Francia presenta un filme sobre la soledad de un polic¨ªa
ENNVIADO ESPECIAL De entre lo visto ayer en la Mostra de Venecia, dos t¨ªtulos a destacar: Police, de Maurice Pialat, y Yesterday, del polaco Rodoslaw Piwowarski. La primera, incluida dentro de la competici¨®n para el Le¨®n de Oro, y la segunda, englobada dentro de la semana de la cr¨ªtica.
Police, de Maurice Pialat, es un muy peculiar polar, una cinta policiaca en la que los personajes son mucho m¨¢s importantes que el argumento, pues, un poco a la manera de Renoir, lo que Pialat pretende es hacernos sentir que el drama de la vida consiste en que todo el mundo tiene sus razones para comportarse como lo hace, pero ninguna es buena. Su protagonista, un formidable Depardieu, m¨¢ximo candidato hasta ahora al premio de interpretaci¨®n masculina -candidatura que, en el apartado de mujeres, aparece encabezada por la tambi¨¦n magn¨ªfica Sandrine Bonnaire-, es alguien que, como la pel¨ªcula, no juzga a nadie, pero procura atenerse a un c¨®digo moral estrictamente personal. Es un Maigret moderno cuyo desaforado profesionalismo s¨®lo se tambalea cuando se enamora.
Crispada, angustiosa, triste, Police es una muy ajustada cr¨®nica de soledades contempor¨¢neas, una gran galer¨ªa de personajes marginales en la que, se confunden delincuentes y agentes del orden, una historia en la que la verdad y la mentira son cuestiones sujetas a la interpretaci¨®n de cada uno. Pialat filma de cerca, muy de cerca, sus personajes. Quiere que les veamos evolucionar en la pantalla, que sintamos c¨®mo se modifican las relaciones que se establecen entre ellos. As¨ª, Depardieu, que ha empezado pegando durante un interrogatorio a Sophie Marceau, acaba por enamorarse de ella, y no es un truco de gui¨®n el fruto de una carambola de acontecimientos, sino algo que nace de la naturaleza misma de las criaturas creadas por Pialat y sus actores.
Todos, incluidos unos formidables actores secundarios, resultan convincentes en esta pel¨ªcula, que el espectador tiene la sensaci¨®n de ver crear ante sus ojos. Si la emoci¨®n que destila no es tan intensa como la lograda en A nos amours, quiz¨¢ se debe a que en ese anterior filme nos era m¨¢s f¨¢cil simpatizar con los h¨¦roes, sentimos dentro de su universo familiar. Las comisar¨ªas o el mundillo de los traficantes de drogas no son lugares predilectos de la mayor¨ªa de espectadores.
Yesterday es una cr¨®nica de la juventud polaca de la primera mitad de los a?os sesenta, del momento en que los Beatles se convirtieron en mito para los adolescentes de medio mundo. El pelo largo, el rock and roll, un cierto internacionalismo y la voluntad de olvidar y superar las secuelas de la guerra coincid¨ªan con la reci¨¦n adquirida capacidad de consumo de los j¨®venes de la Europa occidental y su deseo de orientarla hacia personajes y valores que no fueran una mera copia de los de sus progenitores.
La 'beatleman¨ªa' en Polonia
En Polonia, la beatleman¨ªa tambi¨¦n existi¨® y lo que Piwowarski nos muestra son sus peculiaridades aut¨®ctonas. La pel¨ªcula es una suerte de r¨¦plica de Les zozos o de lo que han hecho Peter Gothar o Marta Meszaros al recordar filmicamente su adolescencia h¨²ngara. Yesterday,. que est¨¢ construida desde un flash-back que intenta imponer una perspectiva moral a todo lo evocado, tiene el encanto de la cr¨®nica y de la precisi¨®n de los detalles.
Los protagonistas -cuatro chicos polacos que s¨®lo piensan en imitar a sus gigantes de Liverpool- tienen que enfrentarse a dos tipos de persecuci¨®n: la del Estado, que se expresa a trav¨¦s de los profesores del instituto, y la de la Iglesia, m¨¢s interiorizada por las familias en forma de c¨®digos de comportamiento.
As¨ª, si el Estado ve incompatibles los cabellos largos con las pr¨¢cticas patri¨®ticas que obligan a saberse poner una bien ajustada m¨¢scara antig¨¢s, la Iglesia no puede tolerar que las nuevas costumbres aporten a los chicos y chicas los argumentos para abordar la sexualidad de otra manera que la culpabilizadora defendida por los sacerdotes.
Los Beatles adquieren en el filme un gran valor simb¨®lico. Por ellos se escapa de las celebraciones prosovi¨¦ticas en honor de Gagarin, gracias a ellos el amor es otra cosa y la soledad se hace m¨¢s llevadera.
Al final, despu¨¦s de varias situaciones propias de la tragicomedia, las autoridades cambian de actitud. Y as¨ª, al mismo tiempo que Paul, John, Ringo y George son condecorados por la reina de Inglaterra, los responsables del instituto optan por polonizar los hits de los Beatles a base de cambiar la letra por otra de corte patri¨®tico.
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