El joven Boris Becker intentar¨¢ sorprender a John McEnroe en su propio terreno

El joven alem¨¢n occidental Boris Becker, de 17 a?os, ganador del ¨²ltimo torneo de Wimbledon, ha metido el miedo en el cuerpo de todos los aficionados norteamericanos al tenis al derrotar, en Cincinnati, con suma facilidad, al sueco Mats Wilander, vencedor del ¨²ltimo Roland Garros, dos d¨ªas antes de que se inicien hoy los Campeonatos Internacionales de Estados Unidos, en las pistas del National Tennis Center de Flushing Meadow. Becker, cabeza de serie n¨²mero 8, derrot¨® a Wilander, en tan s¨®lo 61 minutos, por el tanteo de 6-4 y 6-2. Desde su explosi¨®n en Wimbledon, Becker se ha convertido en una nueva amenaza para el norteamericano John McEnroe, que sigue siendo el n¨²mero 1 del mundo y favorito en Nueva York.

El norteamericano John McEnroe, sensiblemente recuperado en las ¨²ltimas semanas de numerosos problemas, tanto deportivos como humanos, intentar¨¢ conquistar por quinta vez el t¨ªtulo individual masculino de Flushing Meadow, donde tomar¨¢n parte 128 jugadores. El torneo de Nueva York, que se juega en pista r¨¢pida y junto a Wimbledon, Roland Garros y el Open de Australia -que se disputar¨¢ a finales de noviembre- integra el Grand Slam, est¨¢ dotado en su 105? edici¨®n de 3.073.550 d¨®lares en premios. (cerca de 500 millones de pesetas). El montante de los premios se ha ido incrementando de forma espectacular durante los ¨²ltimos a?os, pues en 1983, los jugadores y jugadoras se repartieron 324 millones de pesetas, cifra que al a?o siguiente aument¨® hasta los 418 millones.Con la presencia de los mejores jugadores del mundo en Flushing Meadow -donde no habr¨¢ ning¨²n espa?ol-, el ¨¦xito del torneo parece asegurado con la asistencia de p¨²blico a las instalaciones -los organizadores han cifrado en medio mill¨®n el n¨²mero de espectadores y en 825 millones de pesetas la cantidad que dejar¨¢n en las taquillas- y los derechos de televisi¨®n. No cabe duda de que, en este sentido, la presencia de Boris Becker, que se encuentra en gran momento seg¨²n su entrenador, Ion Tiriac, ha hecho aumentar la expectaci¨®n.

McEnroe, campe¨®n en 1979, 1980, 1981 y 1984, intentar¨¢ revalidar su t¨ªtulo para igualar el n¨²mero de veces que lo ha obtenido su compatriota y uno de sus grandes rivales, Jimmy Jimbo Connors (33 a?os, el 2 de septiembre), vencedor en las ediciones de 1974,1976, 1978, 1982 y 1983. Curiosamente, Connors fue ¨¦l rival de Manuel Orantes, en la final de 1975, donde el espa?ol obtuvo la victoria en tres mangas (6-4, 6-3 y 6-3). Orantes era el segundo espa?ol que consegu¨ªa vencer en Nueva York -entonces Forest Hills-, pues Manuel Santana ya lo hab¨ªa conseguido, en 1965, venciendo en la final al surafricano Cliff Drysdale, por 6-2, 7-9, 7-5 y 6-1.

Todo parece indicar que los principales adversarios de McEnroe, en la lucha por conseguir de nuevo el triunfo y los 187.500 d¨®lares -30 millones de pesetas - ser¨¢n el checo Ivan Lendl, cabeza de serie n¨²mero 2 y al que derrot¨® en la final del pasado a?o (6-3, 6-4 y 6-1), el sueco Mats Wilander (3), el tambi¨¦n norteamericano Jimmy Connors (4) que en Flushing Meadow se encuentra como pez en el agua, y el alem¨¢n occidental Borisi Becker. El cuadro se ha dividido en cuatro partes. En la primera se encuentran, entre otros, McEnroe (1) y Becker (8); en la segunda, Wilander (3) y el sueco Anders Jarryd (6); en la tercera, Connors (4) y su compatriota Kevin Curren (5); y en la cuarta, Lendl (2) y el franc¨¦s Yannick Noah (7).

Pese a que las estrellas siguen deparando sorpresas y rompiendo los pron¨®sticos, McEnroe podr¨ªa encontrarse a Becker en cuartos de final y, posiblemente, a un sueco -Mats Wilander, ganador en Par¨ªs, o Anders Jarryd (6), semifinalista en Wimbledon- en semifinales. Por el otro lado del cuadro, Connors se ver¨ªa las caras en cuartos con Curren y podr¨ªa disputar la semifinal con Lendl, que vendr¨ªa de enfrentarse en cuartos con Noah.

Puede que la realidad no coincida con los vaticinios de computadoras, t¨¦cnicos y cr¨ªticos, pero lo cierto es que los favoritos siguen siendo los mismos de los ¨²ltimos a?os. Los mismos, m¨¢s Boris Becker, que parece dispuesto a romper de nuevo con todo.