Juan Pablo II, dispuesto a visitar La Meca si lo aceptase el mundo isl¨¢mico
El papa Juan Pablo II, en el curso del vuelo desde Nairobi atasablanca efectuado ayer, dijo a un periodista italiano que le pregunt¨® si estar¨ªa dispuesto tambi¨¦n a ir a la Meca, que para hablar de la verdad de la religi¨®n y de los derechos humanos no dudar¨ªa en encontrarse con "el diablo".La respuesta del jefe de la Iglesia cat¨®lica, basada en una cita de P¨ªo XI, fue, seguida de esta otra frase: "Para mi sensibilidad ser¨ªa normal, pero no creo que para la de ellos".
Juan Pablo II se corrigi¨®,despues y dijo: "Quiz¨¢ me he explicado mal. Quer¨ªa decir que para m¨ª no habr¨ªa problema pero no s¨¦ si ser¨ªa lo mismo para ellos".
El di¨¢logo entablado por el Papa continu¨® y, a prop¨®sito de la referencia al diablo, se reanudaron las preguntas. "?Ahora que sus viajes, Santidad, se hacen cada d¨ªa m¨¢s frecuentes, no le gustar¨ªa tambi¨¦n ir a la URSS?", le dijo, introduci¨¦ndose en la conversaci¨®n, el enviado del diario La Repubblica.
El Papa Wojtyla, con voz fuerte y como contento de la pregunta, respondi¨®: "?Oh s¨ª, s¨ª!. Eso constituir¨ªa adem¨¢s una cambio hist¨®rico para el mundo". Despu¨¦s se qued¨® como reflexionando y a?adi¨®: "?Tambi¨¦n para el cristianismo"!
Menos le gust¨® la pregunta del enviado del Telediario-2 de la RAI cuando, a prop¨®sito de las reticencias para la convocatoria de un concilio africano, le pregunt¨®: "?Es que le da miedo, Santidad, una constituyente de la Iglesia africana?". "Usted piensa siempre", le contest¨®, duro, el Papa, "con categor¨ªas pol¨ªticas, olvid¨¢ndose que yo soy, sin embargo, el obispo de Roma"; y se volvi¨® para escuchar a Paloma G¨®mez Borrero, que le pregunt¨® si le hab¨ªa gustado el folclor africano.
El Papa le dijo a la periodista espa?ola que mucho, y que los europeos deben aprender de ellos a bailar y moverse mejor, incluso durante las ceremonias religiosas. Confes¨® tambi¨¦n Juan Pablo II que le gustar¨ªa ir a L¨ªbano, pero que no es posible porque se trata de un pa¨ªs en guerra, mientras que Marruecos es un pa¨ªs en paz. Tampoco excluy¨® la posibilidad de que, a la vuelta de su viaje a la India el a?o pr¨®ximo, pueda hacer una parada en Ir¨¢n para encontrarse con Jomeini, aunque a?adi¨® que la cosa no es f¨¢cil.
EL PAIS pregunt¨® a Juan Pablo II por qu¨¦ en el primer discurso de un Papa a j¨®venes s¨®lo musulmanes no iba a citar ni una sola vez ni el Evangelio ni el Cor¨¢n ni tampoco a la Virgen, una figura aceptada por la tradici¨®n isl¨¢mica y que ¨¦l no ha dejado nunca de nombrar en ninguno de sus discursos,de este viaje africano. El Papa, cabizbajo, primero se qued¨® pensando y despu¨¦s respondi¨®: "S¨ª, s¨ª, es verdad", y, levantando ya la cabeza, entre serio y bromista, pregunt¨® a este corresponsal: "Entonces, ahora que tengo que hacer, "?cambiar el discurso?", y sigui¨® adelante.
"?Piensa usted, Santidad, cambiar el mundo con este viaje a Marruecos?", le pregunt¨® con humor ingl¨¦s, el enviado de la BBC de Londres. Juan Pablo II, respondi¨¦ndole en su mismo tono, afirm¨®: "Todos de un modo u otro contribuimos a cambiar el curso de la historia. Lo hace tambi¨¦n usted cada vez que escribe un art¨ªculo".
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