La espera del doliente ahoga la luz de las velas
Al igual que una inquietante monta?a rusa, la bolsa comenz¨® ayer a registrar los primeros s¨ªntomas del eterno sube y baja de las cotizaciones en el espacio de pocos minutos. Quiz¨¢ sea algo parecido al cohete que vibra intempestuoso antes de remontar el vuelo. Pero el mercado se limit¨®, al menos por ahora, a ceder dos cent¨¦simas en su ¨ªndice general.Y pocas novedades bajo el cielo. Si los valores el¨¦ctricos ganaron el lunes algunas d¨¦cimas, ayer las cedieron; si las qu¨ªmicas subieron antes, bajaron despu¨¦s; si el metal. descendi¨® antes, se elev¨® posteriormente. Lo mismo ocurri¨® en casi todos los corros, cuyo conjunto termina ofreciendo la imagen de esas arenas movedizas presentes en tantos filmes sobre la peligrosa selva africana.
Aqu¨ª, sin embargo, las trampas no parecen tantas como suelen ofrecer las pel¨ªculas de aventuras. A lo sumo en el ambiente flota la inercia vacacional, que se traduce en una falta de operaciones por parte de las grandes carteras institucionales al prolongar sus vacaciones m¨¢s all¨¢ de lo te¨®ricamente justificable.
Los tipos de inter¨¦s se mantienen en niveles realmente bajos. Los pagar¨¦s a un mes se sit¨²an al 11,5%, mientras que a tres meses se encuentran al 12%. El dinero en el mercado interbancario registra una testimonial tendencia al alza, al alcanzar el 12,46% los dep¨®sitos a un d¨ªa (frente al 12,38% anterior); los pagar¨¦s a ese mismo plazo est¨¢n al 12,16% (antes al 12,09%). A tres meses, los pagar¨¦s llegan al 11,94%.
Como puede apreciarse, no son grandes las rentabilidades que ofrece este mercado, pero las instituciones prefieren mantener sus posiciones en ¨¦l antes que arriesgarse con la renta variable, por lo menos mientras no se aclaren algunas interrogantes que no parecen ser de signo econ¨®mico.
La bolsa ha retomado, a falta de mejores elementos de juicio, las especulaciones sobre adelantos en las elecciones legislativas y algunos otros rumores de componente pol¨ªtico que no parecen tener mayor importancia, quiz¨¢ fomentados por una oposici¨®n consciente de que no goza de alguna posibilidad para ganar los pr¨®ximos comicios.
Pero si hubiera que pintar a la bolsa con un color determinado, ¨¦se no ser¨ªa el rosa. La banca, por ejemplo, ha obtenido unos buenos resultados en lo que va de a?o, pero los analistas comprueban una y otra vez que estos t¨ªtulos no atraen el inter¨¦s de los inversores, en buena parte a causa del actual sistema de contrataci¨®n, que ha suprimido cualquier posibilidad especulativa; las el¨¦ctricas contin¨²an ofreciendo una imagen desconcertante al dilatar los acuerdos sobre intercambios de activos; la compa?¨ªa de comunicaciones, quiz¨¢ por sus recientes salidas a bolsas extranjeras, sufre en estos momentos presiones vendedoras. Bastantes sectores industriales despiertan recelos por su futuro ante el ingreso en la Europa comunitaria.
As¨ª las cosas, la calma chicha puede continuar presidiendo el oc¨¦ano burs¨¢til hasta que nuevos elementos de juicio obliguen a los grandes inversores a arrinconar las velas y a poner en funcionamiento los motores a toda m¨¢quina.
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