Ledesma Ramos
Querr¨ªa hacer algunas puntualizaciones a la recensi¨®n de un libro de Ledesma Ramos por Ra¨²l Morodo, aparecida en EL PAIS (4 de agosto de 1985).No me refiero al evidente error tipogr¨¢fico seg¨²n el. cual "estos escritos pol¨ªticos corresponden a la fase 1934-1935" y que convierte en absurda la afirmaci¨®n posterior seg¨²n la cual ser¨ªan "inmediatamente posteriores" a La Conquista del Estado (peri¨®dico que apareci¨® solamente durante 1931).
El per¨ªodo 1934-1935 no fue el "organizativo y de extensi¨®n de las JONS", fundadas en octubre de 1931, y cuyo a?o m¨¢s importante fue 1933 -seg¨²n el juicio de Ledesma- Este espacio de tiempo es m¨¢s bien el de la fusi¨®n con FE (hecha p¨²blica el 16 de febrero de 1934 y rota por la escisi¨®n de Ledesma y sus partidarios, obreros principalmente, el 15 de enero de 1935).
Tampoco es este per¨ªodo el de la aproximaci¨®n a Acci¨®n Espa?ola, puesto que la ¨²nica colaboraci¨®n de Ledesma en esta revista es el art¨ªculo te¨®rico Ideas sobre el Estado, aparecido en el n¨²mero 24 de la misma (1 de marzo de 1933) antes de aparecer la revista JONS. La pol¨ªtica de mano tendida de Ledesma hacia los sindicalistas revolucionarios se extiende desde los comienzos de su actividad pol¨ªtica (colaboraci¨®n en la huelga contra la Telef¨®nica, 1931) hasta el final (el art¨ªculo Las fuerzas motrices de la revoluci¨®n espa?ola: la CNT, publicado en julio de 1936 en el peIri¨®dico Nuestra Revoluci¨®n).
No puede sostenerse la afirmaci¨®n de que a partir de 1934-1935 no hay novedad ideol¨®gica en el pensamiento de Ledesma, ya que despu¨¦s de abandonar FE, debido al car¨¢cter contrarrevolucionario de esta organizaci¨®n, comienza una evoluci¨®n espectacular en las p¨¢ginas de La Patria Libre (seis n¨²meros del 16 de febrero al 23 de marzo de 1935), en el Discurso... (mayo de 1935) y que culmina en ?Fascismo en Espa?a? (noviembre de 1935), mucho m¨¢s que una mera pol¨¦mica con Primo, pues su primera parte es un estudio "profundo y brillante" (en palabras de H. R. Southworth) sobre el fascismo como fen¨®meno mundial. Fascismo que Ledesma ha dejado atr¨¢s al concluir est¨¦ libro, y de ello dan testimonio sus palabras finales: "No pretenden ya, tanto ¨¦l como sus camaradas, organizar, ni remotamente, el fascismo".
La bipolaridad marxismo/fascismo, que, en efecto, juega un papel en el periodo 1933-1934, queda sustituida por otra: sistema demo,cr¨¢tico/fuerzas revolucionarias -(marxismo y fascismo revolucionario, unidos en colaboraci¨®n t¨¢ctica), posici¨®n que acerca a Ledesma al moviminto de los nacionalbolcheviques alemanes de 1918-1933, bien estudiados en las obras cl¨¢sicas de Louis Dupeux y Otto-Ernst Sch¨¹ddekopf.
A donde condujo a Ledesma esta evoluci¨®n lo muestra el ¨²nico n¨²mero de su ¨²ltimo peri¨®dico (11 de julio 1936), Nuestra Revoluci¨®n (t¨ªtulo sacado de uno de los ¨²ltimos art¨ªculos de V. I. Lenin), en el que condena expresamente la sublevaci¨®n que se preparaba (sobre las fuerzas nacionales) y que era conocida por todo el mundo, excepto por los ministros republicanos; abandona el nacionalismo expansivo por un nacionalismo de resistencia antiimperialista (El capitalismo extranjero en Espa?a) y critica la pol¨ªtica del Frente Popular -cuya legitimidad reconoce- por su moderaci¨®n e indecisi¨®n (De cara a lo fundamental); es decir, desde un punto de vista diametralmente opuesto al de las derechas.
Agradecer¨ªa que publicaran esta carta, no para reivindicar a un hombre como Ledesma, cuyo talento no necesita abogados defensores, sino por respeto a la verdad hist¨®rica, cuya defensa incumbe a todos en la medida de sus posibilidades.- J. Cuadrado.
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