La nueva batalla por la Vivienda: PSOE y PP se enfrentan incluso en lo que est¨¢n de acuerdo
Los expertos destacan la importancia de confrontar propuestas con distintos acentos ideol¨®gicos, aunque tambi¨¦n abogan por alg¨²n pacto de m¨ªnimos que parece poco probable
Una decena de medidas frente a una docena. Son las propuestas que la oposici¨®n y el Gobierno han confrontado en la ¨²ltima semana como recetas para la crisis de la vivienda. Una nueva versi¨®n del enfrentamiento del PP contra el PSOE y del PSOE contra el PP. Las soluciones que han puesto sobre la mesa tienen acentos distintos, incluso se pueden considerar opuestas en alg¨²n caso, pero tambi¨¦n hay una base compartida. Sin embargo, un acuerdo en la materia se antoja inveros¨ªmil: ¡°Los modelos son totalmente diferentes¡±, zanja Paloma Mart¨ªn, vicesecretaria de Desarrollo Sostenible del PP.
El dec¨¢logo que el principal partido de la oposici¨®n present¨® en Asturias el domingo pasado incide en el acceso a la propiedad y en el fomento de la edificaci¨®n. De hecho, las primeras medidas que contiene son precisamente la puesta a disposici¨®n de m¨¢s suelo para construir, con el foco puesto tanto en pisos de alquiler asequible como en la VPO en propiedad. El PP no esconde que mira al pasado (un reproche que desde el Gobierno se ha repetido durante toda la semana, vincul¨¢ndolo con la burbuja de principios de siglo) y reivindica ¡°el modelo de ¨¦xito que permiti¨® hacer una Espa?a de propietarios en los a?os ochenta y noventa¡±. En realidad, la idea de construir casas subvencionadas para que el grueso de la poblaci¨®n pudiera comprarse una vivienda viene del desarrollismo de los a?os sesenta, se mantuvo con la democracia y se cortocircuit¨® con la crisis de 2008.
Pese a ello, el PSOE no se opone a la idea de hacer viviendas protegidas en venta. Simplemente no pone el acento en ese aspecto, que no se menciona en las doce (trece en realidad) medidas que Pedro S¨¢nchez enumer¨® el pasado lunes. S¨ª se insiste en fortalecer la nueva empresa estatal de vivienda y en que la VPO que haga el Estado mantenga la figura de protecci¨®n a perpetuidad y no se pueda vender a precio libre. El Ejecutivo ya lo intent¨® por la v¨ªa de la ley estatal de vivienda con todas las casas subvencionadas p¨²blicamente, pero es uno de los aspectos que el Tribunal Constitucional ech¨® abajo porque se trata de una competencia auton¨®mica. Las comunidades, por tanto, tienen la capacidad de descalificar las casas protegidas que levanten con sus recursos, aunque algunas ya las mantienen protegidas para siempre, que es lo que a futuro har¨¢ tambi¨¦n la Administraci¨®n central con las suyas.
La descalificaci¨®n es el proceso por el que una vivienda protegida pierde esa condici¨®n y pasa al mercado libre. Es una de las causas por las que, seg¨²n muchos expertos, Espa?a parte en peores condiciones que otros pa¨ªses para afrontar la actual crisis. Pese a que durante d¨¦cadas se gastaron miles de millones en subvencionar la edificaci¨®n, pasados unos a?os estas casas se han podido vender por encima del precio tasado y han salido del parque asequible, que es mucho m¨¢s escaso que en otros pa¨ªses europeos. Esa descapitalizaci¨®n no se not¨® mientras las VPO que escapaban del sistema se compensaban con las que se estrenaban, pero cuando la crisis de 2008 arras¨® el ladrillo, el flujo qued¨® interrumpido.
Desde entonces se construye poco, en general, y todav¨ªa menos vivienda p¨²blica, en particular. El resultado es un d¨¦ficit enorme, que el Banco de Espa?a calcul¨® el a?o pasado en unas 600.000 casas y sobre el que existe un amplio consenso entre los expertos. Y es un diagn¨®stico compartido hasta cierto punto tambi¨¦n por los principales partidos. ¡°Tanto la academia como el mundo profesional tienen claro el problema¡±, reflexiona el economista Ignacio Ezquiaga. ¡°Y eso lo recogen tanto PP como PSOE en sus planteamientos sobre vivienda: la escasez y la idea de que para combatirla no se dispone de instrumentos suficientes en la gesti¨®n del urbanismo¡±, completa el experto.
