Una cierta imagen
LE MONDE"Un watergate tricolor...". La expresi¨®n aparece cada vez m¨¢s en la pluma de los comentadores y en las declaraciones de los escasos pol¨ªticos que se arriesgan a expresar una opini¨®n sobre las consecuencias del asunto del Rainbow Warrior. No obstante, hay que reconocer que la expresi¨®n no es nada apropiada ni estar¨¢ justificada a no ser que se produzca un escandaloso golpe teatral. ( ... )El asunto del Rainbow Warrior es muy distinto, porque la acci¨®n de los servicios franceses estaba encaminada a evitar que los militantes de Greenpace prosiguieran su campa?a contra las pruebas nucleares en Mururoa. No cabe duda de que el m¨¦todo escogido fue tanto est¨²pido como criminal. Pero no puede decirse que el equipo de Auckland sirviera los intereses personales de Mitterrand. Esto es precisamente lo que recuerdan indirectamente las directrices del presidente Mitterrand a las Fuerzas Armadas el domingo 18 de agosto, en las que reitera la orden de prohibir a toda costa la violaci¨®n de las aguas territoriales y del espacio a¨¦reo en que tienen lugar las experiencias nucleares francesas. ( ... )
Sin embargo, las locuras de Auckland ya han hecho un da?o considerable a la diplomacia francesa. A plazo m¨¢s o menos largo, es la presencia francesa en el Pac¨ªfico la que se va a cuestionar, en una regi¨®n donde la prosecuci¨®n de pruebas nucleares va a desencadenar, sin duda, un recrudecimiento de protestas diplom¨¢ticas y tambi¨¦n populares. El da?o, adem¨¢s, sobrepasa el Pac¨ªfico, porque es una cierta imagen de Francia la que se ve afectada, y puede darse por descontado que los enemigos del pa¨ªs explotar¨¢n el fil¨®n.
Raz¨®n de m¨¢s para que Trico se d¨¦ prisa en su labor. El restablecimiento del prestigio internacional de Francia exige que se establezan las verdaderas responsabilidades y que se saquen sin tardanza todas las conclusiones.
20 de agosto
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