Una madeja imposible de desenmara?ar
En el peque?o puesto de la gendarmer¨ªa de Yeide, en pleno sector cristiano, el juez instructor militar Munir Honein interroga, uno a uno, a los testigos presenciales del atentado con coche-bomba perpetrado hace 10 d¨ªas ante el supermercado de Antelias. Lo m¨¢s probable es que, como tantas otras investigaciones llevadas a cabo en L¨ªbano desde hace 10 a?os, no llegue a ning¨²n resultado.La ¨²ltima serie de estallidos de autom¨®viles cargados con explosivos, generalmente TNT, ha sido lo suficientemente sangrienta como para que la Prensa local se haya preguntado con detenimiento sobre su autor¨ªa: mi¨¦rcoles 14, 15 muertos en el suburbio cristiano de Sad Bauchrie; s¨¢bado 17, 64 muertos en la localidad cristiana de Antelias; lunes 19, 26 muertos en el barrio druso de Zarif y 4 en el sh¨¢ de Gubeiri, y martes 20, 48 muertos en la ciudad septentrional de Tr¨ªpoli, controlada por integristas isl¨¢micos sun¨ªes.
En total, s¨®lo 157 muertos y m¨¢s de 500 heridos, gracias a que un sexto veh¨ªculo, previsto para estallar el mi¨¦rcoles 22 en la localidad meridional de Tiro, fue desactivado a tiempo.
Los dos primeros atentados fueron interpretados por la Voz de la Monta?a, la emisora de radio del l¨ªder druso Walid Jumblat, como un ajuste de cuentas intercristiano entre falangistas y miembros de las Milicias Cristianas Unificadas, en lucha por izarse a la cabeza de su comunidad; una versi¨®n rechazada por los correligionarios de las v¨ªctimas, que, a trav¨¦s del ex presidente Camille Chamoun, culparon a sus enemigos musulmanes de la doble tragedia.
?stos, a su vez, dieron a entender que sus adversarios tradicionales pod¨ªan haber inspirado las tres siguientes acciones terroristas, que, a diferencia de las primeras, fueron reivindicadas con diatribas antimusulmanas por dos organizaciones desconocidas y, supuestamente, de inspiraci¨®n cristiana.
La necesidad de encontrar un chivo expiatorio y la aparente perfecta sincronizaci¨®n de las explosiones que golpeaban sucesivamente a ambos bandos incitaron al presidente liban¨¦s, Am¨ªn Gemayel, a acusar a unas "manos extranjeras", y su primer ministro, Rachid Karame, fue a¨²n m¨¢s concreto, incriminando a Israel, como tambi¨¦n lo hicieron los diarios gubernamentales de Damasco. La Prensa del r¨¦gimen baasista, sin embargo, examin¨® la responsabilidad, evocada s¨®lo entre l¨ªneas, de los capitulacionistas ¨¢rabes, es decir, los palestinos partidarios de Yasir Arafat, "dispuestos a todo" para obstaculizar la pol¨ªtica siria de pacificaci¨®n de L¨ªbano.
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