Ley pendiente
La Moncloa no incluy¨® la Ley de Suelo como una de las 12 medidas que lanz¨® el presidente, pero S¨¢nchez s¨ª hizo referencia en su discurso a la aprobaci¨®n de esta norma, que de alguna manera ser¨ªa la decimotercera medida del corolario socialista. El asunto figura como un punto espec¨ªfico (el octavo) en las propuestas del PP, e ilustra bien la confrontaci¨®n que define las relaciones entre Gobierno y oposici¨®n, incluso en aspectos en los que aparentemente sus posturas est¨¢n cerca. La redacci¨®n b¨¢sica de la norma es de los tiempos en que gobernaba Mariano Rajoy y, con alguna modificaci¨®n, el PSOE la lleg¨® a llevar al Congreso en mayo del a?o pasado con el convencimiento de que la formaci¨®n de N¨²?ez Feij¨®o la apoyar¨ªa, tal y como reclamaban las patronales.
La ley busca fundamentalmente corregir que cualquier defecto en la tramitaci¨®n tumbe todo un planteamiento urban¨ªstico y obligue a iniciarlo de nuevo. Esto, seg¨²n los expertos, encarece la vivienda porque implica plazos largu¨ªsimos para sacar adelante un nuevo desarrollo. Y hay consenso en que la soluci¨®n es permitir que ante problemas subsanables (como la falta de un informe) el proceso no se paralice y corra en paralelo a la correcci¨®n del error. Pero eso genera reticencias en algunos socios parlamentarios del PSOE, y el PP entendi¨® que aprobar la norma era lanzar un salvavidas a S¨¢nchez. El Ejecutivo, ante la posibilidad de una derrota parlamentaria, retir¨® la ley, que sigue pendiente de aprobaci¨®n.
Para Xavier Vilajoana, presidente de la Asociaci¨®n de Promotores Constructores de Espa?a (APCEspa?a), lo de la Ley de Suelo ¡°es una cosa que clama al cielo¡±. ¡°Es supernecesaria y es una ley muy t¨¦cnica, nada ideol¨®gica¡±, pero cree que no sale adelante por ¡°otros temas¡±. ¡°Ah¨ª entramos en el campo de la pol¨ªtica y el sector privado no puede hacer nada, m¨¢s all¨¢ de pedir que se apruebe¡±, indica el l¨ªder de la patronal, quien reclama un consenso que vaya m¨¢s all¨¢: ¡°En algunos puntos ambas formaciones coinciden y no estar¨ªa mal que se pusieran de acuerdo y hubiera una especie de Pacto de Estado por la Vivienda¡±.
Para los expertos ni siquiera es necesario llegar tan lejos. Ezquiaga recoge la f¨®rmula que la ministra Isabel Rodr¨ªguez expres¨® esta semana en una entrevista radiof¨®nica al pedir, como m¨ªnimo, ¡°una tregua de Estado¡±. ¡°No es mala cosa¡±, reflexiona el exbanquero, ¡°al final la tregua ser¨ªa sacar cosas en las que se est¨¦ de acuerdo y respetar al que le toca gobernar para que cuando llegue el otro no se desande el camino andado¡±. Paloma Taltavull, catedr¨¢tica de An¨¢lisis Econ¨®mico Aplicado en la Universidad de Alicante, cree que el pacto de pol¨ªticas es secundario si el diagn¨®stico es compartido: ¡°Si est¨¢n de acuerdo en el problema, que unos apliquen una medida y otros otra tambi¨¦n puede funcionar bien¡±. Eso s¨ª, cree que lo que los partidos han presentado son ¡°soluciones puntuales¡± en las que falta ¡°una estructura de fondo con el objetivo de mejorar la accesibilidad¡±.
Nuevos incentivos fiscales
Junto con el urbanismo y la construcci¨®n, el otro gran eje de los planteamientos que esgrimen PSOE y PP es el fiscal. De nuevo, incidiendo en aspectos diferentes. El Gobierno busca fortalecer algunas soluciones que ya ha puesto sobre la mesa como los l¨ªmites de precios, con la idea de extender las exenciones fiscales a los caseros fuera de las zonas tensionadas (es decir, en los territorios donde el PP Gobierna y se niega a aplicarlas) a cambio de que las rentas se adapten al ¨ªndice oficial. Y tambi¨¦n para desalentar inversiones de tipo m¨¢s especulativo, que se asocian con las socimis (sociedades cotizadas de inversi¨®n inmobiliaria) y con las compras de casas por parte de extranjeros no residentes.
