenmanpubphuket.com
karotorossian.com
publicsensor.com
taiwandefence.com
epcsur.com
southstills.com
tvtv98.com
thewellington-hotel.com
bccaipiao.com
colectoresindustrialesgs.com
shenanddcg.com
capriartfilmfestival.com
replicabreitlingsale.com
thaiamarinnewtoncorner.com
gkmcww.com
mbnkbj.com
andrewbrennandesign.com
cod54.com
luobinzhang.com
faithfirst.net
zjyc28.com
tongchengjinyeyouyue0004.com
nhuan6.com
kftz5k.com
oldgardensflowers.com
lightupthefloor.com
bahamamamas-stjohns.com
ly2818.com
905onthebay.com
fonemenu.com
notanothermovie.com
ukrainehighclassescort.com
meincmagazine.com
av-5858.com
yallerdawg.com
donkeythemovie.com
corporatehospitalitygroup.com
boboyy88.com
miteinander-lernen.com
dannayconsulting.com
officialtomsshoesoutletstore.com
forsale-amoxil-amoxicillin.net
generictadalafil-canada.net
guitarlessonseastlondon.com
lesliesrestaurants.com
mattyno9.com
nri-homeloans.com
rtgvisas-qatar.com
salbutamolventolinonline.net
sportsinjuries.info
wedsna.com
rgkntk.com
bkkmarketplace.com
zxqcwx.com
breakupprogram.com
boxcardc.com
unblockyoutubeindonesia.com
fabulousbookmark.com
beat-the.com
guatemala-sailfishing-vacations-charters.com
magie-marketing.com
kingstonliteracy.com
guitaraffinity.com
eurelookinggoodapparel.com
howtolosecheekfat.net
marioncma.org
oliviadavismusic.com
shantelcampbellrealestate.com
shopleborn13.com
topindiafree.com
v-visitors.net
djjky.com
053hh.com
originbluei.com
baucishotel.com
33kkn.com
intrinsiqresearch.com
mariaescort-kiev.com
mymaguk.com
sponsored4u.com
crimsonclass.com
bataillenavale.com
searchtile.com
ze-stribrnych-struh.com
zenithalhype.com
modalpkv.com
bouisset-lafforgue.com
useupload.com
37r.net
autoankauf-muenster.com
bantinbongda.net
bilgius.com
brabustermagazine.com
indigrow.org
miicrosofts.net
mysmiletravel.com
selinasims.com
spellcubesapp.com
usa-faction.com
hypoallergenicdogsnames.com
dailyupdatez.com
foodphotographyreviews.com
cricutcom-setup.com
chprowebdesign.com
katyrealty-kanepa.com
tasramar.com
bilgipinari.org
four-am.com
indiarepublicday.com
inquick-enbooks.com
iracmpi.com
kakaschoenen.com
lsm99flash.com
nana1255.com
ngen-niagara.com
technwzs.com
virtualonlinecasino1345.com
wallpapertop.net
casino-natali.com
iprofit-internet.com
denochemexicana.com
eventhalfkg.com
medcon-taiwan.com
life-himawari.com
myriamshomes.com
nightmarevue.com
healthandfitnesslives.com
androidnews-jp.com
allstarsru.com
bestofthebuckeyestate.com
bestofthefirststate.com
bestwireless7.com
britsmile.com
declarationintermittent.com
findhereall.com
jingyou888.com
lsm99deal.com
lsm99galaxy.com
moozatech.com
nuagh.com
patliyo.com
philomenamagikz.net
rckouba.net
saturnunipessoallda.com
tallahasseefrolics.com
thematurehardcore.net
totalenvironment-inthatquietearth.com
velislavakaymakanova.com
vermontenergetic.com
kakakpintar.com
begorgeouslady.com
1800birks4u.com
2wheelstogo.com
6strip4you.com
bigdata-world.net
emailandco.net
gacapal.com
jharpost.com
krishnaastro.com
lsm99credit.com
mascalzonicampani.com
sitemapxml.org
thecityslums.net
topagh.com
flairnetwebdesign.com
rajasthancarservices.com
bangkaeair.com
beneventocoupon.com
noternet.org
oqtive.com
smilebrightrx.com
decollage-etiquette.com
1millionbestdownloads.com
7658.info
bidbass.com
devlopworldtech.com
digitalmarketingrajkot.com
fluginfo.net
naqlafshk.com
passion-decouverte.com
playsirius.com
spacceleratorintl.com
stikyballs.com
top10way.com
yokidsyogurt.com
zszyhl.com
16firthcrescent.com
abogadolaboralistamd.com
apk2wap.com
aromacremeria.com
banparacard.com
bosmanraws.com
businessproviderblog.com
caltonosa.com
calvaryrevivalchurch.org
chastenedsoulwithabrokenheart.com
cheminotsgardcevennes.com
cooksspot.com
cqxzpt.com
deesywig.com
deltacartoonmaps.com
despixelsetdeshommes.com
duocoracaobrasileiro.com
fareshopbd.com
goodpainspills.com
hemendekor.com
kobisitecdn.com
makaigoods.com
mgs1454.com
piccadillyresidences.com
radiolaondafresca.com
rubendorf.com
searchengineimprov.com
sellmyhrvahome.com
shugahouseessentials.com
sonihullquad.com
subtractkilos.com
valeriekelmansky.com
vipasdigitalmarketing.com
voolivrerj.com
zeelonggroup.com
1015southrockhill.com
10x10b.com
111-online-casinos.com
191cb.com
3665arpentunitd.com
aitesonics.com
bag-shokunin.com
brightotech.com
communication-digitale-services.com
covoakland.org
dariaprimapack.com
freefortniteaccountss.com
gatebizglobal.com
global1entertainmentnews.com
greatytene.com
hiroshiwakita.com
iktodaypk.com
jahatsakong.com
meadowbrookgolfgroup.com
newsbharati.net
platinumstudiosdesign.com
slotxogamesplay.com
strikestaruk.com
trucosdefortnite.com
ufabetrune.com
weddedtowhitmore.com
12940brycecanyonunitb.com
1311dietrichoaks.com
2monarchtraceunit303.com
601legendhill.com
850elaine.com
adieusolasomade.com
andora-ke.com
bestslotxogames.com
cannagomcallen.com
endlesslyhot.com
iestpjva.com
ouqprint.com
pwmaplefest.com
qtylmr.com
rb88betting.com
buscadogues.com
1007macfm.com
born-wild.com
growthinvests.com
promocode-casino.com
proyectogalgoargentina.com
wbthompson-art.com
whitemountainwheels.com
7thavehvl.com
developmethis.com
funkydogbowties.com
travelodgegrandjunction.com
gao-town.com
globalmarketsuite.com
blogshippo.com
hdbka.com
proboards67.com
outletonline-michaelkors.com
kalkis-research.com
thuthuatit.net
buckcash.com
hollistercanada.com
docterror.com
asadart.com
vmayke.org
erwincomputers.com
dirimart.org
okkii.com
loteriasdecehegin.com
mountanalog.com
healingtaobritain.com
ttxmonitor.com
nwordpress.com
11bolabonanza.com