La eterna discusi¨®n sobre lo p¨²blico y lo privado
La eterna discusi¨®n entre gesti¨®n p¨²blica y privada de televisi¨®n que se debate en numerosos pa¨ªses europeos le parece a Mattelart falsa. "Me sorprende c¨®mo se discute en Francia el asunto de la transformaci¨®n de la televisi¨®n. Por ejemplo, la polarizaci¨®n entre sector p¨²blico y privadoes falsa. Esto implicar¨ªa suponer que el sistema p¨²blico es el ideal, pero la historia de la televisi¨®n demuestra que no hay ning¨²n servicio p¨²blico ideal y que todos se han visto afectados por la l¨®gica comercial de los m¨¦rcados de publicidad, sondeos de audiencia, etc¨¦tera. Por otra parte, se ha criticado a la televisi¨®n privada desde unas coordenadas meramente morales, se la ha repudia do con las alegaciones del dinero y del beneficio exclusivamente econ¨®mico de sus promotores.
Tampoco es un ideal la l¨®gica del mercado, porque hay que considerarlo como un lugar de constituci¨®n y de lucha por el poder".
"Pero los usuarios de la televisi¨®n, de ese mercado, fueron m¨¢s pragm¨¢ticos que los cr¨ªticos. La l¨®gica del mercado tiene de positivo el hecho de que desbloquea las cerraduras conceptuales del pasado. Las teor¨ªas cr¨ªticas apenas se ocuparon del mercado. A pesar de que decimos que sus productos alienan a la gente, el p¨²blico goza con esos productos culturales. Y aqu¨ª hay que abrir, una nueva interrogaci¨®n, dirigida m¨¢s a los consumidores que a las estructuras". Otras interrogantes van dirigidas a los valores de cultura nacional y a las obras de autor. "?Tiene que hacerse un Dallas franc¨¦s o hay que afrancesar el Dallas? Te nemos que preguntarnos a d¨®nde va la naci¨®n, lo regional y lo local, y qui¨¦nes son los verdaderos protagonistas sociales de la comunicaci¨®n. La televisi¨®n francesa de cidi¨® nacionalizar la industria de dibujos, animados, dominada por japoneses y norteamericanos, y se dieron instrucciones a las tres cadenas. La primera cadena lo interpret¨® al pie de la letra y encarg¨® a autores franceses el dise?o y producci¨®n de los programas. La segunda cadena interpret¨® la nueva pol¨ªtica nacional en sentido m¨¢s amplio. Se dise?aron y escribieron los guiones en Francia pero la producci¨®n se encomend¨® a empresarios del sureste asi¨¢tico. La tercera cadena, la regional, contrat¨® los programas con Walt Disney, la cadena norteamericana de televisi¨®n por cable".
Nuevos lenguajes
"Hay preguntas fundamentales como ?qu¨¦ es una producci¨®n serializada en un pa¨ªs donde la cultura se apoya en el concepto de autor? ?Hay que hacer series a partir de un tejido social espec¨ªfico, franc¨¦s o de otro pa¨ªs? Hay que tener en cuenta que todo imperativo industrial es un imperativo del desarrollo tecnol¨®gicoy que ambos hablan un mismo lenguaje, el de la publicidad, el del mercado".
"Pongamos por ejemplo esa famosa entrevista que la televisi¨®n francesa hizo con Mitterrand hace unos tres meses. El personaje principal no era el presidente sino el animador del show, Yves Mourousi. Importaban m¨¢s las actuaciones de los personajes que sus palabras. Y todo esto porque el desarrollo tecnol¨®gico crea otras necesidades por tanto, otros modelos de lenguaje".
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