En el caso de la oposici¨®n, su propuesta es un recorte de impuestos menos focalizado, recuperando incluso la deducci¨®n por compra de vivienda habitual. Esta medida desapareci¨® durante los recortes del primer Gobierno de Rajoy, aunque luego algunas comunidades lo han recuperado parcialmente en la parte auton¨®mica del IRPF. Pero abogan por tocar tambi¨¦n el Impuesto sobre Actos Jur¨ªdicos Documentados, las Transmisiones Patrimoniales, Sucesiones y Donaciones, e incluso ¡°los impuestos que gravan el suelo y la construcci¨®n de vivienda¡±.
En el resto de medidas, hay coincidencia en la necesidad de rehabilitar m¨¢s casas o de facilitar avales o alg¨²n sistema de garant¨ªas p¨²blicas para incentivar que salgan viviendas vac¨ªas al mercado de alquiler (condicionado en el caso del PSOE a que se arrienden a precios asequibles). Y luego una serie de ideas, u omisiones, en las que m¨¢s claramente se ve el desacuerdo y la ret¨®rica de cada partido en la materia. La oposici¨®n insiste con la ocupaci¨®n y la derogaci¨®n de la ¡°intervencionista¡± ley de vivienda. El Gobierno lo hace en controlar el ¡°fraude¡± del alquiler temporal, poner coto al tur¨ªstico (algo que la formaci¨®n de Feij¨®o no mencion¨®, pese a que no pocos alcaldes populares est¨¢n actuando en ese sentido) y usar fondos europeos para fomentar la industrializaci¨®n de la construcci¨®n.
Una confrontaci¨®n ideol¨®gica
La polit¨®loga Cristina Monge destaca que ¡°los dos partidos han entendido que las pr¨®ximas elecciones tienen mucho que ver con armar un relato potente en pol¨ªticas de vivienda¡±. Y desde ese punto de vista cree que contar con distintas recetas es sano democr¨¢ticamente: ¡°Me parece interesant¨ªsimo que al fin tengamos dos propuestas diferentes que responden a idearios distintos, como tiene que suceder en democracia¡±. ¡°En las dos se ve de forma clara cu¨¢les son los elementos ideol¨®gicos de cada bloque: para el PP, el mercado y la liberalizaci¨®n del suelo, recordando algo a lo que hizo Aznar; el PSOE recupera el pulso de la intervenci¨®n p¨²blica y parece que por primera vez se toma en serio el alquiler p¨²blico¡±, agrega.
Tambi¨¦n cambia el tono. M¨¢s beligerante en el caso de la oposici¨®n. ¡°En nuestro programa electoral llevamos un pacto de Estado de la vivienda, lo que sucede es que el PSOE est¨¢ compitiendo en radicalidad con sus socios de Gobierno¡±, sostiene Mart¨ªn, quien fue consejera de Vivienda de Madrid en la pasada legislatura. En el Ministerio de Vivienda, en cambio, defienden que ¡°en solo un a?o, y en el marco ¨²nica y exclusivamente del Plan de Recuperaci¨®n, la ministra ha alcanzado m¨¢s de 800 acuerdos con comunidades y ayuntamientos, que han permitido rehabilitar y acordar la construcci¨®n de m¨¢s de 25.000 viviendas¡±. Y agregan que ¡°el acuerdo o pacto de Estado tendr¨ªa que ir m¨¢s all¨¢ de un acuerdo exclusivamente parlamentario o pol¨ªtico¡±.
Monge recuerda que el problema ha escalado a las primeras posiciones en las preocupaciones de los espa?oles seg¨²n el CIS. Y ante una situaci¨®n tan aguda no ve tan conveniente un pacto de Estado entre las dos principales partidos como ¡°una especie de pactos de la Moncloa en materia de vivienda¡±. Es decir, que todo el arco parlamentario y los agentes sociales y sectoriales acordasen ¡°unas l¨ªneas estrat¨¦gicas a largo plazo¡±, respetuosas con los distintos niveles de la Administraci¨®n y tambi¨¦n con los diferentes acentos ideol¨®gicos en las soluciones que se apliquen. Pero tiene poca esperanza en que algo as¨ª suceda: ¡°Como no parece que eso sea posible, al menos se deber¨ªan poner de acuerdo en unos m¨ªnimos¡±, concluye.
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