La Petite Band desborda el Coliseo
El Escorial contin¨²a siendo punto de reuni¨®n de numerosos profesionales y amantes de la m¨²sica que siguen el VII Curso de M¨²sica Barroca y Rococ¨®. El concierto del jueves -29, protagonizado por los dos flautistas de pico holandeses Baldrick Deerenberg y Heiko Ter Schjjet, el cembalista Glenn Wilson y el viola de gamba Freek Borstlap, abri¨® a la recta final del curso, que incluye la actuaci¨®n de Jos¨¦ Miguel Moreno al la¨²d barroco y a la guitarra cl¨¢sico-rom¨¢ntica (hoy, d¨ªa 30) y un recital de danza barroca por el grupo Hemiole, acompa?ado de un conjunto instrumental (d¨ªa 31).Como en ediciones anteriores, el Real Coliseo de Carlos III pasa de tener capacidad bastante para dar acogida al p¨²blico que acude a los recitales y conciertos monogr¨¢ficos de c¨¢mara, claramente minoritarios, a resultar del todo insuficiente cuando act¨²an int¨¦rpretes de relieve y fama mundial.
Esto ¨²ltimo ocurri¨® en el concierto de la Petite Band, dirigida por ese gran maestro al c¨¦mbalo llamado Gustav Leonhardt. Los discos y actuaciones en p¨²blico de la Petite Band justifican el prestigio de que goza en la actualidad esta peque?a agrupaci¨®n, inmersa en la tarea de rescatar del olvido buena parte del patrimonio musical del barroco europeo, especialmente del franc¨¦s. Cuando abordan piezas de repertorio, esas tantas veces maltratadas -que no mal tocadas- obras maestras del pleno barroco -Corelli, Vivaldi, Haendel, los de Brandenburgo de Bach ofrecidos en El Escorial-, tambi¨¦n nos parece asistir a un descubrimiento. Las excelencias de las versiones de la Petite Band derivan tanto de las caracter¨ªsticas de su sonido, como de la perfecci¨®n de las ejecuciones. Estamos ante un conjunto virtuoso, en el que todos y cada uno de los componentes son maestros de primer orden.
Destreza t¨¦cnica
Entre lo ocurrido todos estos d¨ªas en el Curso de M¨²sica Barroca hay que destacar tambi¨¦n el excelente recital que nos depararon ?lvaro Mar¨ªas, Aline Zylberajch y Christoph Coin (Mar¨ªas hizo una Fol¨ªa de Corelli realmente fulgurante por su destreza t¨¦cnica, Coin asombr¨® por su musicalidad en dos sonatas para Chelo de Geminiani y Zylberajch se destap¨® como una feliz int¨¦rprete de Scarlatti) y el que, a modo de lecci¨®n magistral, realizaron Jos¨¦ V¨¢zquez y el muy considerable cembalista Wolfgang Zerer.
No se debe omitir el re cital de los cantantes Marius van Altena y Marianne Kweeksilber con el clavecinista Jacques Ogg. Quedar¨¢ entre los m¨¢s hermosos recuerdos de los siete a?os de existencia del curso. Altena es un estilista de la m¨²sica del Renacimiento y del Barroco. La naturalidad de la emisi¨®n del tenor holand¨¦s, la fluida coloratura y la elegancia de su canto convencen tanto en los rigores contrapunt¨ªsticos del llamado stilo antico como en el ¨¦nfasis del parlar cantando. As¨ª lo demostro, junto a la voz fresca y fuertemente expresiva de Marianne Kweeksilber. Junto a ellos, Jacques Ogg volvi¨® a mostrar su versatilidad para acompa?ar bien en los diversos estilos.
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