La apuesta francesa en el Pac¨ªfico Sur
Par¨ªs intenta hacer compatible su presencia militar y estrat¨¦gica en la Polinesia con la descolonizaci¨®n de Nueva Caledonia
Despu¨¦s de meses de enfrentamientos abiertos entre sus distintas comunidades ¨¦tnicas, la situaci¨®n en Nueva Caledonia parece haber entrado en una fase de tranquilidad s¨®lo alterada por el debate pol¨ªtico en torno al proyecto de ley franc¨¦s que establece el camino hacia la independencia de la isla y que ha sido rechazada por la Asamblea territorial caledoniana, dominada por los antiindependentistas y boicoteada por los canacos.La tensi¨®n, sin embargo, sigue latente, especialmente entre los habitantes de la capital, europeos y contrarios a la independencia en su inmensa mayor¨ªa. El ambiente parece mucho m¨¢s relajado en las zonas del campo, donde los independentistas est¨¢n convencidos de ganar c¨®modamente las pr¨®ximas elecciones extraordinarias y forzar as¨ª el camino para su segregaci¨®n de la metr¨®poli francesa.
Estas elecciones son la consecuencia del boicoteo realizado por el Frente de Liberaci¨®n Nacional Kanako Socialista (FLNKS) contra las elecciones celebradas el pasado mes de noviembre. Los canacos consideran que el refer¨¦ndum deber¨ªa realizarse ahora mismo, si bien finalmente han aceptado parte del actual plan de Par¨ªs: nuevas elecciones para un Congreso territorial y creaci¨®n de cuatro regiones en el archipi¨¦lago, dotadas de amplios poderes para el desarrollo econ¨®mico, social y cultural. Los independentistas del FLNKS rechazan, sin embargo, el planteamiento actual del refer¨¦ndum previsto para finales de 1987, que promover¨ªa una independencia-asociaci¨®n con Francia en la que Par¨ªs seguir¨ªa controlando la pol¨ªtica internacional, la defensa y el orden p¨²blico del nuevo Estado.
Este plan ha sido rechazado en su totalidad por la Agrupaci¨®n por Caledonia en la Rep¨²blica (RPCR), formaci¨®n pol¨ªtica conservadora, radicalmente antiindependentista y entroncada con los neogaullistas franceses, con la que se identifica la inmensa mayor¨ªa de la poblaci¨®n blanca.
Intereses estrat¨¦gicos
Pero sobre los intereses encontrados de las dos comunidades, planean los propios intereses de la pol¨ªtica exterior francesa, para la que el mantenimiento de su presencia militar en el Pac¨ªfico sur es una pieza de suma importancia. El Gobierno socialista del presidente Fran?ois Mitterrand parece debatirse entre sus principios ideol¨®gicos favorables al derecho de autodeterminaci¨®n de los pueblos y sus propios intereses estrat¨¦gicos, sin olvidar que la mayor¨ªa de la poblaci¨®n francesa en la metr¨®poli se muestra partidaria del mantenimiento de la colonia.
Por eso, el presidente franc¨¦s parece intentar una nueva v¨ªa entre la independencia y el mantenimiento del estado actual: favorecer la independencia nominal, pero manteniendo esa presencia militar. La divisi¨®n de Nueva Caledonia en cuatro regiones responde plenamente a estos objetivos.
Por una parte, Par¨ªs quiere disminuir considerablemente el peso espec¨ªfico de Numea en la pol¨ªtica del territorio, y hacer que se sienta m¨¢s la voz canaca y tambi¨¦n la de los blancos partidarios de una independencia multirracial. A partir de ahora, buena parte de las subvenciones al desarrollo no pasar¨¢n ya por el Congreso territorial, sino que ir¨¢n directamente a los distintos consejos regionales. De ¨¦stos, dos estar¨¢n casi con toda probabilidad dominados por el FLNKS, un tercero por este frente o por independentistas moderados, y s¨®lo Numea deber¨ªa seguir en manos de la derecha gaullista intransigente.
Simult¨¢neamente, Francia est¨¢ preparando una considerable ampliaci¨®n de su presencia militar en Nueva Caledonia. Por una parte, en los ¨²ltimos meses Par¨ªs ha duplicado el n¨²mero de polic¨ªas y militares desplazados a su colonia y hay asimismo un submarino a propulsi¨®n nuclear que patrulla constantemente alrededor del archipi¨¦lago. Tambi¨¦n est¨¢n previstas obras de ampliaci¨®n del aeropuerto internacional de La Tontouta para permitir la utilizaci¨®n de sus pistas a los aviones Mirage, a fin de que una escuadrilla sea destinada permanentemente a la isla.
Debe tenerse en cuenta que Nueva Caledonia goza de una posici¨®n estrat¨¦gica privilegiada en el Pac¨ªfico suroccidental. Ya en la II Guerra Mundial la isla fue utilizada con ¨¦xito por los norteamericanos como base de lanzamiento de su ofensiva contra los japoneses en las islas Salom¨®n y Pap¨²a Nueva Guinea. Desde Numea se pueden controlar los accesos del estrecho de Torres, principal v¨ªa de comunicaci¨®n entre los oc¨¦anos Pac¨ªfico e ¨ªndico y, por tanto, lugar de paso para las flotas sovi¨¦ticas y norteamericanas.
Finalmente, cabe se?alar que un abandono de Nueva Caledonia dejar¨ªa sin cobertura en la retaguardia al atol¨®n de Mururoa, 4.500 kil¨®metros al Este, donde los franceses realizan sus experimentos nucleares.
No falta quien dice que la regionalizaci¨®n de Nueva Caledonia podr¨ªa, en el peor de los casos para Par¨ªs, permitirle conceder la independencia a tres de las regiones, de mayor¨ªa melanesia, y mantener la colonia francesa en Numea, en cuya zona precisamente se est¨¢ reforzando la presencia militar de Par¨ªs.
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