Una casa en el campo
Una antigua mas¨ªa situada en el carretera que desde Tordera conduce a la vecina localidad de Fogars, en la provincia de Barcelona, es el cuartel general' de Avelino, desde el que, cada noche, traslada a las muchachas a sus puntos de trabajo en el litoral catal¨¢n. La casa, de dimensiones enormes, con distintas viviendas en su interior, es ocupada por m¨¢s de 30 j¨®venes que componen esta temporada el equipo de misses.Todas evitan contar c¨®mo llegaron all¨ª y qu¨¦ motivo les impuls¨® a aceptar el trabajo. La mayor¨ªa, pertenecientes a familias de clase humilde, procede de Barcelona, de donde ha marchado ante la imposibilidad de encontrar un puesto mejor. Avelino les da trabajo, una casa y afecto. "Es una especie de amigo o un padre, no lo s¨¦; tiene mucha psicolog¨ªa", afirma, con admiraci¨®n, una de las muchachas.
Para Avelino, un hombre que tambi¨¦n evita comentar su pasado, no es dif¨ªcil captar a las j¨®venes. Los pubs y las discotecas de determinados barrios de Barcelona son, al parecer, su lugar preferido para la contrataci¨®n. Muchachas que llegan a los principales centros de veraneo sin dinero y sin un lugar donde vivir tienen tambi¨¦n cabida en el equipo. "A algunas las hemos encontrado hablando en la playa", comenta una de las veteranas.
"A medida que transcurre el verano, Avelino presenta cada noche m¨¢s y mejores chicas" afirma uno de los empresarios que habitualmente le contrata. Avelino las controla f¨¦rreamente, en un intento vano de evitar que le abandonen. "Las buenas le duran poco", comenta tambi¨¦n el empresario. Un amor repentino o un nuevo trabajo, m¨¢s c¨®modo o m¨¢s estable, es, casi siempre, la causa de la deserci¨®n.
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