El viaje a Asia
CONICLUIDO YA el proceso negociador para la entrada de Espa?a en la Comunidad Econ¨®mica Europea, Felipe Gonz¨¢lez inicia una visita pol¨ªtica y, sobre todo, econ¨®mica a China y Jap¨®n: uno, el pa¨ªs m¨¢s poblado de la tierra; el segundo, el pa¨ªs tecnol¨®gicamente m¨¢s avanzado de Asia; ambos, situados en la zona que los futur¨®logos consideran el centro inmediato de la pol¨ªtica, la estrategia, la tecnolog¨ªa y el comercio mundiales. El viaje del presidente del Gobierno se realiza en un momento particularmente delicado. La adecuaci¨®n espa?ola al Mercado Com¨²n y su escolta, de la pol¨ªtica econ¨®mica de Estados Unidos pueden suscitar recelos en Jap¨®n, que teme nuevas barreras contra la tromba de difusi¨®n de sus productos. China no tiene claramente definida su apertura al exterior.En un importante sentido, este primer viaje de un jefe del Gobierno espa?ol a China y Jap¨®n se propone abrir nuevos mercados y ampliar el hasta ahora limitado panorama espa?ol en Asia. Felipe Gonz¨¢lez se har¨¢ acompa?ar durante su estancia en China por 32 hombres de negocios espa?oles, mostrando de forma patente -muy usual, por otro lado, en pa¨ªses desarrollados- el apoyo del Gobierno a los deseos de los empresarios de ampliar sus horizontes. Lo que Espa?a puede ofrecer al mercado chino -y, va a vender no solamente el presidente del Gobierno y su s¨¦quito, sino esa importante delegaci¨®n de hombres de negocios- debe entrar en concurrencia con las iniciativas ya, en curso del resto del mundo industrializado., Productos necesarios, sin lujos, para un mercado peculiar de pa¨ªs a¨²n pobre, que hace un esfuerzo por modernizarse, y tambi¨¦n un capital barato para implantarse, junto con alguna experiencia t¨¦cnica: un capital a plazos largos y a intereses c¨®modos. Espa?a ha estado trabajando a la baja en esa misma l¨ªnea desde hace a?os y con pa¨ªses m¨¢s pobres, sin que los resultados sean enteramente apreciables; entre otras razones, porque las quiebras de muchos de esos pa¨ªses han da?ado seriamente el esfuerzo hecho. Bien pudiera suceder
ahora que esa estrategia de ventas baratas ya no resulte operativa, tanto por el hecho de que las obligaciones internacionales ir¨¢n igualando nuestros precios como por la necesidad de hacer hincapi¨¦ en el futuro en la terminaci¨®n di los productos que se ofrezcan. Esto es algo que los empresarios que acompa?an al presidente deber¨¢n tener muy en cuenta. El trabajo de viajante de comercio ya no corresponde al Gobierno m¨¢s que en cierta medida; y la solvencia, la garant¨ªa, la calidad del producto, el cumplimiento de los plazos y otros valores en los que la concurrencia -dentro de -la misma cuenca del Pac¨ªfico- es enormemente alta les corresponde a ellos.China -que trata de ampliar, con perspectivas de dif¨ªcil predicci¨®n, sus relaciones con Occidente, rompiendo un aislamiento que se ha repetido intermitentemente a lo largo de su historia- es, sin duda, un buen mercado para Espa?a. La lucha de Pek¨ªn contra los dos hegemonismos -Mosc¨² y Washington- le ha hecho siempre desear una Europa fuerte y unida. La entrada de Espa?a en la CEE -apoyada ya por Pek¨ªn cuando s¨®lo era un proyecto- ha complacido al Gobierno chino. Espa?a, adem¨¢s, es un pa¨ªs que tiene una tecnolog¨ªa intermedia que China considera ¨²til para sus perspectivas de desarrollo. Por otra parte, el viaje de Felipe Gonz¨¢lez coincide con la preparaci¨®n final de la conferencia del Partido Comunista Chino, que se re¨²ne este mismo mes. No resulta descartable que de esa reuni¨®n salgan nuevas directrices econ¨®micas globales, que pueden incluir tanto restricciones como ampliaciones para el comercio exterior y la entrada de capitales.Nuestras relaciones con Jap¨®n presentan un car¨¢cter muy diferente. No deja de ser significativo que la delegaci¨®n de hombres de negocios espa?oles finalice oficialmente su acompa?amiento al jefe del Gobierno espa?ol en Pek¨ªn, sin prolongar su viaje a Tokio. A pesar de las nuevas perspectivas abiertas a finales del pasado mes de julio por el Gobierno japon¨¦s -que prev¨¦ la rebaja de aranceles en diversos cap¨ªtulos-, es bastante improbable que. Espa?a logre incrementar de modo significativo sus exportaciones a ese pa¨ªs, con el que tiene una balanza comercial cr¨®nicamente deficitaria. En cambio, las nuevas normas espa?olas de apertura a la inversi¨®n exterior podr¨ªan suponer un incentivo importante para los empresarios japoneses. La econom¨ªa japonesa necesita a toda costa su expansi¨®n comercial para - dar salida a una producci¨®n gigantesca en todos los campos t¨¦cnicos, sobre todo en los de consumo, y est¨¢ actuando ya sobre mercados no solamente saturados, sino enormemente defensivos. En la cartera del presidente y su s¨¦quito estar¨¢n los argumentos para convencer a los empresarios japoneses de que contin¨²en con su plan de inversiones en nuestro pa¨ªs y especialicen sus exportaciones. Por que es nuestro mercado el que les sigue dando oportunidades y el que les reclama como portadores de t¨¦cnica, de capital y de puestos de trabajo. Desde el punto de vista pol¨ªtico, el viaje de Felipe Gonz¨¢lez a China y Jap¨®n tambi¨¦n va a abrir nuevas perspectivas. Si bien la dimensi¨®n europea de nuestra pol¨ªtica exterior se ha consolidado, el tema del Magreb parece medianamente afianzado. A¨²n est¨¢ pendiente de definir el nuevo modelo de nuestras relaciones con Estados Unidos en funci¨®n del ingreso en la OTAN y de la discutida reducci¨®n de bases. Tampoco se ha terminado de pasar a limpio el papel de Espa?a en Oriente Pr¨®ximo, con el intercambio de embajadores con Israel a¨²n pendiente. El cap¨ªtulo asi¨¢tico estaba a¨²n sin abrir, y el viaje de Gonz¨¢lez a China y Jap¨®n puede marcar su comienzo. La diplomacia espa?ola ha mostrado su disposici¨®n a preocuparse, por fin, de temas que hasta ahora le parec¨ªan ajenos: la relaci¨®n entre las dos Coreas, el futuro de la ASEAN, Indochina... S¨®lo es de desear que la debilitada infraestructura diplom¨¢tica espa?ola pueda estar ahora en condiciones de seguir estos temas, en el futuro inmediato, al margen de la euforia que suscite la gira presidencial.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.