Cin¨¦filos insaciables y mit¨®manos incorregibles
El coleccionismo cinematogr¨¢fico, una afici¨®n que entra por amor al cine
Un cartel original de King-Kong o un programa de mano de Metr¨®polis pueden cotizarse a unas 15.000 pesetas. Una foto de Marlene Dietrich, de Chaplin, de Spencer Tracy, entre 2.000 y 5.000. El coleccionismo cinematogr¨¢fico, tan obsesivo como el filat¨¦lico o el numism¨¢tico, gana cada d¨ªa m¨¢s adeptos. Cin¨¦filos insaciables y mit¨®manos incorregibles son sus principales practicantes.
Alonso Costa, grabador en un taller de joyer¨ªa de Zaragoza, tiene 60 a?os y lleva desde la veintena coleccionando material cinematogr¨¢fico, programas de mano y fotograf¨ªas de actores y directores sobre todo. "Entonces ten¨ªa en Francia a la novia, Araceli, la que hoy es mi mujer. Cada vez que la escrib¨ªa la mandaba alg¨²n programa de lo que se estrenaba en Zaragoza. Iba mucho al cine. Pero lo que no ve¨ªa me lo guardaban los porteros. Estuve durante 25 a?os intercambiando programas, semana a semana, con otro coleccionista de Barcelona".Alonso tiene fotos de unos 1.300 artistas y directores en su colecci¨®n. Spencer Tracy, Clark Gable, Robert Taylor, Greta Garbo y Joe McCrea son sus favoritos. "En Zaragoza hubo mucha afici¨®n; ¨¦ramos 20 o 30 coleccionistas fuertes. Los domingos intercambi¨¢bamos material en el cine El Dorado". Las piezas raras que este grabador tuvo en su mano sin poderlas adquirir las dibuj¨® en cartulinas del mismo tama?o que los originales. "Ex puse hace poco 60 de estos dibujos en Zaragoza y fue un ¨¦xito gustaron mucho".
Un comercio florecienteA primeros de junio pasado se celebr¨® en un hotel madrile?o la Segunda Feria del Coleccionismo Cinematogr¨¢fico. La primera se hab¨ªa hecho en diciembre pasado y la tercera ya est¨¢ anunciada para finales de a?o. Acudieron a la m¨¢s reciente una veintena de expositores, entre los que hab¨ªa tiendas especializadas y particulares con puesto fijo en el Rastro.
Por las casetas pasaron en los dos d¨ªas de la feria unas 2.000 personas. Este coleccionismo cuenta ya con unos 500 practicantes de elite y muchos millares de aficionados. Madrid' Barcelona, Valencia, Sevilla, 2aragoza, Bilbao y C¨¢diz son los lugares donde, m¨¢s ha prendido esta afici¨®n.
Bienvenido Llopis, de ?beda (Ja¨¦n), 33 a?os, casado, una hija, es uno de los vendedores del Rastro. "Empec¨¦ coleccionando porque un d¨ªa me encontr¨¦ en casa una cajita llena de programas y carteles de pel¨ªculas de romanos. Ahora vivo de ello y ya no guardo para m¨ª; s¨®lo compro y vendo". Bienvenido recorre peri¨®dicamente la Espa?a interior, cada vez por una ruta distinta, buscando viejo material gr¨¢fico en los antiguos cines provincianos, entre los acomodadores, porteros y taquilleras. "Acabo de estar una semana por toda Ciudad Real, comiendo bocadillos y durmiendo en pensiones baratas. No he tenido suerte, apenas he encontrado material utilizable".
Afirma Llopis que la estructura de distribuci¨®n c¨ªnematogr¨¢fica en Espa?a tiene mucho que ver en la abundancia o escasez de material. "En Galicia, por ejemplo, la mayor¨ªa de los cines eran atendidos por muy pocas distribuidoras, por lo que los programas son poco variados. En Andaluc¨ªa, donde la exhibici¨®n estaba mucho m¨¢s fraccionada y donde siempre han funcionado muchos cines de verano, que necesitan m¨¢s publicidad, se ha impreso mucho m¨¢s material".
Tiene Bienvenido Llopis un fichero de clientes, de sus preferencias y especializaciones, y a ellos ofrece en primer t¨¦rmino el material que encuentra en sus viajes. Lo que no coloca as¨ª lo saca a la venta en el Rastro. En el popular mercado madrile?o comenz¨® tambi¨¦n Fabi¨¢n Fonsana. Ahora tiene una tienda, Candilejas, que pasa por ser la m¨¢s completa en este comercio. Un cartel suyo de Lo que el viento se llev¨® alcanz¨® en la primera edici¨®n de la feria las 45.000 pesetas en una subasta.
Polvo de estrellasEn esta afici¨®n se entra por nostalgia y por amor al cine, seg¨²n coinciden en afirmar coleccionistas y vendedores. Personas populares del cine espa?ol son tambi¨¦n redomados coleccionistas. Vicente Parra busca programas de mano. Jaime Ch¨¢varri, todo lo que tenga que ver con Ava Gardner. Terenci Moix, Miguel Picazo, Pepe Sacrist¨¢n y Jos¨¦ Luis Garci son algunos otros aficionados. Al aumentar el n¨²mero de coleccionistas, el material, que apenas crece, se est¨¢ encarecien-
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do mucho. Hay carteles del cine mudo por los que se pagan 80.000 pesetas.A Roberto Robert le han ofrecido 10 millones por su colecci¨®n, en la que hay 25.000 pro gramas, fotograf¨ªas y carteles, que ocupan un total de 20 archivadores de tres cajones cada uno. "Esto no lo vendo ni lo deshago por nada del mundo, ser¨ªa un crimen. Es como un hijo; antes voy a la c¨¢rcel".
Robert tiene negocios inmobiliarios y de distribuci¨®n cinematogr¨¢fica en Barcelona. Cuenta 43 a?os y comenz¨® su colecci¨®n cuando ten¨ªa ocho. "Me llamaban la atenci¨®n los carteles del cine de Sant Feliu de Guixols, donde verane¨¢bamos. Mi familia cre¨ªa que le hab¨ªa salido el ni?o subnormal por aquella rareza". Un cartel de Nosferatu, el vampiro, de Murnau, es una de sus piezas m¨¢s queridas. Gary Cooper, su actor preferido. "Yo me par¨¦ en el cine en el a?o 1956", cuenta.
"El programa de cine es un gran invento espa?ol", afirma Robert. Se hac¨ªa en el a?o veinte y se estuvieron imprimiendo hasta el setenta. Lo tr¨¢gico es que los organismos p¨²blicos, la Filmoteca, la Direcci¨®n General de Cinematograf¨ªa, no hayan guardado este material, pues en ¨¦l est¨¢ toda la historia del grafismo y del cartelismo espa?ol".
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