Norio Shimizu
Profesor de literatura espa?ola en Tokio, termina ahora la traducci¨®n al japon¨¦s de 'La familia de Pascual Duarte'
Norio Shimizu ense?a literatura espa?ola en la universidad de Sophia, en Tokio. Es un japon¨¦s de 37 a?os que se enorgullece de haber nacido el mismo d¨ªa, 400 a?os despu¨¦s, que Cervantes. Su pasi¨®n por la literatura de lengua espa?ola se consolid¨® con traducciones de autores como Octavio Paz y Borges, y ahora termina una versi¨®n al japon¨¦s de la obra de Camilo Jos¨¦ Cela La familia de Pascual Duarte. Hace unos meses, la Academia de la Lengua le nombr¨® acad¨¦mico correspondiente en Jap¨®n. Con extremada humildad se?ala que su vocaci¨®n de fil¨®logo se afirma continuamente "con gozo y sacrificio".
Shimizu naci¨® en la ciudad de Fuji, hijo del due?o de una peque?a imprenta. A los 18 a?os fue a estudiar a Tokio y dedic¨® mucho tiempo a leer libros de viajes sobre Latinoam¨¦rica. M¨¢s tarde, para perfeccionar su espa?ol rudimentario, comenz¨® a trabajar sobre el original de las Rimas de B¨¦cquer, que le sorprendieron "por la profundidad que se esconde detr¨¢s de unos textos aparentemente muy adecuados para las quincea?eras".En 1969, cuando ten¨ªa 21 a?os, Shimizu viaj¨® por primera vez a Espa?a, invitado tras haber conseguido el primer premio de un concurso con un trabajo que relacionaba a B¨¦cquer con un poeta japon¨¦s. Su primera impresi¨®n fue negativa por el clima pol¨ªtico y positiva por una raz¨®n cultural. "Sent¨ª que como en Jap¨®n", dice, "este era un pa¨ªs de armon¨ªa entre tradici¨®n y modernidad".
Tres a?os despu¨¦s volvi¨® a Espa?a para escribir una tesis sobre filolog¨ªa hisp¨¢nica. Cuando ha la de sus profesores lo hace con una gratitud muy sincera, especialmente al citar a Rafael Lapesa, director de su tesis. Su encuentro con ¨¦l le parece una suerte. "Es muy dif¨ªcil", dice, "poder encontrar a un maestro al que se pueda admirar tanto en el nivel humano como en el acad¨¦mico".
Shimizu no es practicante de ninguna religi¨®n, pero parece conservar de la herencia budista la idea del equilibrio y de la fascinaci¨®n continua ante un mundo desconocido que se abre a m¨²ltiples interpretaciones. Su vida es apacible y en ella se alterna el trabajo como profesor titular de espa?ol en la universidad con las traducciones y las emisiones por la emisora nacional japonesa de cursos de lengua espa?ola. Responde con extra?eza a la pregunta de si esta casado, pues le parece lo m¨¢s normal a su edad. Su mujer es japonesa y tienen dos hijos peque?os. Palabras como "vocaci¨®n", "sacrificio" o "trabajo" aparecen en sus expresiones y se mezclan en una personalidad donde la asimilaci¨®n de otra cultura no ha perjudicado las ense?anzas tradicionales recibidas en su pa¨ªs de origen.
Con un castellano perfecto, Shimizu habla de un trabajo que prepara sobre el diplom¨¢tico japon¨¦s Koichi Nakayama, que en 1920 se relacion¨® en Granada con Garc¨ªa Lorca. "Este escritor", dice, "tiene poemas de sabor oriental, que creo se deben a la influencia de su amigo". Ahora ultima la traducci¨®n de La familla de Pascual Duarte, novela de la que le ha interesado la psicolog¨ªa del campesino, por "su car¨¢cter de universalidad".
A Norio Shimizu le cuesta bastante salir de su terreno de investigador para hablar de temas esenciales. Filtra su opini¨®n con referencias a otras personas. Y a Ortega se refiere cuando habla de la vida como una vocaci¨®n de trabajo y del amor como "el eterno insatisfecho". "Si tuviera la respuesta al Quijote dejar¨ªa de interesarme", afirma. "Lo mismo me pasa con el amor. Y con la vida".
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